jueves, 4 de abril de 2013

AyB 203 - 02 Enero 2010

AyB 203 - 02 Enero 2010



2010

Este nuevo año debe ser de inflexión en la gestión pública con relación al desarrollo de las ciudades, existentes y nuevas. Un año de cambio radical de la política de vivienda. De aplicación de las 3R sin contemplaciones. No un año más, sino el que recordemos dentro de 10 eneros como el del inicio de la profunda transformación urbana y de la vivienda.

No
somos ingenuos. Es una tarea compleja que exige lo mejor de la capacidad y voluntad del pueblo consciente y organizado, con las herramientas necesarias, y de funcionarios honestos y talentosos, con experiencia en estos temas.

Pero no basta con eso. Son necesarias muchas precisiones. Un caso: la naturaleza de las invasiones. Quiénes la hacen, dónde, por qué y cómo. Determinar sus causas sin quedarse en lo obvio. Esto conduce a interpretar parte del problema. A conocer las características de un segmento relevante de la demanda de vivienda. Ello es crucial.

También hay que precisar con qué contamos: 1) Posibilidades de tierras urbanizables según áreas y prioridades del desarrollo regional y urbano, 2) Capacidad productiva, 3) Disponibilidad de insumos y tecnologías, 4) Nivel de respuesta de las industrias, 5) Capacidades de diseñadores, productores y constructores. Concretar lo disponible, las carencias y los requerimientos. Mucho hay por precisar con rigor, inteligentemente y en cortísimo plazo.
Luego, sin paralizar lo que está en proceso, hay que fijar objetivos claros, metas medibles y prioridades rigurosas. Por ejemplo: atender a las nuevas familias antes de que invadan o mejorar a los sectores invadidos. Entre adelantarse a la ocupación anárquica afrontando sus causas o atacar sus consecuencias (los barrios). Entre una estrategia preventiva o una curativa. Ambas son necesarias y deben coexistir, pero a veces una debe primar ante
la otra.

Sin
planificación, lo antes resumido es incompleto. No se trata de listas de proyectos por municipio. Sino de elaborar una completa "carta de navegación" que determine el sitio de llegada, plazos, recursos, acciones, prioridades, rutas críticas, participantes, responsabilidades, funciones. En fin, la estrategia, la táctica, el plan, el mapa, para alcanzar objetivos y metas concretas, así como los instrumentos para verificar rumbo, logros y fallas, y tomar los correctivos oportunos según la realidad cambiante.
Estos ejemplos son indispensables para cualquier transformación y mejoramiento de nuestra sociedad. Imagínense la enorme importancia que cobran si se trata de construir la vía al socialismo. La tarea por delante es gigantesca e interesante. 2010 debe ser de precisiones y de acciones contundentes. El cambio del rumbo actual en vivienda, y de las ciudades, es vital.

Deseamos que la gestión pública lo asuma con todo rigor y vigor. Que incorpore la capacidad y potencialidades de nuestra gente y propulse un proceso entusiasta de transformación radical y exitosa, para la mejora efectiva y visible de las condiciones de vida en las ciudades, en los pueblos y en los conjuntos de viviendas, en todo el territorio bolivariano. Que la calificación a obtener este año sea entre 20 y 10 puntos (como mínimo). Amén.

 

Inmediatez

En 2009 la gestión gubernamental, en vivienda y desarrollo urbano, siguió caracterizándose por muchas acciones desconectadas entre sí y sin enmarcarse en alguna planificación. La mayoría de estas acciones han sido respuestas automáticas a hechos como inundaciones o deslizamientos en zonas riesgosas pero pobladas, rupturas de tuberías por las que circulan elementos indispensables para la vida (agua, electricidad), deterioro frecuente y profundo de las vías de circulación, desgaste y malfuncionamiento de instalaciones mecánicas, incendios, insuficiencia de la capacidad de respuesta de las grandes infraestructuras por falta de reinversión y actualización, crisis por la suspensión de servicios imprescindibles o simplemente por el crecimiento de demandas no satisfechas como el caso patético de la vivienda.

La
mecánica es implacable. Se presenta la situación que genera angustia y conflictos, hay reacciones populares que con frecuencia llegan a la violencia, el gobierno es fuertemente presionado y responde buscando la solución más rápida, por ineficaz e inapropiada que sea. Esta dinámica es como un tornado que gira cada vez más rápidamente y cada vez deja al gobierno con menor capacidad de escogencia de soluciones. En esta situación no hay posibilidad de acciones prioritarias, absolutamente necesarias que atacan problemas graves pero no conflictivos todavía.

El necesario equilibrio entre las respuestas a los conflictos inmediatos y a los problemas profundos se pierde. Los problemas graves perduran, se agravan y son fuente creciente de conflictos. El gobierno pierde la carrera. Triunfa el caos. Si no rectificamos y ejecutamos a la vez acciones a nivel inmediato y a mediano y largo plazo estamos mal.


LOCURAS ARQUITECTÓNICAS


 
Cuando uno se detiene en edificios como el que se ve en la imagen, y no importa a qué edificio en concreto ésta se refiere, siempre aparecen en la reflexión dos cosas muy claras: una, se trata de una locura imaginativa, un espectáculo para ociosos; dos, ¡qué distancia de nuestro contexto de penurias! La arquitectura de los países ricos, con o sin petróleo, se ha vuelto un mero espectáculo, una manera de asombrar y divertir, un teatro, pues. Pero un teatro costosísimo, multimillonario, en el cual cada metro cuadrado de construcción cuesta una fortuna. Para asistir y ayudar a la diversión arquitectónica, sea en Pekín, como en Dubai, en Hong Kong o en Samarkanda, ha florecido toda una selecta tribu internacional de arquitectos, los del “Star System”. Hacen lo que sea para asombrar y divertir. Lo dicho, es un teatro de marionetas o un circo de payasos, como quieran.
Pero ¿quien paga? Y ¿por qué? Asistimos hoy a una circunstancia económico-cultural interesantísima. El gran capital internacional, en cualquiera de sus versiones, está preocupado en adornar sus construcciones de tal manera que los efectos visuales y espaciales estén a la altura de sus ambiciones imperiales. Con una arrogancia increíble el gran dinero no se asusta frente a nada. Así como, hace siglos, la iglesia era capaz de invertir, (o hacer que invirtiesen), sumas gigantescas, horas de obreros y sudores populares, en la construcción de sus catedrales o templos, de la misma manera el capitalismo explotador del mundo y de sus recursos, hoy celebra con “maravillosas” piruetas arquitectónicas sus ambiciones desmedidas y caprichosas.
Saquemos cuentas: no perdamos de vista las distancias. A nuestros arquitectos y a nuestros estudiantes: no imitemos lo absurdo de un seudo-desarrollo en ridícula decadencia. En América Latina afortunadamente tenemos, como contraste emocionante, a un Villanueva, a un Barragán, a un Salmona.
 
A partir de enero 2010
Aceras y Brocales será semanal de nuevo pero sólo media página. Nuestros lectores han sugerido la conveniencia de salir todos los jueves, aunque sacrifiquemos el tamaño. Así sea.
 

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