Alejandro López - Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com
CONTRADICCIONES A RESOLVER
EN VIVIENDA
Un aspecto crucial es cómo satisfacer las inmensas necesidades de nuevas
viviendas y la adecuación de las existentes, frente a la capacidad real para
hacerlo. La situación actual del país para producir y construir viviendas,
entendida como un componente importante, de la urbanización del territorio,
tiene severas y estructurales limitaciones, que se agravan al considerar los
tiempos que los procesos urbanos exigen. En este momento es inexistente una
maquinaria pública de planificación urbana y de desarrollo industrial y
organizativo, capaz de afrontar exitosamente el reto de la vivienda y del
desarrollo urbano.
Dos enfoques han sido perversos en las políticas aplicadas en vivienda. Por
un lado, la de construirlas en donde se consiga tierra, mediante empresas
contratistas y que sea completa (70 m2 con 3 habitaciones), lo cual ha logrado
durante 50 años impactos irrelevantes en el problema.
Por el otro, el Estado ha asumido prioritariamente la construcción de la
vivienda, soslayando la de urbanizar y la de crear la base industrial,
organizativa y productiva, capaz de sostener un proceso gradual y consolidado
de urbanización del territorio. El Estado ha sido más un constructor competitivo
con otros sectores, que un planificador y creador de las bases para potenciar la
capacidad de producción y construcción del desarrollo urbano y de vivienda.
¿Qué hacer ahora?
Hay que considerar algunos cambios. La producción urbana y de vivienda es
una actividad social, económica y política. Por lo tanto, o consolidamos los
esquemas convencionales que se han aplicado manteniendo esa realidad
“capitalista” o la transformamos mediante iniciativas profundas y graduales
necesarias para reforzar la visión socialista de la sociedad que queremos
alcanzar en un futuro. Veamos algunos de esos cambios.
1.
La
población organizada debe asumir activamente la producción y construcción de la
vivienda y el Estado debe crear las condiciones para impulsar y sostener esa
participación. Cada cual en sus roles según sus capacidades y
responsabilidades.
2.
La producción
urbana y de vivienda requiere tiempos distintos a los “electorales” o
inmediatista, por lo que el acceso a la vivienda es gradual, progresivo, paso a
paso.
3.
El
Estado debe reorientar su actual rol prioritario y convertirse más que en ejecutor,
en ductor y creador de las condiciones requeridas para la producción del
urbanismo y vivienda. Eso es estimular y consolidar en todo el ámbito nacional,
la capacidad tanto en los aspectos industriales, financieros, organizativos,
como disponer de un banco de tierras, necesarios para desarrollar la producción
comunitaria de vivienda.
4.
El
desarrollo urbano y la vivienda, al menos en unos 2 a 3 años, o más, son una
emergencia nacional. Por lo tanto, la estrategia prioritaria es poner al
alcance de la mayor cantidad de familias por año, tierra urbanizada, posiblemente
de viviendas de crecimiento progresivo y de la asistencia integral necesaria,
para que las comunidades organizadas asuman directamente la construcción de
nuevas viviendas en las tierras urbanizadas y el reforzamiento, mejoramiento y
ampliación de las viviendas en barrios y zonas estables geológicamente y
factibles de integrarse a las ciudades.
5.
Es
indispensable un banco público de tierras. La tierra a adquirir y urbanizar
debe estar localizada en áreas con vocación urbana y dentro de los perímetros o
adyacencias desarrollables de las ciudades. Igualmente debe hacerse un gran
esfuerzo en la densificación de tierra urbana sub utilizada según su potencialidad
y factibilidad de acceso y servicios.
6.
Diversificar
las tecnologías y sistemas de producción y construcción a otros materiales y
formas de construir. El país cuenta con acero, madera, plásticos, que tienen un
gran potencial de uso y aplicaciones que son hoy desaprovechados. Además,
muchas técnicas y formas de construir con esos materiales, son de fácil manejo
por comunidades y pequeños constructores.
Estos son algunos de los elementos a tomar en cuenta en una nueva
estrategia de vivienda. Por supuesto que hay otros tan o más importantes, como
son la planificación del desarrollo urbano y vivienda, la industrialización y
racionalización de la producción y la construcción, y la capacitación en sus
diferentes niveles de participación en los procesos productivos y
constructivos.
Conclusión
Es tiempo de profundas transformaciones en este sector. Con una visión distinta
de los roles actuales del Estado y del pueblo. El primero como ductor y creador
de las condiciones necesarias para el desarrollo urbano y la vivienda, y el
segundo como ejecutor de las viviendas. El primero como dotador de los medios
de producción y el segundo como actor principal de su destino y de sus
requerimientos. El primero al servicio del segundo.
El desarrollo urbano y la vivienda son un medio de profundizar y acelerar
la transición socialista o de sostener el agónico modelo heredado. Hoy el reto
es decidir cual opción seguir. La primera es dura, difícil y gradual, pero muy rica
en posibilidades e impactos. La segunda es el no futuro.
EL GOBIERNO OPOSITOR
Llama la atención por qué los opositores están contra todo lo que hace el
“gobierno”. Resulta que ellos también son gobierno en alcaldías y
gobernaciones, y además controlan en la práctica áreas del gobierno central,
así como disponen de grandes recursos del sector económico-financiero, de la
iglesia, de los medios de comunicación. El “gobierno” no está concentrado en
una tendencia y quizás, si medimos las “fuerzas” o capacidad de incidir en el
país, los opositores tienen amplias posibilidades ¿Entonces? Caben muchas
preguntas:
ü ¿Cuáles son sus políticas urbanas y de
vivienda?
ü ¿Maracaibo, Valencia, San Cristóbal,
Porlamar, la Caracas de los 4 municipios… son ejemplos de desarrollo urbano
armónico y ambiental?
ü ¿El Hatillo es la joya de la corona? ¿Sus
desarrollos inmobiliarios son un ejemplo de eficiencia y de respeto ambiental?
ü ¿Funciona el transporte colectivo
superficial de sus ciudades y municipios?
ü ¿Cómo deciden las prioridades de inversión
social y de infraestructura en sus municipios?
ü ¿Dónde están y cómo son las viviendas
populares que requieren los pobres?
ü ¿Dónde está la red popular de salud, de
educación, de mercales, etc.?
ü ¿Cómo es el programa de habilitación de
sus barrios?
El gobierno tiene muchas deficiencias y errores, precisamente porque hace y
bastante. La oposición es impoluta porque no hace sino oponerse ¡Ojala la
oposición mostrara sus políticas, tendríamos un debate interesante y
constructivo! ¿Por qué no lo hace?
Desde esta página quisiéramos conocer la gestión urbana y en vivienda de
sus gobernadores y alcaldes, para confrontarla con la bolivariana. Eso
enriquecería al país. Mientras esté ausente este debate, las suspicacias son
genuinas.
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