LAS LOGICAS DEL DISEÑO
Durante el auge del estructuralismo sistémico
tuvo un papel relevante la llamada metodología de las lógicas, dentro de lo que
se consideraba el estudio de los fenómenos complejos. Se decía que un fenómeno
complejo no podía analizarse sólo en pocas dimensiones ya que su comportamiento
estaba regido por lógicas de muy diversas índoles, cada una con sus propias
dimensiones, y que por lo tanto había que recurrir a análisis
pluridimensionales. Muy pocos trabajos progresaron sobre esa vía, aunque
algunos intentos se hicieron, sin avanzar demasiado, pero con resultados
interesantes desde el punto de vista heurístico, explicativo.
Podríamos describir un intento de análisis de
las lógicas del diseño espacial, arquitectónico y urbanístico, que aunque con
cierta difusión nunca fue aplicado en las escuelas de arquitectura y urbanismo
del país. La verdad es que el análisis de las edificaciones y de los espacios
abiertos construidos nunca ha sido una asignatura en nuestras escuelas. Tampoco
lo ha sido su pariente inmediato, la teoría de la arquitectura, refugiándose
esa actividad, a escondidas, en las cátedras de historia. Tal vez algunos
profesores de diseño, individualmente, han utilizado el instrumento de análisis
en sus clases, pero éste no existe formalmente como materia autónoma.
Por razones de medio, tiempo y espacio hay que
simplificar muchísimo la reseña de aquella metodología, pero creemos que es de
interés general. Especialmente cuando se habla constantemente de la ínfima
calidad del diseño público y de la ausencia de conciencia y discusión sobre el
fenómeno. Según algunas aplicaciones de la citada metodología existe una
aproximación teórica según la cual el diseño de la arquitectura y el urbanismo
se rige por tres lógicas.
La lógica funcional referida a la necesidad de que todas las actividades y funciones que
deben cumplirse en la edificación, y en los espacios urbanos, puedan realizarse
adecuadamente, sin perturbaciones y con el máximo de racionalidad y eficiencia.
Las edificaciones deben ser lo más compactas posible, las distancias a recorrer
entre los diversos locales deben ser mínimas y priorizadas según la frecuencia
y tipo de viajes, no debe haber incompatibilidades entre actividades colocadas
en forma cercana, el número y colocación de los controles de acceso deben
responder a los criterios establecidos en la programación, las condiciones
ambientales deben ser óptimas y así sucesivamente.
Los elementos de los espacios urbanos deben
cumplir con el máximo de eficacia su función. Por ejemplo, los recorridos
viales, para vehículos o peatones, deben ser los mínimos posibles, permitir la
máxima velocidad dentro de las normas respectivas, ofrecer seguridad y evitar
los conflictos. Los parques y plazas deben tener las dimensiones adecuadas a la
población servida, disponer de sistemas de protección climática y del
mobiliario pertinente, y así sucesivamente
con cada tipo de espacio urbanístico.
La lógica económica obliga a que los montos de las inversiones en la construcción, el uso,
el mantenimiento y la conservación de las edificaciones y los espacios urbanos
sean lo mínimo posible sin sacrificar su calidad y satisfaciendo todas las
normas legales y particulares pertinentes.
La lógica simbólica es la más compleja y difícil de establecer ya que tiene que ver con la
producción y el impacto comunicacional y por ende estético de las edificaciones
y los espacios urbanos. Hay una serie de edificaciones como las catedrales, los
palacios de gobierno, las grandes bibliotecas y muchos centros culturales,
religiosos, deportivos y públicos, que son muy representativas de la identidad
y la historia urbana y constituyen nodos de gran significación en la vida de
las ciudades.
A esta situación se añade la importancia que
ciertas corporaciones e instituciones le dan a sus edificaciones como icono con
gran valor comercial o de imagen pública. Lo mismo pasa con muchos espacios públicos. Las grandes plazas
centrales, los bulevares y grandes avenidas, los cementerios, los parques
metropolitanos de entretenimiento activo y pasivo también poseen una identidad
y representan un patrimonio cultural y humanístico de inmenso valor estético.
Las lógicas funcionales y económicas están
estrechamente enlazadas pero existen fuertes conflictos entre la lógica simbólica
y la económica y algunos más débiles entre la lógica simbólica y la funcional. Habría
que insistir en que en todos los casos y todas las edificaciones las tres
lógicas funcionan simultáneamente y se mezclan en proporciones variables.
Una buena referencia la tenemos en la Ciudad Universitaria
de Caracas donde los edificios de las Facultades Humanidades y Arquitectura y
Urbanismo han sido diseñados dando gran peso a las variables simbólicas
mientras que otros edificios como los primeros Institutos construidos para la Facultad de Medicina y
muchos de los construidos para la
Facultad de Ingeniería fueron diseñados dando gran peso a las
variables funcionales.
Un caso representativo es la Plaza del Rectorado. El
edificio del Museo que es el que limita la plaza por el este, tenía la planta
baja libre según el diseño de Villanueva, lo cual permitía visuales desde la
plaza sobre el campus y los edificios al fondo. Visuales además con cambios
dinámicos ya que a medida que se avanzaba hacia el Rectorado y la Plaza Cubierta las volumetría y
los espacios se transformaban de manera espléndida. Pero surgió una necesidad
funcional, la escasez de locales para la administración universitaria y la
solución fue ocupar lo que era la planta baja libre del Museo con locales que
destruyen el diseño espacial de Villanueva al ocultar los espacios del campus.
Es muy difícil establecer parámetros
cualitativos y cuantitativos entre las tres lógicas. En general no hay límites
económicos para las grandes, mayores, máximas obras simbólicas porque
representan la esencia de una sociedad y de su historia. Sin embargo en
nuestros tiempos han aparecido edificios de un inmenso costo que se justifican
sólo por el valor mercantil-ideológico que generan a sus propietarios, como el
Cubo Negro o la futura sede de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Sería
interesante aplicar el análisis de lógicas de diseño a las edificaciones y
áreas libres más resaltantes de nuestras ciudades. Pero es una tarea por hacer.
Cubo Negro en Chuao, Municipio Baruta, Caracas |
Futura sede de la CAF en Altamira, Municipio Chacao, Caracas |
2005-2010
Ayer 22 de setiembre, hace 5 años, nació esta
página, difundiendo críticas, reflexiones y propuestas. La de hoy es la 240. Seguiremos
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