miércoles, 10 de abril de 2013

AyB 223 - 27 Mayo 2010

AyB 223 - 27 Mayo 2010

Alejandro López - Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com


PLANIFICACIÓN DEL TERRITORIO



Oyendo al Presidente en su último programa dominical, reaparecen inquietudes y reflexiones que nos han acompañado desde hace años. La planificación es imprescindible. Todos están de acuerdo y asienten cuando el Presidente lo menciona. ¿Pero, qué pasa, por qué no la hay? Al menos en la producción y construcción del territorio. En la ejecución y realización de las grandes decisiones de la infraestructura física, de la distribución geográfica de los usos y aprovechamientos de las áreas agrícolas, industriales, urbanas, etc.

Lo que se observa desde afuera de las instancias de gobierno, bien sea por falta de información o porque somos medio brutos, es que existe una proliferación de importantes decisiones e inversiones que afectan al territorio, pero dispersas y algo descoordinados entre si. Están en marcha múltiples obras, de todo tipo, en todas partes, todo el tiempo.

Pero, ¿Cuál es el plan que las integra, coordina y complementa? ¿Cuál es la estrategia que las prioriza y las hace avanzar a un ritmo o a otro, o en lugar o en otro? Debe existir, pero a lo mejor, como dice Chávez, es el mejor secreto de Estado para que nadie lo sepa.

Desde la “falta de ignorancia” que tenemos, se nos ocurre que al menos deberíamos poner sobre la mesa, es decir en un buen mapa del país, todas las obras terminadas, en construcción y proyectadas, y elaborar el plan nacional de ocupación y desarrollo del territorio que actualmente estamos ejecutando.

A partir de allí, analizarlo, evaluarlo, insertarlo dentro de la concepción socialista que deseamos para nuestra realidad, y entonces, reprogramemos, o como dice esa orden que nadie cumple pero que es elemental y de importancia vital: revisión, reformulación y reimpulso, del plan nacional de desarrollo territorial, en lo físico, en lo económico, en lo social y en lo ideológico. Sería un pasito para ordenar lo que estamos haciendo y para formular un plan integrado de desarrollo territorial.

¿Pero quién lo hace? Otra duda. Quizás crear un ministerio de desarrollo territorial. En el cual lo territorial y lo urbano son partes. La infraestructura, los equipamientos y la vivienda otras partes. Pero de lo que estamos seguros es que, la actual organización burocrática carece de una visión integral y coordinada del desarrollo territorial y urbano. Pero si tiene dispersos y hasta en contradicción, los componentes de ambos ámbitos de la gestión pública.

Mientras se toma una decisión en ese sentido, en el de la mejor forma institucional para afrontar estos ámbitos, conciliemos todas las inversiones y proyectos en ejecución que afectan al territorio y a las ciudades. Así sabremos hacia donde estamos yendo, pero antes de llegar y garantizar que es allí donde deseamos ir y llegar.


 

Barrio Nuevo, Barrio Tricolor

 

En el Aló, Presidente N° 348, del 17 de enero, el presidente Chávez firmó el acta de nacimiento del Plan Barrio Nuevo-Barrio Tricolor. Este nació efectivamente el 9 de agosto de 2009 como un plan piloto en Caracas contando con cinco campamentos. Si uno busca en la página Web del Ministerio de Obras Públicas y Vivienda (www.mopvi.gob.ve), no conseguirá ninguna información sobre el Plan o Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor.

En Google, en cambio, el 24/5/2010 aparecen 734 mil referencias a Barrio Tricolor, como se ha popularizado el nombre. Si se marca "Barrio Tricolor MOPVI Ve", aparecen 39.900 referencias. Mucho menos. Dada esa situación, por lo demás habitual en Venezuela -de falta de información pública sobre los planes y ejecuciones de los organismos del Gobierno nacional-, hemos optado por revisar las otras fuentes disponibles en Internet, más algo de la prensa local. Todos los datos que se mencionan provienen de esas fuentes, que no citamos una por una por razones de espacio.

Los objetivos del plan fueron claramente establecidos por el presidente Chávez: "Impulsar y fortalecer la organización comunitaria, dignificar la vivienda, la infraestructura y los espacios públicos y desarrollar los espacios de producción social en las comunidades".

El proceso se inicia cuando un consejo comunal postula una comunidad para el programa. El consejo comunal demarca una encerrona, curioso nombre con el cual se designa un sector con 100 o 200 casas.

Luego se ejecuta el censo y el diagnóstico del área más vulnerable, por donde comenzará el plan. Aprobada por alguna autoridad (¿cuál?) se inicia el proceso instalando un campamento.

Casi siempre el personal está a las órdenes de un capitán y es de origen militar. También se integran voceros comunales y desempleados locales que se organizan en cuadrillas para trabajar en las obras.

Según las fuentes, hay una carpa con un bombillo. La carpa debe ser grande ya que hay que almacenar por lo menos el cemento, también hay depósitos de bloques, piedra, arena y cabillas y seguramente debe haber muebles y por lo menos dos o tres bombillos más.

La construcción comienza con sanear el terreno canalizando las aguas. De no ser posible, las familias pasan a otro destino y son demolidas las viviendas insalvables. Las salvables son mejoradas.

Primero frisado, pintado y sustitución de techos.

Luego, las ampliaciones y las instalaciones internas en la vivienda. La fachada se pinta de amarillo, azul o rojo, según su estado físico de mejor a peor.

Luego se instalan o mejoran torrenteras, tuberías y caminerías. Se supone que otros organismos también participan. La electricidad, la seguridad, el entrenamiento, las salas de batalla social, la organización comunal, etc. estarán a cargo de los entes competentes.

Todo eso es aproximadamente la teoría; los resultados prácticos son poco conocidos.

Cuando comenzó el trabajo en agosto de 2009, el ministro Cabello anunció 72 campamentos que atendían cada uno 500 viviendas. No son públicos los resultados. En febrero, el viceministro Alvarado habló de 45 mil viviendas rehabilitadas en 2010. En mayo, Alvarado dijo que en Caracas ya había 11 campamentos funcionando, que el programa se aplicaba en Aragua, Vargas, Área Metropolitana y Altos Mirandinos y que se extendería al resto del país.

El ejemplo más publicitado es el del barrio Simetaca, al final de la autopista Caracas-La Guaira, donde se han rehabilitado 96 casas y faltan 146 por rehabilitar, se ha pintado un área de 1.998 m² y se construyeron 51 m de tuberías para aguas servidas.

Barrio Tricolor es el último de los programas o misiones que se han anunciado para el sector vivienda y desarrollo urbano. Sus objetivos son precisos y de una validez absoluta, pero las prioridades en la puesta en práctica están equivocadas.

Hay que rehabilitar los barrios en terrenos sin riesgos: en primer lugar, es nuestra opinión, dotándolos de los equipamientos colectivos, accesibilidad y servicios de infraestructura, algo que no puede hacer la gente y tiene que hacerlo el Gobierno, y luego facilitando el proceso de mejoramiento de las viviendas, especialmente en su resistencia contra los sismos, algo que puede hacer la gente, mejor con algún apoyo del Gobierno.

En Barrio Tricolor la prioridad son las viviendas y no debería ser así.


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