viernes, 15 de noviembre de 2013

AyB 399 - 14 Noviembre 2013








¿LA HORA DE CARACAS?

1 Caracas tiene que disponer de un plan dinámico de transformación urbana, profunda, que guíe su desarrollo desde hoy y durante los próximos 100 años. Este año hay elecciones de alcaldía metropolitana y de los cinco alcaldes que la conforman, como de los otros 12 de la región metropolitana. Tirios y troyanos electos, tienen la responsabilidad de aportar e impulsar ese plan a 100 años.
2 La escogencia de estos personajes no puede ser a capricho. Es vital seleccionarlos por sus visiones de vida, por la validez, viabilidad y concreción de propuestas de proyecto de país y para el municipio, no por sus quejaderas y críticas a otros, sino por sus capacidades y talentos, por la convicción de conformar equipos y coordinar con los otros alcaldes, entre otras cualidades.

3 El alcalde metropolitano es esencial. Tiene que ser el gran conciliador de visiones diversas, de integrar a una región hoy partida en pedacitos soberanos y desvinculados entre sí, de visualizar la integralidad de Caracas y de su variada y compleja composición política, espacial, productiva, social, ambiental, cultural.
4 Caracas no puede seguir siendo cinco municipios o 17, cada quien por su lado e ignorando a los demás. No puede seguir desarrollándose según el resultado de sus disueltos retacitos. No se puede permitir que mientras en sectores de la ciudad se crean y rescatan los espacios públicos, en otros, disminuye la población por la reducción del uso residencial y aumento del financiero, empresarial y comercial.

5 En otros se densifica el uso residencial, comercial, en detrimento de espacios productivos y recreacionales, y sin la consideración ni ejecución de los servicios, transporte y equipamientos requeridos, acabando con una de las zonas ambientales privilegiadas que le quedan a Caracas después del Waraira Repano.

6 En otro se permiten alteraciones de zonas residenciales patrimoniales hasta para permitir casinos y otros usos que van desplazando población para las ciudades dormitorios y así, intensificar los graves problemas de accesibilidad y movilidad entre Caracas y su región metropolitana.
7 En diciembre debe surgir una nueva posibilidad para que la capital se organice institucionalmente, se centralice su planificación regional y metropolitana, con la participación y consideración de las diversidades comunales, municipales y poblacionales. Y se pueda elaborar el plan de los próximos 100 años, para que en enero de 2014 se arranque con una visión integral, coordinada y participativa, que permita dirigir la ciudad hacia su gran y profunda transformación permanente por el resto de sus años. Esto debe ser premisa básica para escoger a quienes quieren y deben asumir esta magna y compleja responsabilidad.

 
LA RIGIDEZ DE LOS PLANES URBANOS
Alberto Urdaneta

Elemento importante a considerar en los planes de ordenación urbana local o PDUL. Debe seguirse lo pautado en dichos planes. Corresponde a las necesidades de la población a asentarse en el espacio urbano, conforme a la proyección del crecimiento de la población y a la satisfacción de todas sus necesidades, en servicios y equipamientos, garantizando buen nivel de vida y funcionamiento satisfactorio de la ciudad, en producción, movilidad, recreación, cultura, deporte y todo aquello relativo al buen nivel de vida.
Las ciudades son dinámicas, no permanecen estáticas, se dan modificaciones, salvo en aquellas zonas declaradas patrimonio, sujetas a conservación sin modificaciones, bajo estrictas normas. En caso de requerirse modificar lo planificado, cambio contra el orden establecido, con acciones que pueden significar diferencias en la infraestructura, saltos cuantitativos y cualitativos en las inversiones y destrucción de parte de lo hecho, ha de verse en toda su amplitud, en el conjunto y tomarse solo mediante referendo, como apuntó entrega anterior de Aceras y Brocales.

También en entrega anterior se anota que los cambios de uso y de intensificación del mismo, introducidos en los en los vigentes planes urbanos, de nuestras ciudades, han apuntado a desordenar, a destruir parte de lo hecho, a obligar al estado a realizar grandes e inesperadas inversiones, a crear grandes valorizaciones de la tierra, dando lugar a jugosos negocios inmobiliarios, con enriquecimiento violento de pocos, empresarios y funcionarios, en perjuicio de todos. Por eso, estos cambios no pueden ser potestad de unos pocos, aún electos por votación popular, sino mediante mecanismos que involucren a toda la comunidad.
Si en una parcela establecida para construir una vivienda se permite, mediante una simple disposición, construir 20, el valor de esa tierra crece en forma violenta, valor que captan los empresarios y los que se prestan a la movida, acarreando grandes daños.

 
UNA VIEJA CARTA
En 2011 nos escribió Juan C González M. sobre la importancia de La Carlota como base aérea. Nos decía entonces: “… quería plantear algo que presenté hace años en el estado mayor general de la aviación y sostuve ante el ex ministro José David Cabello, que era un error eliminar la Base Aérea de La Carlota. Esto como consecuencia de la vulnerabilidad de esta capital, especialmente en cuanto a las vías de acceso a la hora de sismos que en algún momento ocurrirán. Este planteamiento, se vio resaltado cuando la tragedia de Vargas y la tremenda respuesta que dimos, no vino en función a la existencia de planes bien estructurados o un aparato logístico previsto para ello, vino de nuestra capacidad de improvisación en contingencia y la existencia de una infraestructura humana y física característica de una base, en la que contábamos con comedores y alimentos para 15 días, hangares y depósitos donde se almacenó todo lo que por la pista llegaba, dormitorios donde después de un arduo día podíamos reposar sin depender de los servicios externos pues contábamos con dos pozos profundos y grupos electrógenos, tintorería, banco y muchas cosas más que nos dieron el aguante para tal jornada. Por todo lo antes planteado considero un error utilizar estos espacios y seguir concentrando beneficios en las principales ciudades con un evidente problema de distribución territorial equitativa, aún con la existencia de proyectos como el que presenté hace cuatro años de la autopista regional del sur, entre otras propuestas”.

Corto comentario sobre una vieja carta
Sus planteamientos son extremadamente importantes considerarlos en todas las decisiones sobre la planificación y desarrollo de Caracas. Lo cual no colide con el nuevo proyecto de La Carlota, en el cual se debe dejar la pista, ampliar la capacidad de helicópteros y prever el resto de la logística que JC González señala como experiencia cuando lo de Vargas en 1999. Esos espacios sí deben ser reenfocados, el asunto está en que en sus nuevos usos o transformaciones, se prevean aquellos aspectos que la ciudad requiere tanto para su funcionamiento cotidiano como para emergencias por calamidades causadas por el hombre. Tema donde los alcaldes tienen mucho que aportar y decidir.

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