Alejandro López y Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com
Producción comunitaria de vivienda
En esta página insistimos en cambiar los
modos de producción. Por una parte la construcción convencional debe aplicarse
en la menor porción de la inversión para producir viviendas “completas”
(acabadas) para familias muy pobres, damnificadas y ciertos funcionarios.
También algunos programas de los convenios internacionales. Este modo de
producción ha sido desde 1928, cuando se fundó el Banco Obrero, una terca
muestra de fracasos con honrosas excepciones (BO años 60, El Silencio). La
mayor inversión debe dirigirse a un modo de producción donde el gobierno provea
la tierra urbanizada, los equipamientos, la asistencia técnica y financiera,
para hacer estallar la capacidad y creatividad popular, masivamente y poner en
funcionamiento la más amplia operación de construcción de viviendas por la
gente ¡Ojala alguien tenga oídos y ojos!.
Las zonas industriales se crearon hace años. Las ciudades han crecido y
ellas han dejado de ser lo que fueron. Hoy son importantes áreas para el
reordenamiento urbano. El que el presidente mande a tomarlas es una reacción
lógica ante la ineficiencia de los entes locales que debieron prever su uso en
planes urbanos y no lo hicieron ni lo hacen. Es tal el desmadre urbano y sus
responsables (alcaldes, concejos municipales y privados) que hasta Chávez, que
no tiene ni el conocimiento ni la experiencia en esos temas sugiere medidas
avanzadas y de real impacto para transformar las ciudades.
Sabana Grande. Es impactante la diferencia del bulevar
caraqueño en plena construcción. Cambió, al prever un solo nivel y eliminar la
diferenciación de calzadas y aceras y limitar algunas circulaciones en el
bulevar y en las transversales. Tremendo reto tiene ahora la alcaldía para
usarlo, mantenerlo y sobre todo regularlo, para que motos, buhoneros, ventas
ambulantes, avisos y publicidades, etc., regresen al redil saliendo de la
actual anarquía y abusos al espacio público disfrutable. Encomiable ejemplo de
la gestión de PDVSA La Estancia.
La vivienda hay que planificarla y ejecutarla como hicimos el viaducto a
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Tiempos bien
gastados
Existe un solo
método racional, y por lo tanto eficaz para la sociedad, de construcción de
viviendas y su entorno urbano. Este método tiene una primera fase, que son los
estudios previos. Entre ellos, está la planificación de las metas (cantidad,
tipo, ubicación y tiempo de construcción, fuentes de financiamiento, todos
genéricos, de las viviendas y el urbanismo respectivo). Luego viene la
programación específica (selección y apropiación del terreno, estudio de
suelos, levantamiento topográfico, disponibilidad de servicios de
infraestructura, normativa legal, consenso social, aseguramiento del
financiamiento, tipologías de edificaciones y servicios). La parte final de los
estudios previos son los proyectos, el análisis del impacto ambiental y el plan
de gestión de la
construcción. Este es un proceso largo y pocas actividades se
pueden hacer simultáneamente. El famoso PERT, el diagrama del camino crítico,
ejemplifica gráficamente esta situación. Sólo en este momento se puede iniciar
el proceso de construcción. Cualquier omisión lleva al fracaso, mientras más
omisiones, más graves y rotundos los fracasos. Se han intentado experiencias de
reducir tiempos, como la llamada "proyecto-construcción" pero sus
resultados han sido poco evaluados o ignorados. Cualquiera que sea la manera de
construir (industrializada o manual, sistémica o particularizada, estadal o
privada, comunitaria o anárquica) tiene que pasar por este largo proceso. Sin
embargo este proceso, que es largo en la situación actual, podría agilizarse
extraordinariamente si se cambian las relaciones de producción, sin saltarse o
eliminar partes. En la construcción se pueden recortar tiempos según los
métodos constructivos, antes no. Si no cambian las relaciones de producción
vigentes en nuestro país, es inútil ordenarle al mamón que produzca mangos. En
la práctica nacional lo habitual son las órdenes, de allí que sólo recolectemos
mamones. Todo lo dicho es sencillo y conocido. ¿Por qué no terminamos de
aceptarlo y aplicarlo?
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