PROPIEDAD DE LA VIVIENDA Y MENTALIDADES
1 En la actualidad se discute sobre el problema de la propiedad de la vivienda. Como todo objeto producido por el ser humano la vivienda tiene un valor de uso y un valor de cambio. Hay una dialéctica entre valor de uso y valor de cambio que no debe desconocerse. En un momento determinado la vivienda tiene un valor de uso, en otro momento, en otra circunstancia, tiene un valor de cambio. Las viviendas producidas por los promotores privados tienen en ese momento un valor de cambio, es una mercancía. El sector privado formal siempre busca una utilidad. Pero el que compra una casa lo hace, casi siempre, no para venderla sino para habitarla, para él no es una mercancía.
2 Pero
la gran mayoría de las viviendas es construida por sus moradores, que las
habitan casi desde el momento que comienzan a construirlas. Tienen un valor
esencial de uso no de cambio, no son mercancía. Pero es muy frecuente que la
familia tenga que mudarse y en ese instante su casa pasa a tener un valor de
cambio. En verdad hay un movimiento importante de casas informales que se
venden y, obvio, se compran. Estas ventas no están registradas sino sólo
notariadas. La mayoría de las viviendas informales están construidas sobre
terrenos que no son propiedad de quienes las construyen y por lo tanto este
tipo de venta no se puede formalizar en los Registros Públicos, pero sí se
notarían. Los expertos estiman que es por lo menos el doble de las
negociaciones formales.
3 El
estado ha venido tradicionalmente construyendo viviendas para la parte de la
población, que es como un 80 % del total, que no tiene ingresos ni capacidad de
ahorro suficiente para adquirir las viviendas producidas por el sector privado
formal. El Estado subsidiaba una buena parte y a veces el total del valor de la
vivienda, para poner los precios al alcance de los escasos recursos de la
población pobre. Los beneficiarios, en teoría, no podían vender sus viviendas a
terceros sino solo al INAVI (Banco Obrero), pero en la práctica este nunca las readquiría
sino que daba permiso para venderlas.
4 A
partir de 2000 la situación legal se ha hecho muy confusa. Las diversas leyes
de vivienda que se han sucedido velozmente unas a otras han mantenido, más o
menos, el esquema tradicional. Pero los institutos productores (INAVI, FONDUR)
en la práctica no han formalizado casi ninguna de las ventas o adjudicaciones
que han hecho. Según parece tampoco se entregan títulos de propiedad sino algo
como un certificado de garantía de uso. La reciente Ley Orgánica de Emergencia
para Terrenos y Viviendas, Art. 8.4, prohíbe vender, donar, alquilar, ceder o
hipotecar las viviendas adjudicadas dentro del ámbito de esa Ley.
5 En
la realidad venezolana la propiedad de la vivienda es un principio muy
interiorizado en nuestra gente y nuestra cultura. No con uno de valor de cambio
para obtener beneficios con la venta, sino como un valor de uso para disponer
de una cierta seguridad indispensable para mantener alguna calidad de vida
digna. No estar a la merced de otros en una materia tan delicada.
6 El
gran historiador francés Braudel distinguía tres grandes niveles en el
desarrollo histórico: uno de corto-mediano plazo, el de los acontecimientos que
se suceden en continua dinámica; uno de mediano-largo plazo, el de las mentalidades
según unos o hegemonías según otros, que son conjuntos de principios, valores,
prejuicios, creencias y demás muy incorporadas a la naturaleza humana y muy
difícil y lento cambio; y el del largo-larguísimo plazo relacionado con la
geografía física y humana, la naturaleza y las civilizaciones.
7 La
persistencia de las mentalidades es un hecho sobre el cual poco se ha
reflexionado. La Unión Soviética y China son ejemplos extraordinarios. No han
bastado dos generaciones para lograr el cambio de las mentalidades. La Unión
Soviética se disolvió casi sin violencia para que el capitalismo y
mercantilismo más salvaje, más mafioso, explotara y aflorara de manera
terrible. El cambio de las mentalidades parece ser el factor fundamental para
el progreso histórico de la humanidad.
8 En la Ley del Régimen Prestacional
de Vivienda y Hábitat (2009) hay una disposición (Art. 59) que permite la venta
de una vivienda de interés social cuando su propietario beneficiario tiene
razones de peso para hacerlo. Pero que le quita el carácter de mercancía a esa
vivienda, ya que el que la vende no tiene ninguna utilidad y está obligado a
devolverle al Estado todo el monto del subsidio que recibió en el momento de la
compra, actualizado para la fecha de la venta. Esta es una solución ética,
flexible, realista y que psicológicamente le da al usuario de la vivienda la
seguridad existencial mínima que necesita para vivir dignamente.
¡Llegaron los
kioscos!
La rehabilitación del bulevar de Sabana Grande continúa aportando a la calidad de vida
de Caracas. Los nuevos kioscos son un un granito de arena más. Resultado de la
creatividad colectiva de PDVSA La Estancia, de las necesidades y aspiraciones
de la comunidad y de la capacidad productiva de empresas criollas.
Tienen un llamativo diseño institucional, alegre y balanceado colorido y responden
a la seguridad y funcionalidad que sus usuarios sugirieron. Pero además serán permanente
medio de difusión de las obras de nuestros artistas y de eventos resaltantes de
la ciudad. El diseño de los nuevos kioscos supera con creces a la mediocre
publicidad e imagen comercial que venía caracterizando a los antiguos. Vale la
pena irlos a ver.
PDVSA La Estancia continúa con su acertada intervención valorando
al espacio público con un enfoque ideológico alternativo al restrictivo,
consumista, mercantil y perverso de los llamados “Malls”. Poco a poco, sin
pausas, la ciudad se regenera a través de sus bulevares y espacios rehabilitados.
Se atornilla el optimismo y la esperanza por una Caracas mejor para disfrutarla
sin la obsesiva compradera.
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