miércoles, 10 de abril de 2013

AyB 225 - 10 Junio 2010

AyB 225 - 10 Junio 2010

Alejandro López - Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com


INDUSTRIALIZAR LA VIVIENDA POPULAR



Este es uno de los aspectos claves para incidir en la capacidad productiva de vivienda en Venezuela. Por supuesto que acompañado de otras decisivas acciones. Pero empecemos por parte.

Hoy, el proceso bolivariano ha iniciado algunos pasos que facilitarían la industrialización de la vivienda popular. Entendiendo a ésta como la que está destinada a las grandes mayorías de bajos y medios ingresos, y que es construida, bien sea por autogestión, por unidades constructivas comunitarias, por los entes públicos nacionales, regionales o municipales y por convenios internacionales por intercambio petrolero, alimentario o de otra naturaleza.

¿Cuáles son esos pasos?

Muchos, entre otros, la adquisición e impulso de grandes e importantes industrias de insumos para la construcción (cemento, acero, madera, petroquímicos), división territorial y organización social en consejos comunales y comunas, capacitación y adiestramiento a un importante número de estudiantes en técnicas y actividades relacionadas con la construcción, estímulo y creación de unidades productivas de materiales y componentes (bloqueras, herrerías, carpinterías, mueblerías).

En fin se han echado las bases para disponer de una infraestructura fundamental para optimizar la capacidad constructiva nacional. Se dispone de los productos esenciales para construir, de una modesta pero relevante capacitación para construir (además de la que ya existe en los barrios del país), de un mapa territorial a escala local para ubicar una red de productores y comercializadores de materiales y componentes constructivos, de una incipiente pero útil red de pequeñas unidades productivas para la construcción.

Si a esto se le suma la infraestructura privada existente, especialmente la de pequeña escala, tenemos una base de arranque bastante apreciable.

Pero ¿qué hace falta para arrancar?

1, la decisión política y técnica-institucional de aceptar a la vivienda como un asunto de alta complejidad por sus amplias ramificaciones, e impacto en el desarrollo nacional.

2, entender a la vivienda como un proceso de producción a plazos que implica una política nacional clara, audaz y contundente, diferente a la de hoy, y que además, implica una estrategia rigurosa en toda la acepción del término expresada mediante un plan de vivienda y desarrollo urbano, viable, sustentado, sustentable y evaluado constantemente que defina y rija la acción pública y privada relacionada con la vivienda y las ciudades.

3, privilegiar la industrialización de la vivienda en la pequeña y mediana escala de producción y construcción, con el respaldo y suministro de las grandes industrias. Esto implica cambiar el modo de producción dominante hoy basado, por una parte, en los grandes suplidores de materiales y en la contratación de medianas y grandes empresas privadas para construir las viviendas, por una masiva red de pequeños productores de insumos y de constructores comunitarios. Lo que hemos llamado en anteriores páginas, la producción comunitaria de vivienda.

Hay mucho más. Por ahora, terminamos resumiendo que, hay que iniciar un proceso solapado al actual, para no paralizar lo que se viene construyendo, pero que sin pausas sea sustituido, más pronto que tarde, por un nuevo enfoque, por una nueva política, por un plan de vivienda de verdad verdaíta y por una masiva y activa participación de la capacidad popular. Así, podrá la gente continuar asumiendo la autogestión de sus viviendas, pero ahora bajo una estrategia nacional que la apoye y dote de los medios y asistencia necesarios para seguir construyendo las ciudades, pero en forma armónica y sustentable física, social, económica y ambientalmente.

Idea de una cementera que quedó en veremos. Aceras y Brocales


MARINALEDA


www.marinadela.com

Más recomendaciones. La semana pasada sugerimos estudiar los efectos en las viviendas populares del reciente sismo haitiano. Ahora, parece útil conocer la experiencia de 30 años del alcalde Sánchez Gordillo (reelecto 8 veces), del pequeño municipio español llamado Marinaleda en Sevilla (Andalucía)

¿Qué han hecho allí?

ü  Las tierras fueron destinadas a la producción colectiva y generaron una agroindustria local. Los campesinos, de trabajar un mes al año ahora son cooperativistas de un proyecto colectivo.

ü  No hay desempleo, se frenó la emigración y todos los beneficios revierten en los trabajadores y en el pueblo.

ü  Los vecinos deciden sus asuntos. La asamblea comunal es el máximo órgano de decisión, por encima del Ayuntamiento, sobre los impuestos, el presupuesto municipal, la asignación de partidas presupuestarias, los programas sociales, de vivienda, etc.

ü  Todos los cargos públicos son revocables por la asamblea comunal. Los responsables políticos son los primeros en la lucha y los últimos en recibir beneficios. La ética es fundamental en la política.

ü  Expropiaron y municipalizaron terrenos en los alrededores del municipio que se los cedieron gratis a las familias que los necesitaban para construir ellos mismos sus viviendas.

ü  También les facilitan gratis los materiales, los maestros para que dirijan las obras y el proyecto, elaborado por arquitectos, con la participación activa de los futuros beneficiarios.

ü  En asamblea, la comunidad decide colectivamente el precio por mes a pagar por la vivienda que será luego de su propiedad. Hoy pagan cerca de 15 euros (Bs. 88/mes).

ü  La construcción de las viviendas es autogestionada y "asamblearia". La comunidad se reúne cada mes para tratar las normas, la marcha de los trabajos y ajustar el proyecto.

ü  Las viviendas tienen 3 habitaciones, 1 baño y un patio de 100 m² que permite aumentarla, ya que los proyectos de las viviendas prevén las futuras ampliaciones.

ü  El tiempo de trabajo que la familia emplea en su vivienda se le descuenta del precio total de la misma. Su trabajo se le revierte en salario.

ü  Se han creado guarderías públicas a un precio aún más bajo que el de las viviendas, instalaciones deportivas y de ocio gratuitas.

ü  La alegría es un derecho. Se organizan festivales y los denominados "domingos rojos", en los que los vecinos ayudan y comparten su tiempo para mejorar los jardines y calles del pueblo.

El alcalde sentencia: "el optimismo es de izquierdas y revolucionario, y el pesimismo de derechas y reaccionario" ¡Vale!



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