jueves, 4 de abril de 2013

AyB 192 - 30 Julio 2009

AyB 192 - 30 Julio 2009

Ultimas Noticias | Jueves 30 de Julio de 2009


Henrique Hernández Alejandro López Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com

Hacia una nueva Plaza Venezuela


Es una plaza que no es plaza, sino lo que los franceses llaman un rond-point. Una glorieta, una rotonda, un nudo de tráfico, un círculo alrededor del cual los vehículos dan vuelta, circulando a como dé lugar, esquivándose unos a otros, y todos apuntando hacia algunas de las avenidas que llegan y salen del sitio. Hubo un tiempo cuando se pensaba que estos dispositivos circulares eran la solución para resolver los cruces de tráfico. Pero el incremento de vehículos ha contribuido a que hoy los ronds-points sean cada vez menos efectivos. En todo caso la Plaza Venezuela sigue llamándose así, y así la conocen y reconocen los caraqueños. Aunque, en rigor, no sea una plaza.

Pero ahora, en correspondencia con la conmemoración de la fundación de la ciudad, la Plaza Venezuela, o lo que es su centro geométrico, va a volver a disponer de un elemento monumental, que ha sido, de diferentes formas, característico de su espacio: la fuente central.

Ésta, símbolo acostumbrado para las grandes plazas occidentales del urbanismo del siglo XIX, y herencia del pozo central de villas mucho más antiguas, apareció en cuanto Caracas empezó a expandirse hacia el Este. Cuando el vehículo comenzó a imponer su predominio como transporte individual, el círculo era perfecto, las proporciones más bien recatadas y planas, las esculturas que la acompañaban bucólicas y bien figurativas.

Las periódicas remodelaciones acentuaron cada vez más el carácter vehicular de distribuidor del tránsito. El círculo de grama se convirtió en ameba. Obras de arte público ocuparon el espacio. Las avenidas se desviaron, se metieron por debajo. Enormes y patéticos mamarrachos de diferentes tipologías mercantiles invadieron los techos de los edificios altos y bajos que lindan con la Plaza. Y la desidia o las razones misteriosas, pero muy concretas, que rigen el comportamiento urbano en nuestro país, dejaron sin uso a la fuente por más de doce años.

En un comentario que publicamos en febrero pasado, destacábamos "la tremenda importancia de esta Plaza para la ciudad, en su doble aspecto, el de la funcionalidad y el de la simbología urbana". Ninguna de las dos, ni funcionalidad de tránsito, ni simbología, deben ser dejados al azar o a los puros y duros intereses comerciales.

En la misma ocasión le pedíamos al nuevo alcalde de Caracas "ingenio y sensatez de diseño". Entendemos que, independientemente de lo que se dijo en nuestra modesta página, en la Alcaldía de Caracas se ha comenzado a estudiar a fondo el ordenamiento definitivo de la Plaza Venezuela y de su entorno. No insistiremos más en su importancia y su urgencia.

Afortunadamente dentro del programa Caracas Socialista es posible actuar con la misma velocidad y eficiencia con las cuales se está actuando en el bulevar de Catia y en el del Cementerio.

Ahora, la buena noticia: En una acción conjunta entre el Gobierno Nacional, la Alcaldía de Caracas y PDVSA-Centro de Arte La Estancia, se culmina el rescate de la fuente central, de ahora en adelante "la fuente milagrosa". Milagrosa porque ha sido un verdadero milagro hacerla resurgir más potente que nunca, con todas las vibraciones, visuales o musicales, de su proyecto monumental. Dotada de una ambición urbana pocas veces constatada en nuestro medio, la nueva fuente por fin va a estar a la escala de su entorno y al nivel de los otros valores plásticos de las obras que están cerca. Es un comienzo maravilloso de una obra que deberá incluir una seria reflexión sobre el peso de la circulación peatonal, sobre cómo facilitarla al máximo, y sobre el necesarísimo respeto a la importante arquitectura que la rodea, de la cual hay que eliminar los pretenciosos adefesios mercantiles que la ponen en ridículo y que ofenden a l@s caraqueños.

Un comienzo maravilloso, que de paso desmiente a quienes insisten desde cátedras obsoletas que este es un gobierno antiurbano. Y no vale decir que una fuente no rescata los demás problemas heredados del caos y de la marginalidad. Porque ahí están los trabajos en marcha, simplemente es cuestión de quitarse las vendas de los ojos y volver a aprender a ver la realidad.

Cómo mejorar una buena gestión


La Alcaldía de Libertador se ha puesto las pilas y es innegable que su acción se hace sentir.

Comparada con la gestión Bernal, su superioridad es abrumadora. Lástima que todavía presente fallas en la planificación y la inspección de las obras. Donde vive uno de estos escribidores, por ejemplo, que es una urbanización extensa, se ha realizado un buen programa de mantenimiento de la vialidad. Pero levantan el asfalto de muchas calles que están bien y que lo que necesitan es tapar algunos huecos. Después, tardan semanas en colocar el asfalto con las muy polvorientas consecuencias para la ciudadanía.

Han roto algunas tuberías que al poco tiempo se transforman en lagunas y no las reparan. El acabado en relación a las aceras es pésimo.

Los montones de desechos del asfalto levantado se acumulan en las aceras y peor aún tapan los pies de los árboles, amenazándolos de muerte. No hay ninguna limpieza después de ejecutadas las obras. Mala planificación, pésima ejecución, cero supervisión. Se desperdician millones de bolívares y de esfuerzos que habrían podido dar excelentes resultados con un mínimo de cuidado. Estos comentarios son a manera de sugerencia para superar las fallas que aún quedan de la forma de emprender las obras locales, no se debe empañar una buena gestión con estas deficiencias.

Cifras, tiempos y costos


Las informaciones sobre la producción de viviendas son escasas, aleatorias, aparecen dentro de una declaración sobre otro asunto, o no aparecen, que es lo habitual. En un reciente Aló Presidente, el Comandante anunció los campamentos de construcción de viviendas. De paso, indicó que según las autoridades oficiales "el Sector Público para este año contempla realizar cerca de 31.000 viviendas.

"De ese monto, 20.000 unidades corresponden a los planes pasados y 11.000 serían casas nuevas" (EU 19.7.09). Unas cifras impresionantemente bajas, explicables sólo por la reducción del presupuesto nacional. Pero lo que mas llama la atención es el considerable retraso con que se terminan las viviendas. La confusión de cifras de las iniciadas en años anteriores y que todavía están en ejecución es infinita.

Pero aún así, se puede sacar la conclusión de que un gran número tarda 2 ó 3 años en terminarse y a veces más. ¿Cómo puede explicarse esta situación? Algo que es urgente para el país, tanto, que no se hacen licitaciones públicas argumentando la urgencia de producir las viviendas, lo que debe construirse según los contratos en 6 meses tarda 36 meses. ¿Hay alguna razón "razonable"? En una conversación con profesionales del ramo surgió una hipótesis. Si la vivienda tarda tanto tiempo en hacerse hay que actualizar los precios contratados, es decir subirlos según el funesto ÍPC o algún otro método.

Hay que hacer una modificación de la contratación. Hay por lo tanto una exquisita ocasión, muy poco controlable y controlada, para aumentos que no son justos, que incluyen las llamadas comisiones. Esto explicaría muchas cosas.

El profesional que formuló la hipótesis es un escuálido malpensado y con mucha experiencia. Su hipótesis tiene que ser falsa, si no ya habría sido detectada y castigada con todo el peso de la ley. Tiene que haber otra explicación "razonable".




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