UNO POR UNO Ó UNO
POR TRES
Los planes de
vivienda que se están impulsando, tanto los de corto alcance (2011-2012) como
los de mediano plazo (2013-2018), están poniendo a prueba, no sólo la capacidad
productiva del país, sino a los conceptos y criterios básicos de diseño del
urbanismo y de las viviendas. Es una tremenda oportunidad para renovar,
actualizar, cambiar, desmontar incluso, los mitos que han prevalecido en los
estándares para la vivienda popular.
Antes de
continuar, la vivienda popular no es la de los pobres como se concibió y aún
algunos la conciben. Es decir una pobre y raquítica casita o un apartamento
tipo “lata de sardina”. No. No es eso. Es la vivienda que debe producirse masivamente
con la máxima eficiencia y calidad posible para toda la población. En
urbanismos racionales, servidos, equipados, comunicados y propiciadores de los
vínculos solidarios entre los vecindarios y comunidades. Bien, aclarado el
punto continuemos.
Decíamos que es
el momento para transformar profundamente, criterios y estándares de diseño.
Por ejemplo, hay uno que tiene connotaciones ideológicas imperceptibles en
muchos políticos y profesionales del diseño. Nos
referimos a los puestos de estacionamientos para vehículos. Si, decidir sobre la
previsión de un puesto de vehículo para cada vivienda (o familia) o
disminuir esa relación a un puesto por cada tres o más viviendas, es una muy
seria discusión que hay que dar.
Pero no sólo eso.
Hay que entender que en cualquier caso, tanto sea para uno como para tres, se
está privilegiando una forma de movilización que justamente caracteriza y
condiciona a las ciudades, y en gran parte incide en sus niveles de calidad o
mejor dicho de pésima calidad.
Entramos en el
debate sobre el modo de transporte urbano de una sociedad como la venezolana.
Privilegiamos el carro particular con un promedio bajísimo de ocupación o de
una vez por todas, la movilización la entendemos como un servicio público y
colectivo con mayor beneficio para los ciudadanos, para la ciudad y para el
ambiente.
Es una decisión
política que muchos expertos urbanos y de la arquitectura soslayan, pero que es
crucial para definir el rumbo que estamos definiendo en este proceso.
Así como este
aspecto hay muchos otros. El diseño de las urbanizaciones es uno extremadamente
trascendental. La forma de agrupación de las viviendas condiciona los costos de
la inversión al racionalizar o encarecer el trazado de las redes de servicios.
Propicia o desfavorece las relaciones vecinales y comunitarias. Define o
confunde los usos, propiedades y mantenimiento de espacios y edificaciones.
Las agrupaciones
de viviendas que se observan en los proyectos terminados, en proceso de
construcción y planificados, son, en su alarmante mayoría del tipo “orden
cerrado”, el cual es uno de los más ineficientes y al cual nos hemos referido
en esta página desde hace seis años. La experiencia de El Silencio en Caracas y
otros pocos casos en otras ciudades, son excepciones honrosas que
lamentablemente una maldición desconocida impide por lo menos imitarlas.
Es necesario, si
no para los proyectos de los próximos dos años que contemplan 350.000
viviendas, y que obedecen a una emergencia nacional, al menos para las
viviendas a construirse entre 2013 y 2018 en adelante, definir unos parámetros
de diseño que rompan los mitos conservadores que nos agobian y propiciemos un
rico proceso de diseño rescatando y creando nuevos enfoques que orienten a las
nuevas urbanizaciones y ciudades que el socialismo forjará en los próximos
años.
CLARIDAD
Sin ser
originales, conviene reiterar lo que observamos con frecuencia. Es muy común,
casi a diario, escuchar tanto de tirios como de troyanos, sobre medidas tomadas
o que amenazan tomarse en vivienda. La última es que el gobernador de Vargas,
le tiene la vista puesta a uno de los edificios del club Puerto Azul en
Naiguatá para expropiarlo y reubicar a refugiados de ese estado. Otra es que la
nueva ley de propiedad familiar y multifamiliar pone en peligro y entorpece el
buen funcionamiento de las asociaciones y conjuntos habitacionales. Que van a
expropiar y saturar de edificios a los campos de golf de Caracas. Que en La
Carlota ya empezaron a construir las viviendas y no será un parque. Y así
muchas “bolas” corren y corren. Es recomendable que se establezca un mecanismo,
una forma de comunicación e información por parte de los entes públicos que
permita dos objetivos. Uno, difundir masivamente y oportunamente con absoluta
precisión, sencillez y claridad las acciones que el gobierno toma. Dos, poner
al alcance de todos, la información detallada de lo realizado, en ejecución y
lo planificado. Es bueno minimizar las interpretaciones y es muy útil informar.
INTERESANTE
DEBATE
Sería confrontar
con altura y políticamente las posiciones sobre la “Caracas que no aguanta más”
y la que afirma que en ella “cabe otra Caracas”. La discusión, si se da en el
contexto nacional, sería una oportunidad para afinar y poner a prueba las
visiones ideológicas sobre el desarrollo del territorio y de las ciudades.
Alimentaría a los planes de desarrollo como los que se están ejecutando en algunas
regiones tierra adentro como la Faja Petrolífera del Orinoco. Vincularía la
propuesta del Eje Orinoco Apure con los de la Faja. Precisaría los alcances de
la descentralización y desconcentración urbana de las principales ciudades
ubicadas en el eje norte costero del país. Aflorarían enfoques sobre las
fronteras y muchos otros aspectos estratégicos. Sería estimular y entusiasmar
la participación creadora de personas y centros de estudios e investigación,
para incorporar a la gestión pública, novedosos enfoques y propuestas concretas
para el desarrollo del territorio y de las ciudades, bajo una concepción
experimental y ajustada a la visión socialista que está en pleno proceso de
construcción. Además, tendría un importantísimo “efecto colateral”, daría
sustento para la validación y optimización de los grandes planes en ejecución,
particularmente los de vialidad, transporte ferroviario y marítimo, los
industriales de variadas escalas y rubros, y los relacionados con la soberanía
alimentaria, entre otros.
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