martes, 23 de abril de 2013

AyB 274 - 02 Junio 2011

AyB 274 - 02 Junio 2011










 
El pasado 25 de mayo, el nuevo Presidente del Metro Haiman El Troudi, anunció el acta de defunción por estrangulamiento del Metro de Caracas. En términos estrictos no se trata de defunción sino de momificación del único medio de transporte público masivo del Área Metropolitana de Caracas. Ya no caben más trenes, ya no cabe más gente. Diseñado para 700.000 personas, dijo El Troudi, transporta actualmente dos millones. Apretaditos. Váyanse acostumbrando a andar apretaditos, añadió.

Gran novedad. Apretados más que sardinas en lata los usuarios del metro tienen tiempo ya. Pero no es nada la compresión, lo malo es que en las horas pico hay que esperar varios trenes para encontrar un huequito por donde colarse en los vagones. Lo único nuevo en todo esto es que el Presidente del Metro, su máxima autoridad, reconoce públicamente el colapso. Es cierto que la nueva administración ha mejorado notoriamente la confortabilidad: el aire acondicionado y las escaleras mecánicas funcionan mucho mejor. Pero el problema esencial de la falta de capacidad no tiene remedio.

Las consecuencias son lamentables, terribles. Por ejemplo, los terrenos disponibles en Parque Vargas, previstos para equipamientos colectivos, se utilizarán para construir dos o tres mil viviendas. Estas viviendas no tienen estacionamiento, ya que se argumenta que esos terrenos tienen magníficos servicios de transporte colectivo. El colapso del Metro no era oficial pero fácilmente verificable para cualquier persona con más de dos dedos de frente. El Metro es una vía esencial para la movilidad de las personas que viven o trabajan allí para trasladarse a otros puntos de la ciudad. Con su colapso ¿cómo se puede afirmar que los futuros propietarios de Parque Vargas tienen magnífica accesibilidad?

Dentro de no demasiado tiempo de Fuerte Tiuna saldrán y entrarán no las 200.000 personas anunciadas pero si 70.000 que antes no estaban allí, el Metro de El Valle parece ser el vertedero natural. Se va a terminar la línea que va por el sureste hasta Parque Miranda. Hay otras líneas en ejecución y en proyecto. ¿Qué va a pasar?

Hay varias propuestas con algo de humor. No se les permitirá la entrada al Metro a personas de menos de18 o más de 55 años. Se les prohibirá el paso a las mujeres. Se establecerá el día de parada, los que tengan cédulas terminadas en 0 ó 1 no podrán entrar al Metro los lunes. Importaremos pertigueros japoneses para que empujen con fuerza a los que esperan para obligarlos a entrar en los atapuzados trenes.

Cualquier cosa puede servir, desde llamar a María. ¿Lo importante es que viva más gente en Caracas, en la Caracas donde cabe otra Caracas? ¿Cuántos podrán vivir en la Sultana del Warairarepano? ¿Será conveniente revisar algunas acciones y reformularlas dentro de una visión que atienda la emergencia y a la vez construya futuro?

Como señal de fe en el futuro, recitando a Santa Teresa: “Vivo sin vivir en mi, y tan alta vida espero, que muero porque no muero”. En esa alta vida las calles y avenidas, sin huecos, tendrán frondosos árboles y despejadas calzadas. Los niños irán a sus escuelas caminando, protegidos por asistentes comunales. Cada escuela contará con su campo deportivo. En cada vecindario existirán centros socio-culturales.

En las emergencias habrá médicos y equipos esperando ansiosos la llegada de algún acontecido para atenderlo. Habrá asambleas multitudinarias de solidaridad y generosidad. El agua potable y la electricidad estarán disponibles todos los días, las 24 horas del día. Los vecinos procesaran la basura para facilitar el reciclaje y la recolección y disposición final. Nadie tendrá armas. Cesará la violencia y el consumo de drogas.
 

A LLORAR AL VALLE


1 Cuando la Plaza O`Leary quedó chiquita para las concentraciones políticas se comenzó a utilizar la Avenida Bolívar como el gran centro cívico-político de la ciudad. Las grandes manifestaciones se celebraban en la Av. Bolívar. Era un reto para los partidos políticos llenarla, llegar a Parque Central, alcanzar la Plaza al sur del Alba. Era el único y gran centro urbano para las manifestaciones. Uno de los pocos grandes equipamientos colectivos con que contaba el Área Metropolitana de Caracas.

2 ¿Por qué hablamos en pasado? Porque ha comenzado a circular y hacerse público el proyecto del Ministro para la Reconstrucción de Caracas para construir la Gran Plaza de la Revolución en las cuatro manzanas de La Hoyada. El proyecto prevé una inmensa plataforma de concreto sobre vías y terrenos, bordeada por edificios multifamiliares similares a los que se proponen para los terrenos del Parque Vargas, antes destinados a equipamientos colectivos.

3 La muy monumental Plaza de la Revolución liquida la Av. Bolívar como tradicional espacio para las grandes concentraciones públicas. Además su escala y su concepción la aíslan completamente del contexto urbano que la rodea. La plataforma de concreto ocupa un área que es más o menos un 20 % de la que ocupa la Avenida Bolívar por lo que su capacidad para las grandes manifestaciones es muy inferior. Seguramente mucho más fácil de llenar, pero sin el impacto sensacional de una Avenida Bolívar llena de punta a punta.

4 En la gran plataforma se ven pocas perforaciones. ¿Qué habrá debajo de este descomunal techo? ¿Buhoneros, terminales de autobuses, ventilación forzada, muchas lámparas, poco cielo?

5 En verdad es un proyecto monumental, comparable a los grandes espacios de Berlín y Roma erigidos en los años 30 para gloria de los dirigentes políticos de aquellos tiempos. Para las cuatro manzanas de La Hoyada se han desarrollado muchos proyectos, de calidad variable, de muy buenos y muy malos arquitectos. Ninguno ha tenido éxito y La Hoyada ha ido perdiendo la enorme importancia que tenía en los años 60. Pero su mala suerte se haría definitiva si cristaliza la gran plataforma de concreto. Pero lo más probable es que haya que ir a llorar a El Valle.

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