jueves, 25 de abril de 2013

AyB 285 - 18 Agosto 2011

AyB 285 - 18 Agosto 2011








POLITICAS DE ADJUDICACION


¿Se deben regalar las viviendas?


1 Los venezolanos tenemos una fe ciega en las leyes. Creemos que cuando se promulga una ley todo lo que ésta dice pasa a ser parte de la realidad y que el mundo concreto se adapta, de manera maravillosa, a lo que dice la ley. Suele suceder que no es así. La indómita realidad se niega a someterse y a cambiar. Pero nuestra fe es fuerte. Si la ley tal no funciona es porque no hemos sabido redactarla. En consecuencia se promulga una que cambia la anterior y establece un nuevo modelo. Este, casi inexorablemente tampoco funciona. Un caso patético es la Ley que Regula el Subsistema de Vivienda y Política Habitacional que ahora se llama Ley del Régimen Prestacional de Vivienda y Hábitat. Salvo error u omisión, hay versiones de 1989, 1993, 1998, 1999, 2000, 2002, 2005 y 2009. Ocho en 20 años. Si hay otras no logramos localizarlas.

2 Todas son casi exclusivamente de índole financiera. La creación de Fondos, sus interrelaciones, los organismos que lo administran, las condiciones que rigen las adjudicaciones, las ventas, las hipotecas y un amplio capítulo de sanciones. Se exceptúa la Ley de 2005 que incluía una parte sobre planificación y producción de viviendas.

3 Por otro lado, todas estas leyes mantienen la misma filosofía y los mismos mecanismos de operación de los sistemas capitalistas occidentales. Hay un ente promotor público o privado, que obtiene financiamiento a corto plazo público o privado, desarrolla conjuntos habitacionales, y vende las viviendas. Los beneficiarios y compradores de las viviendas, que casi nunca pueden pagar de contado, obtienen financiamiento a largo plazo, con el cual sí pueden pagar de contado. El ciclo del promotor privado queda cerrado: recibió financiamiento a corto plazo, construyó y vendió de contado, pagando sus deudas y obteniendo su utilidad. El promotor público, el Estado en fin de cuentas, aporta el financiamiento a corto plazo, construye y vende a largo plazo. Nunca obtiene utilidades porque vende a precios por debajo de su costo, es decir subsidia, y además vende en condiciones (iniciales, plazos, tasas de interés) por debajo de las condiciones del mercado. En todos los casos el ente vendedor garantiza que va a recuperar el crédito que ha otorgado mediante una hipoteca sobre el inmueble que es objeto de la negociación. En la ley de 2000 se aceptaban garantías que no eran hipotecas y tenían carácter social, pero esto desapareció en las versiones posteriores.

4 Sin embargo, Venezuela es un país cuya economía tiene características que la diferencian radicalmente de otros países. Desde hace décadas sufrimos una inflación altísima. Según algunos ministros esta inflación es estructural. Con este calificativo nos hacen saber, suavemente, que creen que la alta inflación no tiene remedio y que durará para siempre. La historia pasada pareciera darles razón. En todo caso es un factor que debería ser considerado en la planificación y las políticas nacionales. Lógicamente, también en el campo de la vivienda y el hábitat. Pero como que no.

5 Los gobiernos siempre han producido viviendas, a veces más a veces menos, de interés social, destinadas a las familias cuyos ingresos no les permiten adquirir una vivienda en las condiciones ofrecidas en el mercado privado. También se ha tenido como política que en el contrato de adjudicación se fijan el precio de la vivienda, el plazo para el pago, el interés y las cuotas mensuales y que estos no variarán nunca, que permanecerán fijos por 15, 20 ó 30 años, hasta que se termine de pagar. En cambio los gastos de cobranza aumentan todos los años al ritmo de la inflación. Un cálculo permite estimar que en unos 8 años el costo de la cobranza va ser superior al pago mensual que hace el adjudicatario. En este caso no se recupera nada y más se pierde cuando se cobra. Como el plazo puede ser de 20 años no tiene ningún sentido seguir cobrando a partir del año nueve. Un estudio del INAVI en 2001 mostraba que el 90 % de la recaudación provenía de las viviendas adjudicadas en los últimos 5 años y que solo el 10 % correspondía a las viviendas que tenían más de 5 años de adjudicadas. Una demostración incontrovertible de lo antes dicho.

6 La conclusión es que el sistema actual de adjudicación de las viviendas de interés social carece de sentido. Aquí surge la pregunta ética: ¿Debe el Estado regalar las viviendas como regala la educación y la salud? ¿Debe el Estado recuperar algo, deben las familias pagar algo por sus viviendas, como pagan algo por alimentación y transporte? Cada opción tiene sus razones a favor y en contra. Por las manifestaciones públicas del gobierno parece que se ha optado por la solución que las familias deben pagar algo por su vivienda. Pagar justamente en función de lo que pueden pagar. Si no pueden nada habrá el subsidio total. Ahora bien, si deben pagar la pregunta es cuánto y cómo. El sistema actual no sirve. Hay contradicciones profundas. Por lo tanto deberían buscarse nuevas fórmulas.

7 En el INAVI a principios de este siglo funcionó el “Programa de Viviendas de Interés Social” (PROVIS). En este programa experimental había un proceso de selección y adjudicación que se prolongaba paralelo al período de construcción de las viviendas, las cuales eran adjudicadas inmediatamente al terminarse. Aparte de otros sistemas novedosos como el modelo de selección de los beneficiarios según sus condiciones socio-culturales-económicas, se estableció que el beneficiario debía ahorrar durante el proceso, y pagar el 20 % del costo de la vivienda y recibía el título de propiedad completa en ese instante, sin ningún pago adicional. En la evaluación a posteriori la opinión fue favorable. Otra idea que ha circulado sin concretarse es que las comunidades se ocupen de las recaudaciones y éstas se utilicen para el mejoramiento y mantenimiento de las áreas comunes y públicas de la comunidad. Seguramente hay otras alternativas. La cuestión es ponerse a pensar, experimentar y avanzar hacia las condiciones óptimas.


AyB 284 - 11 Agosto 2011

AyB 284 - 11 Agosto 2011






UN FORO: SINCRONÍAS Y DIVERGENCIAS

 



 
 
 
 


1 El diario Últimas Noticias viene fomentando un ámbito para el debate de ideas y propuestas sobre temas prioritarios y de interés colectivo. Ya han realizado varios foros. El pasado jueves 28 de julio, celebraron uno sobre el crecimiento y reordenamiento urbanístico de Caracas, con motivo de su 444 aniversario. Estas oportunidades de confrontar visiones y gestiones, se hacen dentro de un clima de equilibrio y respeto, con la presencia de una interesante y constructiva diversidad de participantes, por sus orígenes, formación y posiciones ideológicas y políticas.
2 En esta ocasión, sobre Caracas, expusieron diez ponentes relacionados con los temas urbanos de la ciudad: un ministro de estado, un concejal metropolitano, un concejal municipal, un director de planificación municipal, dos académicos de la UCV, un director de museo, un asesor de urbanismo metropolitano y dos articulistas de ÚN, moderados y coordinados por el Director de Últimas Noticias. Además el público participó mediante preguntas escritas las cuales facilitaron aclaratorias y ampliaciones de los ponentes. A continuación, algunos planteamientos expuestos.

3 Entre los puntos en que hubo coincidencias o poca confrontación están los siguientes. “El buen funcionamiento de la ciudad es fundamental para el buen funcionamiento del país. Es necesaria una hoja de ruta conjunta de la ciudad, un plan, si no, no hay futuro. No se trata sólo de técnicos. Caracas ha sido muy planificada lo que falta es la ejecución de los planes. La gobernabilidad se complica por la descoordinación entre los cinco municipios, no por la cantidad de ellos. La ciudad debe tener autonomía, para decidir y de recursos, sin depender en exceso del gobierno central. Los problemas prioritarios de Caracas son seguridad, empleo y movilidad. Sin cambio de mentalidades de las personas no hay cambios de estructuras. Es indispensable elaborar un plan para la ciudad estructurando a sus cinco municipios y dentro del contexto regional de la capital, con consenso político y de amplia participación democrática, con visión a plazos y de forma integral. Una nueva formación de ciudadanía y de ciudadanos y su participación activa es lo esencial para la convivencia urbana”.
4 El debate reveló algunas diferencias de enfoques en materias como las que siguen. “Difícil salir de la confrontación política para analizar los grandes asuntos urbanos. No sólo se deben tratar los problemas inmediatos, locales. El tema urbano es mundial. La gente migra a las ciudades porque allí se ofrecen opciones. El problema es cómo se distribuyen esas opciones. La ciudad occidental no funciona. Nuestras ciudades son injustas por estar divididas, distribuidas irracionalmente. Hay que interrogar a los responsables históricos de esa realidad. ¿Ahora qué hacer? Partir de una discusión de los trascendentales temas urbanos, relacionados con la justicia urbana y los cambios y perspectivas mundiales y nacionales sobre el clima y las energías”.

Los ponentes del foro en orden de aparición: Eleazar Díaz Rangel (moderador), Marco Negrón, Juan Pedro Posani, Indira Rojas, José Luis López, Christian Chirinos, Juan Carlos Rodríguez, Alejandro Vivas, Alfredo Roffé, Alejandro López y Francisco Sesto.

Un comentario


Aunque hubo mucha prudencia y los desencuentros ni se notaron, hay dos temas candentes pero apenas fueron señalados, o más bien, los intuimos de algunas intervenciones. El rol y equilibrio entre los ámbitos de poder y competencias, privados y público, en los asuntos urbanos. Así como la dirección y el control del Estado en las políticas, planes y ejecución. Quizás es allí donde reside la diferencia importante sobre el desarrollo del país. Entre la visión de cambios que adelanta el gobierno revolucionario, manifiesta cada día con sus acciones y errores, con la otra visión, que lamentablemente, poco o nada se expresa, pero que se puede deducir de las actuaciones y gestiones en gobernaciones y alcaldías que domina la oposición política al gobierno.

Dos ausencias en el foro


Ningún expositor mencionó, ni sutilmente, el futuro de los gobiernos municipales ante los actuales cambios. A esta hora del partido, para qué sirven los concejos municipales, cuánto cuestan, cuanto espacio útil ocupan. ¿Se ha estudiado lo que consume en tiempo y en bolívares la elaboración de una ordenanza, por ejemplo, sobre ruidos? ¿Se ha evaluado el grado de aplicación, utilidad, pertinencia, impacto, necesidad, actualidad, razón de ser, de la inmensa mayoría de ordenanzas que existen en los 335 municipios, las de ruido por ejemplo? ¿Qué pasaría si se eliminan los concejos municipales?
Si la movilidad es prioritaria, según casi todo el mundo, faltó preguntar ¿por qué 335 alcaldes, 24 gobernadores y algunos entes nacionales, aún no han intervenido para racionalizar, normar, optimizar y garantizar un eficiente sistema de transporte colectivo superficial que hoy, bajo la arbitrariedad e intereses de una multiplicidad de asociaciones privadas, le hacen vivir día tras día un infiernito a grandes mayorías urbanas?


Una propuesta


Sería conveniente un nuevo foro en el cual se contrasten las obras de uno y otro. Se analicen y debatan, con respeto y reconocimiento mutuo. Sería muy esclarecedor conocer como el municipio Libertador afronta las prioridades, el manejo de la ciudad y el desarrollo de sus espacios, y cotejarlo con, por ejemplo, el plan del municipio El Hatillo y sus inversiones inmobiliarias privadas en las zonas ambientales tan delicadas como son las del sureste de Caracas. Comparar que infraestructuras y equipamientos se prevén en una y otra realidad. En cómo se distribuye y apropia la población del espacio. Confrontar los bulevares de Libertador con las aceras de Chacao, con la plaza Sadel de Baruta, con la redoma de Petare en Sucre y el bulevar de la Boyera en El Hatillo. Así se podría verificar contundentemente lo que discursos, o silencios, proclaman.

 

AyB 283 - 04 Agosto 2011

AyB 283 - 04 Agosto 2011








LA GRAN MISIÓN VIVIENDA COMO EXCUSA

Hoy nos encontramos en una interesante encrucijada. Por una parte venimos de un camino tortuoso, complejo, fallido. Por la otra, se ha iniciado un plan de vuelo, ambicioso, audaz, también complejo, lleno de expectativas. Se trata de la Gran Misión Vivienda Venezuela. ¿Por qué una encrucijada? Porque se presentan dos caminos. Uno conduce a la visión cuantitativa del tema, a cumplir con la meta de dos millones de viviendas en siete años. El otro es diferente. Además de buscar alcanzar las metas, es la oportunidad de usar ese colosal programa como una razón para conseguir otros objetivos de mayor trascendencia y extraordinarios logros, que podrían impactar decisivamente al país. Veamos algunas posibilidades para demostrar esta reflexión.

Rehacer el territorio y las ciudades

Identificar, adquirir y desarrollar terrenos, de diversas superficies y en las regiones prioritarias, abre las compuertas para aplicar un deseado y necesario reordenamiento y crecimiento equilibrado y racional de las metrópolis y de las ciudades intermedias y pequeñas. Sería una excusa para repensar las ciudades e impulsar un desarrollo urbano donde lo colectivo y público se privilegie sobre los intereses particulares. Donde el transporte público y de calidad prive sobre el carro privado. Donde los espacios públicos, diversos, peatonales, abiertos, seguros, socializadores, accesibles y de calidad, se impongan sobre los guetos comerciales, perdón sobre los centros comerciales, cerrados, consumistas, reiterativos, monótonos, frívolos. Es el momento de reemplazar las ordenanzas municipales, insólitos dinosaurios jurídicos tramposos e ineficientes, por unos planes dinámicos, consensuados, audaces, estimulantes y promotores, más que punitivos, y especialmente creativos y dirigidos al beneficio del colectivo y a la optimización y uso adecuado de la naturaleza. Es tiempo de planificar a las ciudades y de entenderlas como parte de un sistema territorial y urbano de grandes potencialidades y de indispensable funcionamiento para que toda la sociedad realmente alcance su equilibrio y satisfacción de servicios, equipamientos y amenidades.


Impulsar la industrialización

Producir  y disponer de los insumos necesarios para dos millones de viviendas, obliga a un profundo y sostenido esfuerzo de desarrollo de las capacidades y potencialidades de las pequeñas, medianas y grandes industrias nacionales. Una meta de esa magnitud, más lo necesario para las infraestructuras indispensables para la vivienda, el transporte, el agua, la energía, la salud, la educación, el abastecimiento, la recreación, deporte, y pare contar, exige un plan de desarrollo industrial y sería la oportunidad para reorientar y reconstruir la dispersa, descoordinada, aleatoria, espasmódica, atrasada e ineficiente industria de la construcción criolla. Esta estrategia industrial generaría el desarrollo y avances de otras áreas relacionadas estrechamente. Como son la investigación y el desarrollo tecnológico. Impulsaría el uso de lo existente y engavetado en centros de financiamiento y formación tecnológica. Lo desempolvaría. Pero además, apoyaría la creación de nuevos conocimientos y tecnologías apropiadas para nuestro país y necesidades.

Capacitación y formación

Un esfuerzo de esta naturaleza sin la gente preparada puede conducir a logros magros y frustraciones a muy corto plazo. La Gran Misión Vivienda implica una generación y oportunidades de trabajo, de tal diversidad de conocimientos y experticias, que son casi incalculables las necesidades de profesionales y técnicos que se necesitarán en este momento y en los próximos 10 años. ¿Estamos preparándolos? Este tema lo dejaremos así, en incertidumbre, para que los responsables de los diferentes grados y niveles de formación básica, media, técnica, universitaria y especializada, reflexionen sobre sus actuales resultados y sus planes y expectativas futuras. ¿Dónde están los arquitectos que diseñen conjuntos de vivienda diferentes a la harta y lamentablemente conocida “formación cerrada”? ¿Dónde están los ingenieros que garanticen la capacidad antisísmica de las estructuras? ¿Dónde están los planificadores de emergencias y sus planes para prevenir y limitar o suprimir efectos catastróficos en las barriadas y ciudades del país?

Masificación de la organización social

Una Misión con esta amplitud de alcances y efectos, requiere de una claridad, transparencia, consciencia, cultura, participación integral y continua, de la enorme mayoría de la población. En diferentes tipos de organizaciones y de múltiples grados de intervención. Una sociedad organizada, preparada, es el motor esencial de su supervivencia en situaciones extremas y de garantía para la superación sostenida de su calidad y formas de vida. Hay que ampliar y profundizar la capacidad para que la más amplia mayoría de la población actúe sobre los problemas y aspectos de sus ámbitos donde reside, estudia y trabaja. Debe estar preparada, organizada y sobre todo coordinada.

Hay mucho más

Por ejemplo, se presenta la excusa perfecta para reordenar y rehacer lo existente. Para reforzar estructuralmente todas las edificaciones que incumplan con los estándares sismorresistentes. De trasladar a todos los pobladores y sustituir estructuras y equipamientos, que estén en sectores de riesgo sísmico, derrumbe o inundación. De racionalizar y modular los componentes constructivos y las edificaciones, herramienta clave para la optimización y masificación del desarrollo industrial. De crear grandes empresas públicas para la asistencia técnica y para la habilitación de tierras para las más importantes y prioritarias urbanizaciones y equipamientos. Y todavía hay más, pero lo que parece obvio, es que la Gran Misión Vivienda Venezuela, debe enfocarse mucho más como un medio, un instrumento, una herramienta, un camino, que como un fin, un objetivo en sí misma. ¿Les parece?


miércoles, 24 de abril de 2013

AyB 282 - 28 Julio 2011

AyB 282 - 28 Julio 2011








CARACAS, CRECIMIENTO Y COLAPSO

1 Comenzamos con una referencia al crecimiento de Caracas según los datos censales de 1990 y 2001. Las tendencias no han cambiado en la última década y las lecciones siguen siendo válidas. La intención es destacar algunas características de los movimientos migratorios. El método es simple, se toma la población de 1990 y con la tasa de crecimiento nacional se calcula la población que debió existir en 2001. Se compara con la cifra real de ese año y se determina si ha habido inmigración o emigración de población.

2 La población del Dto. Capital, Miranda y Vargas, Región Capital, en 1990 era de 4,0 millones. Si hubiera crecido igual al país en 2001, con una tasa anual de 2,27, habría debido tener en 2001 5,1 millones de habitantes, pero realmente llegó a solo 4,5 millones. Se deduce una emigración de 634.000 habitantes. De ese total 503.000 salieron del Dto. Capital, que coincide con el Municipio Libertador. Otros 70.000 de Miranda y 62.000 de Vargas. Se concluye que desde la Región Capital sale una fuerte emigración ¿Por qué? Porque la vida, como vemos, se ha vuelto infernal. Aunque sale mucha gente de la Región Capital de todos modos hay un crecimiento pequeño, y la distribución de las corrientes migratorias no es pareja en toda la Región.

3 El Sistema Metropolitano de Hidrocapital, que usaremos como base de análisis, incluye los Municipios Libertador, Chacao, Sucre, Baruta y El Hatillo. Pasó de 2,7 millones en 1990 a 2,8 millones en 2001. Creció 100.000 habitantes en 11 años, pero ha debido crecer 734.000 personas, por lo que se puede afirmar que emigraron 634.000 personas. El Sistema Vargas cubre el Estado Vargas, por lo que emigraron de él las 62.000 personas antes indicadas.

4 Miranda es mucho más complejo espacialmente. Hay 4 municipios que funcionan con el Sistema Metropolitano. Chacao, Sucre, Baruta y El Hatillo, de los cuales emigraron unas 131.000 personas, pero los restantes cuatro sistemas que son Panamericano, Fajardo, Losada-Ocumare y Barlovento, tuvieron un crecimiento superior de lo que debieron crecer, tuvieron una inmigración de unas 135.000 personas.

5 La síntesis de todos estos números es que el Área Metropolitana de Caracas no aumenta su población residente, y que todo el crecimiento vegetativo emigra hacia otros lares, especialmente hacia los sistemas Fajardo (Guarenas-Guatire) y Losada-Ocumare (Valles del Tuy).

6 ¿Por qué entonces los problemas del Área Metropolitana se hacen cada día más graves? Nos referimos por ejemplo al insoportable congestionamiento del tránsito, el inmenso volumen de desechos sólidos a remover cada día, la escasez y el costo creciente de los servicios de agua potable y electricidad, el hacinamiento en el Metro y la contaminación atmosférica. La explicación está en que lo que no crece es la población que está domiciliada, la que duerme en el Área Metropolitana, su población nocturna.

7 Pero si crece, y mucho, la población que vive durante el día en el Área Metropolitana por razones de trabajo, diligencias, salud, servicios, etc. Esa está domiciliada sobre todo en Miranda, duermen en Guarenas, Ocumare, los Altos Mirandinos y muchísimos viajan en la mañana, todos los días, a Caracas para regresar por las tardes y noches a sus domicilios, tras pesadas horas de viaje.

8 La población diurna del Área Metropolitana seguirá creciendo mientras no salgan de ella el excedente de fábricas, oficinas y sitios de trabajo y prestación de servicios que se siguen localizando irracionalmente en este territorio. Y seguirán creciendo sus problemas hasta el momento en que nos agarre la entropía, el desorden total que se expresa en la paralización absoluta y la lenta muerte. Suena melodramático pero es así. Sin contar con la amenaza de los desastres naturales cada vez más frecuentes.

9 Apartando esas visiones terroríficas, aún en el nivel de los problemas más cotidianos, hace falta una política nacional de distribución de la población basada en una adecuada localización de los centros de trabajo, de servicios y de utilización del tiempo libre, antes de que el colapso se produzca en el AM de Caracas y comience a amenazar otras ciudades del país.


TRASCENDER LA GRAN MISIÓN


La Gran Misión Vivienda Venezuela debe trascender su objetivo de atender las necesidades del país con la construcción de dos millones de viviendas. La arista política y cualitativa de la Gran Misión va mucho más allá. Significa aprovechar ese vigoroso impulso para repensar lo territorial y urbano. Para revisar y cambiar la inercia desarrollista que aún impone un enfoque y uso absurdo e insostenible del territorio, de la infraestructura y de las ciudades degradadas que padecemos. Esa Gran Misión es la extraordinaria ocasión para rehabilitar y habilitar según el caso, a las infraestructuras y poblaciones grandes, medianas y pequeñas, y transformar gradualmente la calidad de vida de las mayorías del país.




AyB 281 - 22 Julio 2011

AyB 281 - 22 Julio 2011








UN SOLO PARQUE


 
Fuente: Nicola Rocco tomado del libro Caracas Cenital. 2005

1 Desde hace unos añitos teníamos un sustico por dentro, como decía la abuela. Cierto. Nos mantuvo en vilo la posibilidad de no entender la importancia de ese pedazo de terreno, llamado en la cotidianeidad La Carlota. Al fin se decidió desarrollarlo como el parque Bolívar. Nombre que marcará, ojalá, el enfoque y el proyecto a realizar. Vivimos tiempos de radicales transformaciones ideológicas y culturales, que deben expresar igualmente un cambio relevante de la piel de esa sociedad, sus ciudades, sus partes, sus componentes, sus equipamientos colectivos.
2 El parque Bolívar (sin el Simón nos acerca más a él) debe ser el resultado de una visión distinta de la ciudad. Es una oportunidad de demostrar que tipo de sociedad y de ciudadanos deseamos. El concepto de este parque debe interpretar y reflejar los cambios en proceso. Este invento cultural e ideológico en construcción, debe saber ver, buscar, escuchar, pensar, decidir, hacer y, repensar constantemente.

3 Lo primero es que el proyecto a realizar debe recoger puntos de vista de la más amplia diversidad. Si no es conveniente un concurso nacional o internacional para esta ocasión, entonces, es impelable reunir, integrar, fundir, a un acertado y talentoso grupo de personas, de diversas experiencias y saberes, bajo una visión de cambios de la sociedad. Es imperativo. Evitemos repetir proyectos casi unipersonales, apropiados para ciertas circunstancias, pero inconvenientes para las de impacto colectivo metropolitano y nacional.

4 Lo segundo son los detalles del proyecto. Deben ser audaces y de gran creatividad y resolución. Sólo un ejemplo. La unión con el parque Francisco de Miranda, debe integrar dos grandes áreas de máxima importancia urbana, tiene que ser un vínculo para lograr un solo parque, de inmensas potencialidades y contribución para el desarrollo de Caracas y de la calidad de vida de propios y visitantes. Pero además para mostrar la ingeniosidad y el desarrollo cultural e industrial-productivo del país. Por lo tanto tiene que ser una conexión extraordinaria, insólita. Una rótula inédita. Lo cual nace de la conjunción de visiones y capacidades y poquísimas veces de la genialidad individual.

5 Hay que borrar para siempre el síndrome de la “solución del problema” con los ineficientes y absurdos “burros” y pasarelas. Lo cual, con humor, sería una enorme contribución al diseño urbano desde el Homo sapiens hasta hoy. Sería descabellado y estructuralmente idiota (nada sapiens), que así como unos y otros colocan los llamados policías acostados como reductores de velocidad a diestra y siniestra, vengamos ahora a unir a Bolívar con Miranda, a través de una mísera pasarela. Tenemos por delante una extraordinaria tarea que exige ¡pasión, inteligencia, humildad y audacia!

Visión de la Alcaldía de Chacao


Esconder carencias. En algún momento podía pensarse que la criticadera y quejadera frente a este proceso obedecía a lo inédito del mismo y a la ruptura de la “normalidad inercial” de 40 años. Hoy no. La ausencia de propuestas concretas y viables, la reiteración de lugares comunes y deseos galáxicos, acompañada de la feroz y descarnada negación de todo, todo todito, de este gobierno, sólo es un manto de malabarismos mediocres, para tapar el proyecto de país que intentarían reconstruir para regresar al mundo de los privilegiados y de permanente prometedera, de una sociedad ideal inalcanzable pero que se hace creer que se llegará. El adversario carece de un proyecto de país mejor que el actual. Por tanto, no lo divulga sino que “transfiere” al otro (en términos siquiátricos), sus debilidades y (des)cualidades criticando y negando a troche y moche, sin ninguna opción constructiva que permita superar lo que critica.
Electricidad y cabillas. Parece ser que las restricciones de energía eléctrica seguirán limitando por unos cuantos meses la producción de vigas, columnas, tuberías y mallas indispensables para la ejecución de la Gran Misión Vivienda. Se han tomado una serie de medidas lógicas y positivas para evitar la corrupción en la distribución de estos materiales, que desviaba su utilización hacia otros objetivos. Se han establecido controles muchos más rígidos y se ha anunciado la creación de una gran red de centros de acopio y distribución. Magnífico. Pero la pregunta sigue siendo si la producción honrada y racionalmente utilizada será suficiente para satisfacer las necesidades de la Misión. Esperemos y confiemos que sí. Pero a Dios rogando y con el mazo dando. Si va a ser necesario importar debe hacerse una planificación seria y evitar ¡por favor! las medidas de emergencia que están carcomiendo la revolución por ser caldo de cultivo a la falta de control, corrupción e ineficiencia.

Adelante con AVIVIR. El siete de julio pasado apareció un nuevo decreto de expropiación de 55 terrenos para los programas de vivienda social. AVIVIR son Áreas Vitales de Vivienda. Es un buen lote adicional para las reservas de terreno destinadas a los programas masivos de vivienda y hábitat. Esta acción es un pilar fundamental y determinante para que esos programas puedan ejecutarse eficaz y oportunamente. La tierra hay que estudiarla, hacer levantamientos, estudios de suelo, proyectos y construcción de redes de vías, acueducto, cloacas y electricidad y hacer los proyectos de urbanismo integral para luego, por las más diversas vías, construir las viviendas. Este proceso toma años y por eso la conformación de grandes reservas de terreno con suficiente anticipación es imprescindible es y un gran paso que se está dando. La creación de estas zonas asegura además un desarrollo urbano, exento de las arbitrariedades de las inversiones privadas, completamente aleatorias en el tiempo, que han marcado el absurdo desarrollo irregular de nuestras ciudades.

martes, 23 de abril de 2013

AyB 280 - 14 Julio 2011

AyB 280 - 14 Julio 2011











No nos referimos a un ente que posee la propiedad de ser invisible. Por ejemplo el hombre invisible, tantas veces protagonista de antiguas y modernas películas, o simplemente Dios. No. Nos referimos a entes perfectamente concretos, existentes y visibles que por una brujería son invisibilizados, hechos invisibles contra su voluntad y su naturaleza. Esta brujería está extensamente difundida y es utilizada universalmente. Se trata del tipo de metonimia que consiste en hacer pasar la parte por el todo. La utilizamos cada rato. “Los venezolanos son felices” hace invisibles a los venezolanos que no son felices. “Estamos mal pero vamos bien” invisibiliza a los que estamos bien y vamos mal. “No hay libertad de expresión” transforma en invisibles a las amplias mayorías que dicen lo que les da la gana.

Esta brujería lingüística en la mayoría de los casos se emplea por pura comodidad y hasta con fines poéticos. Pero es un instrumento poderosísimo de la clase dominante que lo utiliza extensivamente para convencer de que todo marcha bien, de que nada marcha mal y de que todo debe seguir como está. Los privilegiados con sus privilegios. El truco es hacer desaparecer lo que está mal, los conflictos, las miserias, las marginaciones y persecuciones. Se presenta la parte bonita, agradable como el todo y se hace desaparecer la parte inconveniente. No se ve, no está presente, no cuenta, no importa, no existe.

Este comentario resulta de la lectura de muy diversas publicaciones académicas, oficiales, de los medios masivos públicos y privados y de todo tipo referidas al problema de la vivienda en el país. Tomemos el caso de las viviendas producidas en Venezuela en los 20 años que separan los Censos de 1981 y 2001. La revista Debates, del IESA, (segundo trimestre de 2011) tiene un extenso material sobre “Vivienda”. Establece que en esos 20 años se construyeron 1.280.000 viviendas por el sector público y el privado. El semanario 6to. Poder (26-06 al 03-07 de julio de 2011) da la cifra de 1.200.000 viviendas. Diversas series de Ministerios e Institutos se refieren solo a las producidas por el sector público. Las Cámaras suelen incluir las de los sectores públicos y privados. Las cifras más o menos coinciden.

Sin embargo el Censo de 1981 dice que en esa fecha existían 3.060.000 viviendas en Venezuela y el de 2001 que la cifra era 6.050.000. Es decir que en el período se construyeron 2.990.000 viviendas. Hay entonces 1.750.000 más que según la cuenta institucional. ¿Existen? ¿De dónde salieron? Las construyeron las gentes por su propia cuenta, fuera de los controles y estadísticas formales. Y no son ranchos. En 1981 había 492.000 viviendas inaceptables y en 2001 490.000, es decir que todas las que se construyeron fueron aceptables, según el Censo.

¿Existen? Por supuesto que en la realidad existen. En la mente de las clases y dirigentes que ostentan el poder y la riqueza no existen. Son una simple nebulosa, allá lejos en las montañas o perdidas en los horizontes lejanos. No existen para ellos, nunca las nombran, no son una variable a tomar en cuenta cuando se formulan políticas y planes. Se trata de que para todo el mundo sean esa fastidiosa y nula nebulosa. Se llega a los extremos de que el Banco Central, cuando prepara las informaciones sobre las cuentas nacionales no incluye el valor de esas centenares de miles de viviendas construidas fuera del marco formal.

Es posible que la mentalidad dominante no haya cambiado en los últimos 20 años. Que los patrones de pensamiento sigan siendo los mismos. Que su visión del país esté totalmente deformada por esa ignorancia de su realidad, por esa invisibilidad, que les impide encontrar la ruta adecuada. Tal vez deberían comprarle a Jack Sparrow su formidable brújula.

 

DESPUÉS DE LA EUFORIA


Acabamos de presenciar una Caracas inédita. El Bicentenario tuvo un halo mágico. Calles, bulevares y edificios, patrimoniales o no, fueron tomados por la alegría y el espectáculo para diversos gustos. La bailadera y la cantadera se desparramaron, y juntaron al paseante común con ministros, artistas y políticos. La algarabía Bicentenaria quedará como un ejemplo de cómo la ciudad puede ser otra y como sus habitantes pueden vivir, disfrutar y formarse con otros valores y otras expectativas. Como relacionarse entre sí, con los otros y con la ciudad y su patrimonio histórico y moderno.

Dos reflexiones surgen de esta fugaz e idílica ciudad: ¿cómo sostenerla en el tiempo? y ¿qué viene después? La reinauguración de los espacios públicos y su uso intensivo por la gente debe ser cotidiano y no, pasajero, por cortos días. Debe ser permanente, diario, a toda hora. La segunda, tiene que ver con la administración de la ciudad. Con la conserjería urbana. Con la planificación.

Ambas consideraciones convergen hacia la visión de ciudad que aspiramos y hacia la organización y manejo que debemos desarrollar para alcanzar esa ciudad que deseamos. Atrevidamente, y con las debidas excusas, la actual estructura de gobierno y de administración, bien sea regional, metropolitana o municipal, en Caracas y en la inmensa mayoría de las ciudades, capitales de estado o no, es inadecuada e ineficiente, a pesar de esfuerzos y logros parciales y puntuales.

Venezuela es actualmente, una casi milagrosa experiencia colectiva sin antecedentes similares. Plena de necesidades y oportunidades, de experimentos y transformaciones, de esperanzas y realidades. De búsqueda creativa e inteligente. La ciudad es una condición esencial del “buen vivir” reiteradamente expresado para sustentar y estimular las misiones y estrategias públicas, de mayor trascendencia del gobierno socialista.

Hay que repensar lo territorial y lo urbano. Basta de la “emergenciadera” como forma casi constante de atender a la ciudad y sus asuntos. Tenemos que curar a la sociedad para tener ciudades sanas. ¡Tamaño reto! Ahora, que terminó el afán celebrativo, ¿cómo mantenemos, ampliamos y extendemos esa sabrosa Caracas, después de la euforia?

AyB 279 - 07 Julio 2011

AyB 279 - 07 Julio 2011







1 En tiempos de transformaciones complejas, las políticas públicas deben tener muy claro el fin que persiguen y aplicar estrategias progresivas y de transición. Es decir, estrategias de cambio acompañadas de otras que concedan espacio a lo existente que se busca modificar o eliminar.
2 En el caso de las ciudades, éstas reflejan la salud o el deterioro de la sociedad. Son como la piel, donde se manifiestan las consecuencias y efectos de una forma de vivir, de pensar. Lo físico, el territorio y los asentamientos humanos, expresan con contundencia el tipo de sociedad que tenemos. Nuestras ciudades muestran la ideología dominante y la pobreza generada por ella.
 
3 En estos momentos de euforia y búsqueda de frescos caminos, la estrategia urbana, para nuevos desarrollos y para rehabilitar las ciudades existentes, debe estar impregnada y sustentada, conscientemente, de la visión de la inédita sociedad a construir. Es imposible hacerlo con los enfoques y visiones de aquella sociedad que fue precisamente la que creó los problemas y la miseria de las ciudades venezolanas.
4 Para edificar una ciudad socialista que refleje a la sociedad que la genera, y mientras construimos esa nueva nación, debemos hacer eficientes y gratas las ciudades actuales. Ciudades de transición que irán reflejando el cuerpo social que las determina.
5 Por ello, en estos momentos de enormes inversiones y planes para la nueva infraestructura, equipamientos y viviendas, hay que revisar bajo qué criterios y premisas los vamos a desarrollar. Es momento de urgencia y de trascendentales decisiones. De tener claridad y visión futura. De sumar y unir. Es momento de hacerlo bien.
6 La ciudad socialista es demasiada trascendental. Cualquier nueva urbanización o ciudad no es socialista por decreto ni por deseo. Será socialista cuando quien la construya lo sea. Todo acto en el campo físico y territorial tiene que darse al mismo tiempo en lo ideológico y cultural. La expresión urbana es resultado del cambio ideológico y cultural en su más amplio sentido.
 

Delito cultural en Sabana Grande. Una crítica expresa que en ese bulevar se borró la imagen patrimonial urbana al eliminar los avisos patrimoniales y originar que un negocio tenga que invertir en unos paraguas para atender a su clientela. Habría que preguntarle a esa persona, si es posible llamar delito cultural a la racionalización de la publicidad anárquica y desproporcionada, así como que los avisos de la Farmacia Asunción y la Librería Suma se rescaten y valoricen. O que se eliminen los avisotes que cubren las fachadas enteras y las arquitecturas de arquitectos, quizás respetados por esa crítica. Si es un delito que los negocios paguen sus costos de trabajo y se les norme el uso insólito que algunos hacían de las pérgolas públicas pero privatizadas. Habría que preguntarse si es necesario responder a tanta “absurdez”.

La Gran Misión Vivienda Venezuela desarmó a la oposición. Ni mencionan el trillado tema de la propiedad privada de las viviendas. Se han reducido a vigilantes de obras para acusar al gobierno de si pusieron o no un bloque, para luego descargar sus insólitos argumentos y pronosticar el incumplimiento de las metas. No han entendido que el fin es la convicción de un pueblo de que este es el camino de superación y no de prolongación de su agonía. No han entendido que sus enfoques crearon la actual tragedia urbana y de la vivienda, y que es imposible resolverla con métodos y visiones que la originaron.

Contenedores de basura. Estos artefactos en barrios y urbanizaciones, sólo se explican para alcahuetear y darle aliento a la incapacidad de atender con eficiencia y resolver, el almacenaje y recolección de los desechos sólidos. Ahora los contenedores están llenos y desbordados con más basura. ¿Nadie se ha dado cuenta de que las empresas de basuras cada día son peores? Es hora de ver este tema como estructural y con otra visión.

Pocetas ahorradoras de agua. En los años 60, el gobierno acordó con la empresa Sanitarios Maracay comprarle la producción de WC de bajo consumo. Fue una decisión acertada: vinculó a la industria con la política de vivienda, estimuló la capacidad productiva criolla con sus efectos empleadores y desarrollo tecnológico. Contribuyó con la cultura del ahorro de agua. El pasado, a no repetir, tiene detalles a sopesar.

Motos y moto “taisis”. Este tema hay que afrontarlo con creatividad e inteligencia. Responde a una necesidad: la carencia de un buen sistema de transporte. Pero es un ejemplo de anarquía e incultura urbana. La ciudad en transición hacia el socialismo tiene que resolver con urgencia el pésimo transporte superficial privado y la carencia de una administración del tráfico, lo cual contribuiría con la formación de ciudadanos y erradicaría el “sálvese quien pueda” de las calles de la ciudad.

Diferentes escenarios. La actual situación sobre la salud presidencial nos recuerda conocimientos adquiridos y experiencias personales. En el proceso de diseño, la formulación de escenarios posibles es una herramienta indispensable. Ante la adversidad en la salud, la comprensión de las diferentes vías que se nos presentan, su aceptación y preparación para abordarlas, es esencial para sobrevivir y con calidad. Esa es una de las cosas más simples y complejas de la vida: hacer lo que uno tiene que hacer.

Celdas individuales. Es incomprensible que autores de delitos “extremos” estén conviviendo con privados de libertad por causas leves. ¿Será posible construir nuevas cárceles o anexos a las existentes, donde los peligrosos o “incurables” estén bajo un tratamiento especial en celdas propias?

AyB 278 - 30 Junio 2011

AyB 278 - 30 Junio 2011








ESCUELAS, SOCIEDAD, CIUDAD


1 En la década de los 50 se popularizó el concepto de unidad vecinal. En esa época los estudios y teorías de planificación urbana conocían un período de auge. La labor teórica y publicitaria de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) era muy intensa y su influencia llegó hasta América Latina.

2 En la segunda mitad del siglo XX predominó esta teoría, también en la planificación urbana venezolana. Las zonas residenciales se organizaban en unidades vecinales, es decir las viviendas para una población de cinco a diez mil personas, agrupadas alrededor de equipamientos básicos: escuela primaria, iglesia, comercios y clínicas locales, campos de juego. Varias unidades vecinales formaban una unidad distrital con una población de 35 a 50.000 habitantes, con su propio centro, donde aparecían servicios más especializados.

3 En Venezuela las grandes urbanizaciones del Banco Obrero como Caricuao y El Valle en Caracas o La Isabelica en Valencia, se organizaban espacialmente según estas teorías. Cuando se construían las urbanizaciones se reservaban todas las áreas necesarias para los equipamientos y servicios. Lamentablemente nunca había dinero para construir los equipamientos completos y muchas áreas quedaron vacantes por años. La improvisación y la rapacidad gubernamental fueron ocupando esos terrenos con edificios de viviendas aumentándose el déficit de equipamientos. No se construían los equipamientos para la población original y además se aumentaba enormemente esa población. Sin embargo algo quedó.

4 Las grandes urbanizaciones privadas construidas en las haciendas de Caracas, desde San Bernardino hasta La Urbina no aplicaron nunca los principios de la CIAM. Su negocio era urbanizar la mayor cantidad de parcelas para construir edificios residenciales y comerciales y nunca previeron nada para equipamientos colectivos de interés social.

5 Uno de los aspectos importantes dentro de estos conjuntos y por supuesto dentro de la vida social urbana es la ubicación y dotación de escuelas básicas En países como Venezuela muchas zonas residenciales no cuentan con escuelas públicas a distancias peatonales para sus habitantes.

6 Además, lo que es mucho más grave, la calidad de la enseñanza no es para nada similar. Casi siempre la educación pública está por debajo del nivel de calidad de la educación privada, y hay grandes diferencias entre las escuelas públicas, algunas con un buen nivel y otras con un nivel bajísimo, lo cual elimina la igualdad de oportunidades y consagra la marginalidad y la exclusión.

7 Como se ve el problema no es solo la construcción de los equipamientos urbanos sino que mucho más importante es el problema de la calidad de la educación. Digamos de una vez que este problema corresponde a otro ámbito de competencia que no es el urbanismo y el hábitat. Pero  tiene una importancia tremenda en el funcionamiento de las ciudades.

8 En Caracas hay muchísimas familias que prefieren mandar sus hijos a escuelas que pueden estar muy lejos pero que le garantizan una calidad de enseñanza aceptable. La población de los estratos A, B, C y parte del D lo hacen. Sólo los más pobres no tienen posibilidad de escogencia, remachando las condiciones de marginalidad y exclusión. Entonces hay una muy alta población escolar que tiene que usar vehículos individuales o colectivos para ir de su casa a la escuela y regresar. Es un hecho reconocido que en los períodos de vacaciones escolares el tráfico mejora notablemente. Por no hablar del feroz desgaste físico y espiritual de los niños encerrados en carros por horas y horas y meses y años.

9 Aunque ya casi no se habla de ciudad socialista, la coyuntura actual con la Gran Misión Vivienda y la construcción de 2 millones de viviendas para 9 millones de habitantes, casi un tercio de la población de Venezuela, obliga a pensar sobre el problema de los equipamientos y a fijar criterios adecuados y claros para su ubicación, construcción y dotación.

10 El problema básico es la relación vivienda-escuela. La tradición capitalista, con la institución familiar tradicional, y el socialismo, frente a una institución familiar en transformación, han adoptado en la teoría y en la práctica soluciones similares. El niño y el joven viven en su casa con su familia y van y vuelven de la escuela. En ese sentido la solución de la unidad vecinal con su escuela pública en su centro geométrico parece razonable y en los esquemas de desarrollos urbanos que se están proyectando en este momento pareciera, más o menos que se trata de aplicar esta teoría ya tradicional.

11 Pero ha habido una serie de experiencias, no evaluadas suficientemente, con otro criterio de planificación: se vive donde se estudia. El caso de las residencias estudiantiles es el más conocido. Han surgido para estudiantes cuyas familias no habitan en las ciudades donde estudian. Una necesidad y una solución mercantil. A veces algunos gobiernos incluyen las residencias entre las facilidades con que deben contar los equipamientos educacionales. En la Ciudad Universitaria, Villanueva y Pérez Jiménez construyeron residencias, allanadas y transformadas en pésimas aulas cuando Caldera I. Pero en ningún caso es una práctica generalizada y no es reconocida como un equipamiento indispensable.

12 Pensando más allá ha habido experiencias radicales como la de la nueva escuela cubana de los sesenta, nunca evaluadas. Las escuelas se construyen en zonas suburbanas y tienen residencias, todos los estudiantes viven allí. Van a sus casas algunos fines de semana o en vacaciones. Si se vive donde se estudia se elimina el problema del transporte. Pero hay otros factores socio-culturales que analizar. En fin de cuentas, lo que queda claro es que hay que pensar en profundidad los alcances y amplitud de la cuestión de las escuelas, ubicación, tamaño, servicios, facilidades, sociabilidad.



AyB 277 - 23 Junio 2011

AyB 277 - 23 Junio 2011








TRANSFORMACION DE CARACAS


 

1 Transformar una ciudad es modificar un espacio construido por el hombre sobre un medio natural. Los procesos sociales y naturales interactúan mediados por el Estado, dando origen a un resultado que recoge las características de ambos procesos.

2 Caracas se ha construido conforme a patrones de la sociedad imperante, al medio físico natural existente, a las regulaciones sobre tenencia de la tierra, dotación de servicios, viviendas y de las funciones propias de la ciudad, impuestas por los gobiernos. El resultado ha sido excluyente, desigual.

3 La ciudad cuenta con una parte planificada, con todos los requerimientos y con otra al margen, atendida con paños calientes. La crisis es de la planificada, la otra, los barrios, siempre ha vivido en crisis.

4 El modelo de desarrollo introduce un manejo del uso de la tierra y de los servicios que crea valorizaciones de la tierra, haciéndola inaccesible para los de bajos ingresos. Divide la ciudad en clases sociales con base en la renta.

5 La infraestructura y la superestructura se complementan. La primera comprende los servicios que se prestan a través de redes matrices: las calles, avenidas y demás vías y otras dentro de estas: electricidad, teléfonos, gas, agua potable y servidas, drenajes. La superestructura son las viviendas y sus equipamientos, que se prestan en puntos con adecuados radios de cobertura: salud, educación, parques, comercios, industrias, policía, museos. La capacidad de los servicios se determina para la superestructura de usos de acuerdo a normas establecidas.

6 Cuando se copa la capacidad de los equipamientos la ampliación resulta relativamente fácil. Se complica cuando se trata de las redes de servicios. Mientras hay capacidad es sencillo acoplarse a mínimo costo. Las redes son rígidas no elásticas. Cuando se copa la capacidad de las redes matrices, colapsan y la solución es cambiarlas. Significa un salto cuantitativo en las inversiones. Se trasciende un umbral. Cambiar una red matriz es algo grande y costoso. Para aumentar la capacidad de una calle, avenida o autopista se amplía hacia los lados, destruyendo parte de lo existente para realizar lo nuevo.

7 La incorporación de los excluidos con viviendas en terrenos libres o construidos y abandonados, requiere considerar los efectos en la infraestructura existente y los cambios de uso a realizar. Si las implicaciones son muy costosas y difíciles, es válida la reubicación en núcleos satélites u otras ciudades, con vivienda, servicios y fuentes de empleo, como lo ha dicho el Presidente Chávez. Ya no estamos en los tiempos de Caravaca Martínez –personaje popular- cuando dijo: de Venezuela, Caracas y del Interior, Chacaíto.

8 Es propósito incorporar a los excluidos al uso racional de la ciudad, aprovechar lo construido, adaptándolo a la nueva situación. La extraordinaria Gran Misión Vivienda Venezuela es parte importante de esta transformación. Nunca antes hubo una propuesta de tal magnitud, que implica acciones coordinadas de muchos entes públicos, privados y de la comunidad organizada. Los obstáculos han de enfrentarse con vigor y persistencia. Pasos se han dado y se pronostican avances significativos.

9 Las transformaciones profundas con cambios sustantivos en lo social, en lo económico y en lo físico requieren largo plazo, arduo y sostenido trabajo y férrea voluntad política. Ello se ha  puesto en marcha. Bienvenidas han de ser las críticas constructivas y oportunas. Fuera maledicencias, intrigas, envidias, chantajes, resentimientos, incompetencias y sabotajes.
 

Agradecimiento


Esta página abre de nuevo su espacio a un lector, al ingeniero y planificador urbano Alberto Urdaneta, autor de las reflexiones del artículo central de hoy.

 

Ahorro energético. El diseño es un arma contra la ineficiencia y el despilfarro de energía. Un buen urbanismo y un buen edificio responden al clima, a sus habitantes, a la economía del país, a su industrialización, entre otros aspectos. Nuestras viviendas pueden ser una tremenda contribución a la eficiencia energética si las concebimos funcionales y bien orientadas, iluminadas, ventiladas. El concepto de un urbanismo incide en el uso de la energía. La implantación de las edificaciones, su orientación, su volumetría, su continuidad o aislamiento, la vegetación, entre otros temas, disminuirían los aires acondicionados, hidroneumáticos, ascensores y pare de contar. Dos ejemplos. Comparen El Silencio en Caracas con cualquier otro urbanismo con edificios aislados. La poca exposición de fachadas, las galerías techadas y los patios y jardines internos contra la sobre exposición de fachadas y playas de estacionamientos a pleno sol. Igual pasa en las urbanizaciones con viviendas continuas o viviendas aisladas. Es hora de rescatar principios básicos del diseño.

La vivienda de los indignados. Entre las consignas de los así llamados en España, se leen las siguientes: expropiar las viviendas construidas y sin vender para colocarlas en régimen de alquiler protegido. Ayudas al alquiler para jóvenes y personas de bajos recursos. Permitir la dación en pago de las viviendas para cancelar las hipotecas. Transporte público barato, de calidad y ecológicamente sostenible. Restricción del tráfico privado en el centro de las ciudades, construcción de carriles para bicicletas. Allí también la vivienda, y el transporte público, son prioridades.

Aclaratoria necesaria


El articulista Tulio Hernández (El Nacional, 19-06-11) nos atribuye unas opiniones que jamás hemos manifestado ni haremos. Escribió que la Gran Misión Vivienda Venezuela “se trata de un plan técnicamente improvisado que de llegar a aplicarse tendría un efecto casi que irreversible en el ya desastroso paisaje urbano del país”. Por el contrario, esa Misión puede ser la oportunidad inédita para una extraordinaria adecuación y optimización de las ciudades.

AyB 276 - 16 Junio 2011

AyB 276 - 16 Junio 2011







MÁS SILENCIOS

 

1 La vía convencional de urbanizar y ocupar la tierra urbana ha sido bajo el patrón de parcelas separadas y sobre ellas desarrollar edificios de viviendas, oficinas y otros usos. En general en terrenos de pequeño tamaño. Es la lógica de la propiedad privada y de la individualización de la visión urbana capitalista que para colmo prioriza al vehículo particular.
2 La Gran Misión Vivienda Venezuela repite este esquema urbano al seleccionar terrenos aislados y elaborar proyectos de viviendas igualmente aisladas. Incluso cuando se urbanizan lotes de proporciones grandes e importantes como Fuerte Tiuna, el diseño de los edificios responde a parcelas pequeñas y separadas, con torres o edificios independientes entre sí.

3 Este patrón urbano origina una relación comunitaria dispersa y poca integrada. Se crean espacios (retiros y jardineras, por ejemplo) de poca utilidad y de difuso uso, propiedad y mantenimiento. Obliga a edificaciones de mayores áreas de fachadas y cerramientos lo que sube los costos de construcción y genera problemas de protección climática.
4 Si sostenemos una visión diferente de la ciudad es un contra sentido reproducir un urbanismo similar al que tradicionalmente ha configurado nuestras magras ciudades. Debemos aplicar otro enfoque. Uno que integre pequeñas parcelas y conforme sectores de mayor tamaño, que estimule la construcción de viviendas integradas y las relaciones comunitarias, optimice el uso y mantenimiento de los espacios semi privados y públicos, racionalice los costos de construcción y provea, con una accesibilidad directa, los equipamientos de ámbito vecinal: plaza, pre escolar, parque infantil, cancha deportiva.

5 En los años 40, en Caracas, se renovó un sector céntrico de la ciudad con un diseño urbano de tanta trascendencia, que sorprende la negativa de arquitectos y planificadores urbanos de imitarlo (al menos) o de mejorar y adaptarlo a los nuevos tiempos. Sólo se explica esta reacción a la visión especulativa y rapaz de los concejos municipales (ordenanzas y sus cambios arbitrarios), de las empresas inmobiliarias, constructoras y financieras tradicionales, afortunadamente en extinción.
6 Fue una decisión del gobierno de Isaías Medina y de la creatividad y audacia de un arquitecto que aplicó novedosos conceptos e integrales para ese entonces. La urbanización El Silencio de CR Villanueva debe ser el patrón a difundir entre los arquitectos criollos y de las empresas extranjeras que materializarán la Gran Misión Vivienda. Para que nazcan muchos “Silencios” en zonas de San Agustín del Norte y del Sur, Sarría, El Panteón, San José, Cotiza, Montecristo y muchas más.
 

PARAISO CENSAL

No es cierto que las cifras sean siempre objetivas. Son manipulables y con gran frecuencia utilizadas para encubrir o deformar realidades. Esta manipulación es una de las herramientas que maneja la ideología dominante para mantener su rectoría. Un caso evidentísimo son los indicadores generales sobre vivienda.

Según el Censo 2001 en Venezuela, el 90,6 % de las viviendas familiares ocupadas eran aceptables, el 91,5 % de esas viviendas tenían servicio de agua potable, el 85,8 % disponía de medios para descargar las aguas servidas, el 96,8 % cuentan con servicio eléctrico y en el 80,6 % hay un servicio de recolección de basura. Unas cifras excelentes de la calidad de las viviendas y de los servicios. Cifras exhibidas por los poderes dominantes para demostrar lo maravilloso de su gestión política.
Pero si se escarba un poco debajo de la concha numérica de los indicadores generales se verá que la realidad es muy distinta. Hay muy pocos estudios que se hayan ocupado de evidenciar esa realidad. El más reciente que conocemos data de 1996 y fue realizado por el Ing. Julio Montes para la extinta FUNDACOMUN. Este estudio revela que en los barrios de Caracas, donde vive por lo menos la mitad de sus habitantes, más del 50 % de la población recibe agua solo una vez a la semana, el 70 % de ellas no tiene servicio continuo, el 82 % de la red de servicios hidráulicos ha sido construida de manera informal, sin seguir las normas técnicas, el 40 % tiene un servicio informal de electricidad, la jungla de cables.

Un dato que los Censos no registran es la accesibilidad a las viviendas, en Caracas y las ciudades no planas, el acceso es importante, en los casos extremos la gente tiene subir el equivalente de 39 pisos en La Vega, 33 pisos en Macarao, 28 pisos en Catia Oeste y 23 en Petare Norte.
En cuanto a las viviendas aceptables el mismo Censo sí da, por lo menos, datos sobre sus deficiencias parciales. El porcentaje de las viviendas aceptables que requieren una o más de las siguientes acciones anda por el 80 %: sustituir materiales deficientes, ampliaciones, cambio total o parcial de techos, mejoras en las instalaciones sanitarias y eléctricas. En síntesis, la situación real presenta problemas más graves que los que hacen suponer los indicadores generales.

En pocos meses se realizará un nuevo Censo Nacional de Población y Vivienda. Entendemos que el tipo de información que se va a recoger es prácticamente la misma que en el Censo de 2001. Sería deseable que no fuera así y que se registraran otras características que permitieran unos diagnósticos más ajustados a la realidad.
Un problema gravísimo sobre el cual no hay información censal es el de la estabilidad y vulnerabilidad de las viviendas. Una excelente vivienda con todos los servicios puede estar sujeta a inundaciones o deslizamientos de tierra que la hacen peligrosa para sus habitantes. Para el personal del Censo es difícil establecer esta condición. Pero si cada vivienda es georeferenciada, lo cual es fácil con la tecnología actual, los datos censales se podrían cruzar con otras bases de datos, por ejemplo la de las zonas con diferentes tipos de riesgos sísmicos de FUNVISIS, obteniéndose informaciones útiles para la formulación de planes de mitigación de riesgos.

AyB 275 - 09 Junio 2011

AyB 275 - 09 Junio 2011









LLUVIAS Y TERREMOTOS


 
 

Cada día es más alarmante la vulnerabilidad del país. Las lluvias, por ejemplo, causan tal impacto y destrucción en puentes, carreteras, presas, sembradíos, cerros, barrios, urbanizaciones, que muestra contundentemente que el territorio fue urbanizado y ocupado durante siglos sin las consideraciones ambientales elementales. Ha sido un enfoque con metas facilistas y de rápido beneficio sin considerar el futuro ni la racionalidad del uso de los recursos y del territorio.

La gestión actual del gobierno se encuentra asediada por la situación casi continua de emergencias causadas por las lluvias. Impresiona la magnitud de recursos y los enormes esfuerzos que se tienen que disponer para atender las urgencias. Esto es un obstáculo inmensurable para el desarrollo.

Hay que afrontar las circunstancias y los problemas causados por la errática ocupación y urbanización del territorio. Sin duda. Pero igualmente, sin la menor vacilación, es necesario repensar, planificar y reurbanizar, con otros objetivos y enfoques.

No basta con reparar los daños hay que anticiparlos y evitarlos. La gestión de las emergencias debe impregnarse de una visión preventiva que minimice la repetición del daño aunque ello obligue, por ejemplo, a no reparar una infraestructura sino a sustituirla, cuando sea el caso, para que no vuelva a colapsar por los efectos de las lluvias.

Hay otra amenaza latente: los terremotos. Que a diferencia de las lluvias que son periódicas año tras año, éstos suceden distanciados en el tiempo y sus consecuencias se olvidan. Pero son extremadamente importantes porque aparte de que no avisan y no estamos preparados, sus impactos se estiman inimaginables en los sectores urbanos de mayor pobreza y vulnerabilidad social, económica y física: por ejemplo en los barrios de Caracas.

Conviene evocar al terremoto de Haití del año pasado, que evidenció dramáticamente la importancia de la prevención, destacando como el incumplimiento de principios básicos de construcción sismorresistente conduce inevitablemente en un corto, mediano o largo plazo a una catástrofe.

Las viviendas en los barrios en Caracas son similares a las derrumbadas en Haití, por dos razones: (1) Son tipologías constructivas hechas a base de paredes de bloques con pocos elementos confinantes de concreto armado, y (2) han sido construidas sin cumplir normas técnicas ni seguir fundamentos esenciales de diseño contra terremotos.

Las construcciones diseñadas con normas técnicas antiguas son también vulnerables a los terremotos. Hospitales, edificios, puentes y viaductos derrumbados en California durante los sismos de 1971, 1989 y 1995 y en Japón en 1995, que habían sido diseñadas con normas sísmicas demostraron ser insuficientes para proveer una protección adecuada. También las escuelas derrumbadas en Cariaco en 1997 cumplían con las normas de la época cuando fueron construidas, pero están lejos de satisfacer los requerimientos sismorresistentes modernos vigentes en el país.

El riesgo elevado de las construcciones antiguas ha sido enfrentado desde hace varias décadas en numerosos países, en donde se han desarrollado programas masivos de refuerzo sismorresistente. En el caso de Venezuela se estima que más de un 50% de su infraestructura fue desarrollada con normas sísmicas que hoy se consideran insuficientes para una protección adecuada.

Hay 247 escuelas en zonas de elevada amenaza sísmica en el país que son similares a las que se derrumbaron en el sismo de Cariaco, que deben ser reforzadas a la brevedad. Si se cayeron en 1997, también lo pueden hacer en el próximo evento.

Es urgente el inicio de un programa nacional de reducción del riesgo sísmico que proteja a la población y a la infraestructura del país. Las lecciones de Haití, también la de Chile ese mismo año, no pueden ignorarse.

Conociendo la elevada vulnerabilidad de las construcciones existentes más antiguas, la gestión debe priorizar el estudio y refuerzo de la infraestructura necesaria en emergencias, tales como escuelas, centros de salud, edificios de bomberos y protección civil y edificaciones de gobierno.

En el ámbito de la construcción popular se deben generar guías didácticas para la construcción de nuevas viviendas sismorresistentes y el refuerzo de las existentes. En viviendas formales, establecer los reglamentos municipales necesarios para crear incentivos ante las comunidades organizadas para evaluar y reforzar las edificaciones más antiguas.

El éxito de estas acciones sólo se pudiese garantizar con el uso de medios masivos de difusión que efectivamente logren implantar una cultura sismorresistente colectiva.
 

SABÍA UD QUE…

 

El terremoto de Haití (2010) provocó la muerte de unas 220.000 personas debido principalmente al colapso de viviendas, derrumbó a la mayoría de los edificios de gobierno, destruyó 50 hospitales y centros de salud y 1.300 edificios escolares. El daño causado equivale al 120% de su PIB de 2009.

El terremoto de Chile del mismo año que liberó 500 veces más energía que el de Haití, provocó la muerte de no más de 600 personas y daños a un nivel mucho menor.

Caracas está expuesta a terremotos mayores que el de Haití. El terremoto de 1812 provocó la muerte de aproximadamente 1/3 de la población de Caracas, liberó una energía estimada unas 5 veces mayor que la liberada en Haití. El de 1900 cuyos efectos no fueron tan graves por encontrarse la fuente sísmica a distancia considerable de Caracas, liberó una energía aproximadamente 11 veces mayor que la de Haití. El evento moderado de 1967 liberó aproximadamente sólo 1% de la energía que liberó el de 1910. Eventos de gran tamaño no ocurrieron en Caracas en el siglo XX pero seguramente se repetirán en los años venideros.
 

RECONOCIMIENTO


Los escribidores de Aceras y Brocales agradecemos la colaboración del Ing. Oscar Andrés López (IMME-UCV) en la elaboración de esta página, la cual hubiera sido imposible sin sus aportes.