martes, 16 de abril de 2013

AyB 252 - 16 Diciembre 2010

AyB 252 - 16 Diciembre 2010








DOS DECISIONES

Sin duda el impacto de las lluvias fue de enormes proporciones. Tanto en los daños físicos al territorio y a las infraestructuras construidas como a cientos de miles de personas. La naturaleza reclamó respeto y nos recordó, una vez más, que debemos considerarla y prever su comportamiento. Durante siglos la hemos vejado y se las cobra periódicamente.

La respuesta pública, a pesar de errores e imprevisiones, ha superado las expectativas tradicionales sobre lo que las mayorías esperan de sus gobiernos. Jamás habíamos visto el grado de compromiso del sector oficial con la población. No cejaremos en reiterar que en esta oportunidad se han tomado dos decisiones de alcance nacional, que rompen los paradigmas de respuesta ante un evento natural de magnitud importante.

La primera acción fue la de, además de priorizar salvar vidas, alojar a los damnificados en condiciones mínimas de seguridad en todo sentido. Cientos de miles de personas, han sido alojadas provisionalmente, por un período de casi dos años, en lugares con grados variables pero más que satisfactorios de seguridad y comodidad. En los cuales, en estos momentos, se garantiza oportuna y adecuadamente a esas miles de familias, la alimentación, la salud, reiniciar los estudios, recuperar sus empleos, entre otras necesidades básicas. Tener como alojamiento a hoteles, empresas y edificaciones públicas, instalaciones deportivas, educativas y culturales, cuarteles militares, incluso el palacio del gobierno nacional, es una medida inaudita. Es una decisión que repercutirá, en la cultura ideológica y política del país.

La segunda decisión, más impactante que la primera, es la de establecer como premisa para la reconstrucción, que ninguna familia regresará a sus viviendas y sectores, que hayan sido destruidos por las lluvias o estén en zonas de alto riesgo. Ojala que todos los miembros del gobierno, de alto rango o de menor rango, los militantes del PSUV, los colaboradores públicos y las organizaciones comunitarias, entiendan que el presidente, con esta decisión, puso a la gestión de gobierno, en la máxima tensión posible, hasta tal punto, que el futuro del proceso político, está hoy, en manos de la capacidad de respuesta de su gobierno.

Un amigo de estos escribidores, el arquitecto Alejandro Galbe, ya fallecido y quien fuera docente de diseño arquitectónico en la facultad de Arquitectura de la UCV, ante la presencia de un proyecto presentado por un estudiante y que él, nuestro amigo, tenía enormes dudas sobre el mismo, nos comentaba: “…este proyecto tiene veinte o tiene cero…”, no había opciones intermedias tipo 15 ó 12.

Así creemos que se encuentra la gestión revolucionaria, que se la jugó completica ante las lluvias y puso el juego en tres y dos en el último inning (sólo dos años ante las próximas elecciones). La hasta ahora ineficiencia para atender y aminorar las necesidades de vivienda, equipamientos y servicios, para las mayorías del país, tiene que dar un vuelco radical, no de 360º sino de mil grados. En ese contexto es que nos encontramos. ¿Se tendrá conciencia de la realidad creada en el país como consecuencia de estas decisiones? 0 corre o se encarama, dice un viejo y popular refrán venezolano.
 

COMO AFRONTAR EL DESPUÉS


Los objetivos son la gente, el territorio, las ciudades, la calidad de vida integral. La vivienda es sólo un medio para contribuir con esos objetivos mayores. Por eso, la meta es rehacer a un país y garantizar la vida y el bienestar de la población. Lo importante no es construir viviendas en sí mismo y donde sea.

¿Por dónde empezar? Por designar a un ministro especial para la reconstrucción del país. Con talento visible. Eficiencia demostrada. Capacidad de conformar equipos, integrar y seleccionar a los mejores. En fin, con liderazgo para dirigir un proceso profundo y largo de recomposición de la planificación y desarrollo del territorio y de las ciudades en particular.

Hay que entender al país como un todo en sí mismo y en sus relaciones con el resto del mundo. El territorio nacional debe rediseñarse, transformarse y ocuparse de una manera bastante diferente a su realidad actual. Debe cumplir con nuevos criterios ambientales, sociales, productivos, físicos, políticos, institucionales y por supuesto ideológicos. Es decir, la transformación deseada es profunda y amplia. Debe responder a una nueva visión ideológica del desarrollo, lo cual la hace aún más compleja. Por eso, la reconstrucción debe ser muy certera, planificada y acelerada según las posibilidades y conveniencias.

Enfatizaremos el ámbito urbano en esta oportunidad. ¿Qué aspectos de las ciudades tienen prioridad? Aunque la vivienda es una meta necesaria y de corto alcance, al menos en un número importante en año y medio, hay otros aspectos que sin ellos la vivienda es incompleta o hasta inútil. Nos referimos a la infraestructura, a los equipamientos y a los servicios.

A la hora de rehacer Caracas, por ejemplo, entre otros asuntos, debe basarse cualquier acción de reconstrucción en la formulación de un mínimo plan de desarrollo urbano. Una vez acordados las premisas, enfoques y estrategias de ese plan, la movilidad urbana es crucial por ser el elemento estructurante y vinculante de los diferentes sectores de la ciudad entre sí y con el resto del país. Por eso los medios de transporte y las vialidades (y drenajes) requeridas por esas modalidades son una de las principales y primeras acciones a decidir y llevar a la práctica.

Simultáneamente, dada la vulnerabilidad de la ciudad, debe decidirse sobre las grandes obras de infraestructura para estabilizar y proteger a las áreas ya desarrolladas y estables como a los nuevos sectores a desarrollar. Esto es particularmente importante en los barrios existentes que pueden habilitarse por tener buenas condiciones geológicas y geotécnicas.

En tercer lugar, deben proveerse en cantidad y calidad, las instalaciones y edificaciones para salud, educación, cultura, deportes, recreación, distribución y comercialización de productos básicos, parques, etc. En cuarto lugar, igual debe procederse con los servicios y dotaciones de agua potable, aguas de lluvias y servidas, energía (electricidad, gas), desechos sólidos, entre otros.

Una vez atendidos y planificados estos aspectos, la vivienda pasa a ser una de las prioridades. Para ello hay que estimular las capacidades nacionales en cuanto al diseño, a la producción de sistemas constructivos, componentes y materiales de construcción, a la innovación en los procesos industriales, productivos y constructivos para simplificar y acelerar los tiempos de ejecución, entre otros. Esto tiene un impacto a mediano plazo en el desarrollo productivo e industrial del país.

Por eso la ayuda externa debe insertarse bajo una visión de desarrollo endógeno para que no sea sólo una importación coyuntural de tecnologías y de posibles “negocios” para empresas extranjeras.

Hay mucho más que reflexionar y aportar, continuaremos en próximas páginas, por ejemplo, sobre la propuesta de subir la cota de la falda norte del Wuarairarepano.

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