DOS
MIL TREINTA
2 ¿Cómo se ha expresado en
términos de ocupación del territorio, tipo, volumen y calidad de las
construcciones? ¿Cuáles fueron las políticas y ejecuciones del Sector Público y
del Sector Privado? ¿Cuál fue la experiencia histórica y que saberes podríamos
atesorar de su conocimiento y análisis? Esto nadie lo sabe, nadie lo ha
investigado. Los preclaros Institutos de Urbanismo que son ornato de nuestras
principales universidades nunca se han preocupado por investigar cuestiones de
este tipo, esenciales para un conocimiento y una reflexión sobre nuestra
realidad histórica y presente.
3 El reto que ha tenido que
enfrentarse ha sido formidable. En el período l941-1961 se duplicó la población
de Venezuela, de 3,9 a 7,5 millones (3,6 millones nuevos habitantes) y por lo
tanto habría tenido que construirse un equivalente a todo lo construido en los
300 años anteriores de historia. Entre l961 y 1981 de nuevo se duplicó la
población del país, de 7,5 a 14,5 millones (7 millones nuevos) y habría sido
necesario construir tantas viviendas, acueductos, escuelas, hospitales,
comercios, campos deportivos, etc., como los construidos desde el
descubrimiento hasta 1961. De 1981 al 2001 la población se multiplicó por 1,6
pero aumentó en 8,6 millones. Es decir que en esos 20 años habríamos tenido que
construir más de lo que se construyó antes hasta 1961. Por supuesto que no se
ha construido todo lo necesario y de allí que para principios de siglo XXI
teníamos ya enormes déficit.
4 En los 10 últimos años la
población ha crecido, parece, en 6,3 millones. Se han debido construir, por
ejemplo, 1.5 millones de viviendas, 150.000 por año. No hay estadísticas pero
no sería muy errado decir que si acaso llegan a ser 50.000 por año. Claro que
también se construyen las otras 100.000 pero bajo la forma de ranchos. Un
millón de ranchos en 10 años. Aterrador. Las viviendas de los ranchos no son un
problema grave porque se van mejorando progresivamente. Siempre existe la falla
de que no pueden resistir un terremoto algo fuerte, lo cual sí es una amenaza
terrible. Pero su gran carencia presente y sin remedio a la vista es la falta
de equipamientos (vías de acceso, escuelas, centros deportivos y comunales,
centros asistenciales, etc.). El deterioro de la calidad de vida es galopante.
5 ¿Qué nos deparará el futuro?
Una apreciación muy personal indica que la tendencia que llevamos no es nada
favorable. Algunos indicios. Según el Censo de Estructuras preparatorio para el
Censo del 2011 en las áreas urbanas de Venezuela el 57 % son barrios. En
estados como Barinas y Cojedes llega al 69 %, en Lara al 67 %, en Portuguesa al
66 %, en Táchira, Vargas y Yaracuy al 65 % y en el Zulia al 73 % (!!!). Según la Biblia de Asdrúbal Baptista
(Bases Cuantitativas de la Economía
Venezolana , Caracas, 2006) la inversión bruta real en
estructuras residenciales (a precios constantes 1984) en el año l941 era de Bs.
850 por habitante, la cifra va subiendo hasta llegar a Bs.2.950 en 1981, pero
tiene una caída brutal en 1990 llegando a Bs. 400. Tiene un repunte en el 2001
subiendo a Bs. 620 pero esta cifra está todavía por debajo de la inversión en
1941.
6 En Venezuela el aporte de la
construcción al Producto Interno Bruto es bajo, apenas el 6,6 % en el primer
semestre de 2010. En comparación con los porcentajes del 6 % en Colombia, 6,6 %
en México, 8 % en Chile hay una situación parecida, pero todos los
latinoamericanos como que sufrimos de los mismos males. En cambio en España,
antes de la crisis, el aporte de la construcción al PIB era del 14 %.
7 ¿Qué hacer? Si las políticas
actuales de desarrollo urbano, vivienda y hábitat no cambian la ranchificación
de nuestras metrópolis, ciudades grandes y medianas transformará nuestra vida
cotidiana en la más gran sucursal del infierno. Se necesitan nuevas políticas,
audaces y revolucionarias. En 20 años necesitaremos unas 70.000 hectáreas
urbanizadas, con todas sus instalaciones y servicios. Sólo el Estado puede
acometer una empresa tan enorme.
8 Las tierras apropiadas serían
urbanizadas y subdivididas en grandes macro parcelas. El desarrollo interno de
cada macro parcela podría ser ejecutado por cualquier tipo y clase de
organización; comunas, sindicatos, cajas de ahorro, fondos de jubilación, entes
de distinto nivel (municipal, estadal y nacional), promotores privados,
consorcios internacionales (chinos, iraneses,…). Existen muy distintas y
aplicables formas de propiedad aplicadas en la Venezuela actual (social,
comunal, privada, mixta, etc.). Todo bajo una eficiente y efectiva gerencia
pública que ejecute y coordine el aporte de esa gran cantidad de
organizaciones. Difícil pero perfectamente factible.
SABANA
GRANNNNNNNNNDE
Cortesía Arq. |
Dos sugerencias
Construir una
urbanización piloto
en la cual se usen técnicas y sistemas constructivos populares, modelos y
agrupaciones de casas y edificios, ajustados a consejos comunales y comunas,
tipos de créditos, formas de organización y adjudicación comunitaria, etc.
Sería la gran feria-exposición y extraordinario laboratorio para identificar
senderos de una estrategia para la producción comunitaria de vivienda.
Formular planes
trianuales de construcción
por municipio (y evaluarlos antes de elaborar el siguiente). Estimando número
de parcelas, viviendas, escuelas, centros de salud, mercales, vías, puentes,
redes de agua, cloacas, drenajes, etc. Estimando necesidades de cemento,
cabillas, bloques, ventanas, puertas, WC, tuberías. ¿Estimularía a comunidades,
productores y constructores populares? ¿Impulsaría la industrialización de la
construcción? ¿Aumentaría la oferta de viviendas? ¿Reduciría las invasiones?
¿Atornillaría la esperanza de los sin vivienda?
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