VIVAN LOS PAÑOS CALIENTES
1 Sobre los “paños calientes” ha caído una denigrante maldición, muy
injustificada. Cuando hay un problema grave y alguien trata de resolverlo sin
corregir la raíz estructural enseguida son calificadas con el denigrante
término de “paños calientes” queriendo decir que no sirven. Qué exageración.
Los “paños calientes” son de gran ayuda para aliviar los problemas. Cuando
alguien sufre un desgarramiento visceral los dolores son atroces y la morfina
ayuda extraordinariamente a soportarlos. No es una cura, es un “paño caliente”
pero su utilidad es innegable.
2 Por ejemplo, el tráfico en Caracas es monstruoso, un problema
gravísimo. Hay unos 4 millones de personas que pierden un promedio, con
optimismo, de 2 horas diarias para trasladarse, para hacer viajes importantes
como el de la vivienda al trabajo y viceversa, 2 horas por encima de lo que
tardarían con una velocidad baja de 30 km/h. Son 8 millones de horas diarias
desperdiciadas. En promedio el hombre vive unas 400.000 o sea 16 horas activas por
día durante 70 años. Es decir que en Caracas, figuradamente, dividiendo 8
millones entre 400.000, resulta que se mueren 20 personas diarias por los
retardos en el tráfico. 140 semanales, 7.280 al año. Mucho más que por la desenfrenada
delincuencia que nos azota.
3 Ante el descomunal tráfico se sugieren medidas estructurales, tales
como la muy razonable de mejorar y optimizar el transporte público masivo siguiendo
el ejemplo de las grandes ciudades. Eso está muy bien. Pero toma años y cuesta entre
tanto muchas vidas. Habría que recurrir a los vilipendiados “paños calientes”
para salvar muchas vidas ya. En paralelo con las acciones que modifiquen la estructura
profunda del problema. Pero lo trágico es que ni siquiera se aplican “paños
calientes”. En primer lugar porque esos muertos no tienen dolientes, le
importan sólo a los que sufren los efectos de la epidemia, pero no le importan
a quienes tienen la responsabilidad de detener la carnicería. Lo peor de todo
es que hay muchos “paños calientes” sugeridos por entes e individuos, cuya
aplicación es poco costosa y rápida, pero los órganos del gobierno en sus diversos
niveles no les prestan atención, no les paran, no les importa.
4 Por ejemplo entre los estudios de la
Zona Rental hay propuestas para aliviar el
tráfico en la Plaza Venezuela
y la Plaza de
Las Tres Gracias. En el proyecto de rehabilitación del Bulevar de Sabana Grande
hay sugeridos algunos remedios para los nudos del Sector. Una idea elemental
rueda por ahí que es la de construir muchos puentes que conecten la zona al sur
del Guaire con la del norte, no tremebundos tréboles sino puentecitos como el
Veracruz, el de Santa Mónica, el de las Nalgas o el de Las Mercedes. Con esto
se aliviaría enormemente la presión sobre los pocos existentes.
5 Otra idea es la de las unidades de pronto socorro para tapar huecos,
no para levantar durante meses el asfalto y volver a poner sub-bases y más
asfalto. No. Simples equipos para tapar huecos aunque la reparación solo dure
un año o para cambiar las alcantarillas que se hunden bajo el peso del tráfico
o colocar anillos para levantar tapas hundidas. Medidas rápidas, económicas,
pero que alivian enormemente el sufrimiento de los presos en las colas.
6 Si se hace un llamado público, con toda seguridad lloverán sugerencias
y propuestas de los afectados sobre como mejorar la situación de los sectores
por los cuales circulan. Habrá muchas que no sean razonables o factibles pero
habrá unas cuantas de interés que podrían ser buenos aportes para mitigar
nuestras penurias.
7 La otra cuestión es que hay muchos organismos con incumbencia en la
materia que se pelotean los problemas y no toman las medidas concretas. Todos
los municipios de la Gran Caracas ,
el Gobierno del Distrito Capital, la Alcaldía Metropolitana ,
el Metro, HIDROCAPITAL, CORPOELEC, los Ministerios de Transporte y
Comunicaciones y de Vivienda y Hábitat y pare de contar. Es hora de reducir la
mortandad. A ponerse todo el mundo las pilas que el tiempo pasa rápido.
¿CÓMO SE EXPLICA?
Que la abrumadora mayoría de nuestras
autopistas, carreteras, avenidas, calles y callejones, en todos los estados y
municipios, en todas las ciudades, urbanizaciones y barrios, en fin, en todas
las vías para movilizarse desde cualquier origen a cualquier destino, no estén
señalados los canales de circulación y los bordes de vía. Que no estén pintadas
las rayas del piso. Que esto ocurra hoy es inaudito. Ayer era explicable más no
justificable ¿Alguien ha estudiado cuántas muertes y accidentes se han podido
evitar con la elemental señalización de las vías? ¿Pero, es que alguien piensa
en eso?
Que los semáforos, en ocasiones, están
colocados encima del carro cuando éste se detiene en un cruce y el conductor
sólo avanza cuando suena la corneta del de atrás insistentemente para que
arranque. O debe sacar la cabeza varias veces por la ventana, para evitar una tortícolis,
y estar pendiente del cambio de luces.
Que las señales que indican hacia dónde
conduce una vía, están colocadas en plena intersección y uno tiene que decidir
en fracciones de segundos si se equivoca de ruta, se estrella contra la señal o
le pasa el problema al de atrás, frenando y maniobrando abruptamente para no
pelarse.
Que en las entradas a las estaciones de
servicios, restaurantes o cualquier servicio, a lo largo de carreteras y
autopistas, los pavimentos estén “bombardeados” y hay que pasar en segundos, de
40 Hm/hora a detenerse, para salvar el tren delantero y un cabezaso del
acompañante contra el techo del carro.
Que cualquier persona, autoridad o no, en
cualquier sitio, en cualquier momento, coloque en carreteras nacionales, en
calles y avenidas de nuestras ciudades y urbanizaciones, los famosos “burros” o
“policías acostados” ¿Saben que hay formas de reducir la velocidad con
inteligencia y eficiencia sin usar esos burros que parecen indicar el nivel de
desarrollo que algunos tienen?
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