viernes, 12 de abril de 2013

AyB 232 - 29 Julio 2010

AyB 232 - 29 Julio 2010

Alejandro López - Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com


¡TIERRA!


1 No es para recordar el malhadado grito de Rodrigo de Triana que fue el clarín de partida para la masacre de millones de indígenas y saciar la voracidad de oro del imperio español. Ni tampoco para ensalzar los gritos de alegría de los exploradores del INTI cuando descubren un latifundio improductivo. No. Se trata simplemente de recordar al indispensable ingrediente sobre el cual se construye la vida del hombre y cada una de las obras necesarias para su sobrevivencia. La tierra es única. Cada metro cuadrado es distinto de cualquier otro metro cuadrado sobre el planeta. Sin embargo es generalmente olvidada, maltratada, ignorada, contaminada, volviéndose cada vez más un recipiente de desechos y destrozos. Inclusive los ambientalistas y los ecólogos muestran poca deferencia ante su grandeza y es lo último que se menciona después del aire, el agua, los árboles, los animalitos. Son pocos los planificadores y urbanistas y casi ninguno de los constructores los que piensan en ella en sí.

2 Esta situación, en nuestro planeta, nuestro país y especialmente nuestras ciudades se ha venido deteriorando. Se ha impuesto el no ser. En la tan vilipendiada modernidad, la odiada modernidad, sin embargo, la tierra, especialmente en el espíritu de sus planificadores más ilustres, era la primera preocupación. Cuidarla, vivirla, conservarla, enriquecerla para bien y solaz de la humanidad. Se trataba de una utopía, pero que dio sus señales de vida en algunos hechos.

3 Cuando la planificación pasó a ser el pensamiento rector de la actuación socialista, no sólo en la Unión Soviética sino en las auténticas socialdemocracias, la planificación del territorio conoció su momento de auge, después sumergido por el pantano del posmodernismo. Un postulado perverso de esta ideología es suponer que la ciudad debe ser, igual que la economía, un mercado libre, que cada quien haga lo que le venga en gana y pueda hacer, y que espontáneamente, por si solos, surgirán los nodos, los focos, las articulaciones, la coherencia espacial. Los grandes símbolos puntuales, la arquitectura icónica, aislada de su entorno, tendrá fuerza suficiente para esa tarea. De hecho, la dura realidad demuestra que no es así. La entropía nos invade, crece, nos ahoga. El desorden total nos paralizará. Las grandes ciudades asiáticas y latinoamericanas son la antesala del infierno. ¿Cuál es la actualidad y el futuro de Venezuela en este ámbito?

4 Tras años sin legislación sobre la planificación del territorio, en 1987 se aprobó la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística. En 2005 se aprobó una nueva Ley Orgánica para la Planificación y Gestión de la Ordenación del Territorio pero nunca entró en vigor y fue derogada por lo que seguimos funcionando con la antigua legislación. El MINDUR tuvo a su cargo la elaboración de los Planes de Ordenamiento Urbano (POU) y los Concejos Municipales la de los Planes de Desarrollo Urbano Local (PDUL). En la década siguiente se elaboraron muchos POU y casi ningún PDUL. Los POU hacían proyecciones de población a 20 años y estimaban las áreas necesarias para las diversas zonas residenciales, industriales, vialidad, grandes establecimientos, todo lo que la población urbana podía requerir, lo cual quedaba dentro de un perímetro urbano bien delimitado. La densidad bruta de población era entre 30 y 60 hab/ha. Los POU nunca se actualizaron y en la actualidad la población proyectada ha sido casi siempre alcanzada y a veces superada. Lo que tampoco se ha hecho es evaluar el comportamiento de los POU confrontados con el desarrollo urbano real de las ciudades.

5 No sabemos si toda la tierra urbana prevista ha sido ocupada o no, si se siguieron las prescripciones de los planos, si los perímetros han sido desbordados o no. Por ejemplo para el conglomerado Barcelona, Lecherías, Pto. La Cruz, Guanta, se previó una población de 915.000 personas para 2013 y un área de 21.049 ha. La población, según proyecciones recientes ya casi alcanza el límite pero nadie sabe cual es el área actual ocupada. Los POU estaban acompañados con un Programa de Actuaciones que no se ha cumplido. Un punto básico era la adquisición y acondicionamiento por parte del Estado de las tierras necesarias para el desarrollo urbano. Esto tampoco se ha hecho. Se ha practicado la adquisición fragmentaria y epiléptica de algunos terrenos dentro del perímetro y de otros muchos, ¡tremenda barbaridad! muy distantes del perímetro urbano. Uno de los resultados es que los programas formales del Estado, urbanizando los terrenos como se debe, han sido mínimos y dispersos.

6 Un cuadro oficioso del fenecido Ministerio de Obras Públicas y Vivienda muestra 170 terrenos con capacidad para 103.400 viviendas de los cuales sólo 9 tienen cabida para más de 2.000 unidades. Si se piensa en que las nuevas viviendas que se requieren cada año para cubrir las necesidades del crecimiento vegetativo de la población son 120.000, se podrá tener una imagen de la magnitud del problema. Resuelto muy a medias por la población construyendo barrios sobre un urbanismo anárquico, con grandes déficit de servicios (agua, cloacas, electricidad, vialidad,…) y de equipamientos (escuelas, salud, deportes,…). El problema es muy grave y se necesitan acciones de gran alcance y urgencia para evitar el colapso y luego mejorar progresivamente la calidad de vida.
 

MOVILIDAD URBANA


Las vías y el transporte, son para la ciudad, lo que el sistema óseo y el circulatorio para el humano. El primero lo “estructura”. El segundo traslada a través del “organismo”, la ciudad, los nutrientes, que en el caso urbano serían personas, objetos y cargas. Por ello, en la planificación urbana, la movilidad es sustantiva, es estructurante y de enorme impactos.

En Caracas, autopistas y avenidas en sentido este oeste, han sido factor determinante y limitativo para el óptimo funcionamiento de la ciudad. La concepción vial aplicada reforzó a la existente barrera natural del río Guaire, originando, por ejemplo, insuficientes conexiones norte sur, contribuyendo al pésimo sistema de movilidad de hoy. Hay otros factores claves: la preeminencia del vehículo privado, la desplanificación y mala distribución de usos y equipamientos urbanos, la segregación espacial y social, y la carencia de un ente eficiente de transporte y vialidad (exceptuando al Metro).

Rectifiquemos la visión del sistema de movilidad. mediante acciones “detonantes”: la creación de un ente rector y planificador de alto nivel, política, técnica y financieramente, un plan audaz para optimizar la localización de los equipamientos urbanos, en relación con las áreas residenciales y minimizar las movilizaciones distintas a las peatonales, privilegiar la movilidad peatonal y el transporte colectivo superficial complementando al Metro y la administración diaria, hora tras hora, del sistema de movilidad en todos sus ámbitos y componentes. Con estas decisiones, se vislumbra una esperanza para mejorar la calidad de vida de Caracas en sus 443 años.
 

LO INSÓLITO ES COTIDIANO


 
¿Así se ingresa a la UCV? ¡Una talanquera! ¿Por qué? ¿Y Villanueva?


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