martes, 16 de abril de 2013

AyB 246 - 04 Noviembre 2010

AyB 246 - 04 Noviembre 2010








CARACAS: PARALISIS INMINENTE


Caracas es un área metropolitana colapsada. El tráfico rueda a una velocidad de 15 Km/hora en promedio y se reduce a la mitad en las horas pico. El único medio masivo de transporte público, el Metro, está en terapia intensiva. Se pierden millones de horas de vida y de gasolina en las colas. Los índices de delincuencia y de muertes violentas están entre los más altos del país. Las emergencias de las clínicas y hospitales, privados y públicos, están sobresaturadas. El racionamiento del agua potable existe unos 2 días a la semana en las zonas ricas y mucho más en las pobres. Más del 50 % de la población vive en barrios, muchos de ellos en zonas de alto riesgo geológico y todos en alto riesgo sísmico por sus debilidades estructurales de construcción. La lista podría continuar, pero el hecho real es que Caracas es una ciudad hostil, peligrosa, contaminada, sin servicios, en síntesis un infiernito.

Los Censos de Población muestran cómo la gente huye de Caracas. Un simple ejercicio numérico lo demuestra. Se parte de la población existente en el año del censo, se calcula cuál debería ser su población para el año del censo siguiente, usando la tasa de crecimiento promedio del país, se compara esa cifra con la que da el censo real  y si la cifra es positiva ha habido inmigración hacia Caracas pero si es negativa ha habido emigración desde Caracas. Entre 1961 y 1971 la inmigración aportó 280.000 personas a Caracas, pero entre 1971 y 1981 se fueron de Caracas 275.000, entre 1981 y 1990 nada menos que 727.000 y entre 1991 y 2001 la cantidad de caraqueños que emigraron llegó a 285.000. Desde 1971 la gente se va de Caracas. ¿A dónde? Sobre todo a los Valles del Tuy y a Guarenas-Guatire. Como curiosidad se puede comentar que entre las parroquias del Municipio Libertador sólo Macarao, La Vega, Antímano y El Junquito tienen un cierto crecimiento, ya que son zonas de invasión y formación de barrios nuevos. El resto de las parroquias tienen más bien un descenso pequeño.

Este año ha sido trágico. Los deslizamientos han provocado bastantes muertos y un número importante de damnificados. Las tragedias son siempre noticias para los medios amarillistas y el impacto de esta situación en la opinión pública ha sido fuerte y negativo para el gobierno, que en respuesta se apresura a soluciones inmediatas y necesarias: traslado a refugios, cuando estos se saturan ocupación de hoteles, compra apresurada de desarrollo de vivienda privados, reubicaciones muy televisada, pero obviamente insuficientes. Esta vez el gobierno también propone soluciones a mediano plazo: 50.000 viviendas en Fuerte Tiuna. Pero estas también son obviamente insuficientes. No ha habido tiempo para pensar. No hay tiempo para pensar. No hay una estrategia, no hay una política. Cada día se inventa algo distinto a lo del día anterior. El desorden, la entropía de los científicos, crece y crece hasta que de pronto, instantáneamente todo se paraliza. Es demasiado tarde. Todo muere.

¿Cómo distribuir equilibradamente en el país las oportunidades de empleo? ¿La disponibilidad de equipamientos sociales? ¿La calidad de vida? Son las variables básicas que hacen que la población se mueva hacia donde los niveles son más elevados. ¿Cómo localizar las grandes inversiones y las grandes determinantes sociales, culturales y económicas? Caracas es un caso especial. Cada región es un caso especial. Pero todas son componentes del mismo conjunto que funciona como un todo. ¿Qué hacer?

La sociedad es sabia. El cuerpo social siente las enfermedades y trata de remediarlas. A veces con grandes revoluciones. A veces con pequeñas medidas. Los caraqueños son un cuerpo social enfermo y este cuerpo busca sus soluciones, pero estas no siempre son eficaces para hacer desaparecer la enfermedad. La gente se va de Caracas. Pero no en suficiente cantidad, no a suficiente distancia. Los movimientos espontáneos tienen sus limitaciones. Se requieren grandes iniciativas, grandes recursos, organización, planificación. La participación, sin estos componentes, es pura ilusión. Es el gobierno que la gente se da quien tiene que impulsar los grandes cambios. Caracas necesita grandes cambios. Todas las ciudades del país también.

Se necesita con urgencia una política territorial que reoriente el futuro del país. El socialismo se debe caracterizar por grandes cambios reales. Por concepciones creativas e imaginativas para elevar el nivel material y espiritual de los seres humanos en socialismo. Sobre todo de realizaciones concretas que demuestren en la práctica, la famosa praxis, lo justo de la teoría. Desde hace muchos años circulan las hipótesis de los grandes ejes, de los corredores, de las zonas especiales, etc., cambiantes según la corriente, inexistentes en la realidad. ¿Dónde está el Plan Nacional de Desarrollo Territorial, con sus políticas y sus metas? El Plan Nacional existente es una entelequia. Lleno de maravillosos deseos y de espléndidas figuraciones de un futuro provisor. Pero sin una sola meta, un solo indicador que permita evaluar su cumplimiento. Las 50.000 viviendas de Fuerte Tiuna no son para los problemas de Caracas una respuesta justificada con prospecciones serias y documentadas. El tiempo es infinito pero los procesos no.
 

VIVIENDA SOCIALISTA EN SANARE

Juan Carlos Parisca y Edgar Rodríguez nos envían la experiencia de la Comuna Argimiro Gabaldón en Lara con el sistema constructivo socialista tipo Yacambú. Son dos modelos de casa, una de 3 hab+1 baño con un área techada de 80 m2 (Bs 160.000) y otra con 2 hab+1 baño con un área techada de 58 m2 (Bs. 116.000).

ü  La concepción, dirección y ejecución es por la organización comunera.

ü  La tecnología es propia y adaptada a las condiciones del sitio.

ü  Aprovechan los recursos endógenos como la arcilla de la cual producen con la participación directa de los miembros de las comunidades el ladrillo y la teja.

ü  La comunidad construyó y opera un horno que funciona con gasoil con capacidad para producir cerca de 18.000 tejas o ladrillos por mes con unos 10 trabajadores.

ü  Las casas tienen fundaciones y estructura de concreto, paredes de ladrillo obra limpia y techo de fibrocemento cubierto con tejas.

Están evaluando y sistematizando la experiencia para disponer de un paquete tecnológico transferible a otros consejos comunales de la zona.





Este, como otros ejemplos, encaja perfectamente en lo que insistimos permanentemente. Deben ser iniciativas que los gobiernos (nacional, regional y municipal) apoyen en forma masiva y faciliten la participación de las comunidades organizadas en sus propias viviendas. Pero para ello deben crearse las condiciones de servicios y equipamientos, es decir, urbanizar masivamente y detonar un proceso muy rico y creativo de producción y de construcción de viviendas que se adapten progresivamente a la familia en tamaño, calidad y costos. Superando, seguro estamos, los escandalosos e ineficientes resultados de la construcción contratada que hoy prevalece.

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