jueves, 11 de abril de 2013

AyB 228 - 01 Julio 2010

AyB 228 - 01 Julio 2010

Aceras y Brocales
Alejandro López - Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com


ARQUITECTOS Y MÉDICOS

1 La calidad es esencial en todo. Ella determina la durabilidad, la practicidad, la resistencia, la belleza, de un objeto. Un zapato tiene calidad cuando es cómodo, duradero, de poco mantenimiento. Un edificio es de calidad cuando es funcional, resistente estructuralmente, bien ubicado, fresco, iluminado, integrado a su contexto, con formas y fachadas resistentes al viento y a las lluvias y estéticamente logradas. En fin, la calidad determina el diseño, desarrollo y la construcción de ciudades, barrios, edificios y objetos, y por tanto garantiza o contribuye a que la vida de la gente sea plena y grata. La mala calidad determina todo lo contrario.

2 Los médicos son parte de los que hacen que la salud sea de calidad o que no lo sea. Es uno de los aspectos fundamentales que determina las condiciones de vida de las personas y por tanto de la sociedad entera. La gestión pública bolivariana al aplicar los programas de salud, los llamados Barrio Adentro 1, 2, 3 y 4, especialmente los dirigidos a las grandes mayorías imposibilitadas de acceder a servicios médicos, logró un extraordinario impacto, en todo sentido, que ha sido mezquina y absurdamente, obviado o despreciado por algunos. Esos programas de salud son lo que en esta página concebimos como “detonantes”, porque a partir de ellos se desencadenan otra serie de programas subordinados o complementarios que amplían, refuerzan y profundizan, las condiciones que definen y determinan la calidad de vida de la gente. Un detalle clave fue, es y será, el apoyo de los médicos cubanos y la formación de los médicos integrales comunitarios hoy pasantes en los centros de salud. La forma más impactante para afrontar la salud en los barrios fue dirigir para allá la medicina y los médicos. Ante una necesidad la respuesta fue llevar de inmediato la salud al barrio y formar a los que la sostengan en el futuro. Es un enfoque correcto, viable, sustentable y exitoso.

3 ¿Dónde están los arquitectos para afrontar las necesidades de vivienda y desarrollo urbano popular? ¿Es válido aplicar en vivienda el enfoque aplicado en salud? Hay indicios que indican que si. Pero tenemos un problema, quizás el mismo que en salud. O bien no hay arquitectos para trabajar “barrio adentro”, o los hay y no quieren o tienen razones para no adentrarse en ese mundo que desconocen y para el que no se prepararon prioritariamente. Nuestra experiencia en las universidades venezolanas señala que la vivienda nueva, la de habilitación y la de rehabilitación, para los pobres, tenía y se mantiene aún hoy así, en un orden de muy baja prioridad. Más fue la formación para proyectos emblemáticos con mucha influencia de las tendencias y movimientos internacionales, en contextos distintos a los nuestros, que una preparación para los ingentes problemas de nuestras ciudades y de la vivienda para las mayorías pobres.

4 Son contadas, y excepcionales, las experiencias académicas para dar respuesta de diseño y construcción de soluciones para los nuevos conjuntos de vivienda popular, para intervenir y reordenar las áreas sub utilizadas y pobres de las ciudades, y para habilitar y rehabilitar las urbanizaciones y barrios existentes. Pero hay que destacar que si realmente esos temas ocupaban una mínima atención académica institucionalmente hablando, los que se realizaron, algunos, tenían un alto contenido conceptual y práctico de innovación con respecto a las políticas tradicionales. Y más importante aún, fueron experiencias teóricas-prácticas que demostraron una efectiva respuesta, viable, sustentable, con las comunidades y las tecnologías y capacidades criollas, con efectivas posibilidades de impactar y cambiar la estrategia urbana y de vivienda ante las demandas de las mayorías pobres. Pero fueron, repetimos, iniciativas escasas que, por otra parte, no han sido valoradas en su justo nivel por las universidades ni por los entes públicos ni por los privados.

5 En todo caso, al final, las universidades han formado insuficientemente a los egresados en cantidad y en capacidades profesionales para actuar frente a la realidad urbana y de vivienda populares. Tampoco los entes públicos y por supuesto mucho menos los privados, han aprovechado a los disponibles y preparados arquitectos, ingenieros y de otras especialidades de nivel universitario, en los procesos adelantados por las instituciones responsables del sector urbano y habitacional para los pobres.

6 El arquitecto y el ingeniero, y cualquier otro de formación universitaria, para desempeñarse barrio adentro, lo primero que tiene que entender es que él es uno más dentro de un grupo que tiene diversos intereses, conocimientos y expectativas, que se deben complementar y coordinar para alcanzar la solución, con la máxima calidad, para las necesidades y condiciones urbanas y de vivienda de las mayorías. Las respuestas para los pobres no pueden ser con ideas ni soluciones pobres. Conseguir los requeridos profesionales universitarios para incorporarlos a un plan nacional de asistencia técnica, de diseño urbano y de edificaciones para los pobres, es una tarea crucial adicional, que hay que resolver para iniciar una política y una estrategia para la vivienda popular. Así como los médicos, enfermeros, paramédicos, etc., fueron y son fundamentales para Barrio Adentro, igualmente en vivienda se requieren los arquitectos, ingenieros “paraarquitectos”, “paraingenieros” y muchos otros etc. Hay que tomar esto en cuenta en este momento, porque es insuficiente tener el enfoque, la política, el plan, si no están quienes lo ejecuten en sus diferentes ámbitos de decisiones y ejecuciones, desde el ministro hasta la comadre María que recibirá la vivienda.

7 Nueva oportunidad la que se abre esta semana con las nuevas autoridades de los dos ministerios que se están creando a partir del MOPVI. ¡Bienvenidos!. Les deseamos lo mejor en sus responsabilidades, por cierto, duras y difíciles responsabilidades, pero plenas de interesantes retos, de mucho entusiasmo por las expectativas que se vislumbran, de optimismo por las reales condiciones para adelantar una nueva y fructífera estrategia en la senda a transitar junto a las comunidades, para, reiteramos, juntos echar las bases del plan o del “mapa” que guíe la gestión pública y alcanzar progresivamente la respuesta a las necesidades de ciudad y de vivienda del país todo. Es un largo camino pero hay que dar los primeros pasos con firmeza, visión a futuro, mística, ética, honestidad y talento.

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