AyB 253 - 23 Diciembre 2010
COMENTARIOS POST LLUVIAS
Subir la cota. Hay que cuidarse de las decisiones
producto de la emergencia y de la ansiedad por metas inmediatistas. Subir la
cota del Waraira Repano (ó ¿Guariarepano?) es posible pero el asunto es para
que usos. Si es para viviendas normales, sería un absurdo total. Si es para
usos que minimicen su vulnerabilidad, lo protejan contra invasiones e
incendios, lo acerquen a la ciudad para el disfrute y recreación colectivos,
sería conveniente. Para estos casos hay una variada gama de instalaciones
culturales, recreativas, turísticas, diferentes modalidades de acceso,
alojamiento temporal, campamentos, embalses, y muchos más.
Palos y peloticas. Caracas necesita equipamientos
urbanos, como áreas recreativas, culturales y parques, que son necesarísimos. Los
campos de golf son una reserva extraordinaria que jamás la debemos “consumir”
llenándola de edificios como una urbanización cualquiera. Preferible sería
expropiar las casas de lujo de los alrededores y mediante un inteligente reciclaje
urbano se podrían transformar esas pocas y amplias casonas en muchas viviendas
de menor tamaño aumentando la densidad de población con el mínimo costo de
nuevos servicios. Existen ejemplos en el mundo, donde además de lograr
integración social, han optimizado el uso de la tierra y aumentado la oferta de
residencial. Y todo ello sin tumbar lo existente y construir grandes edificios.
Terrenos vacíos. La ocupación de terrenos y de
instalaciones subutilizadas, para viviendas, debe decidirse con tino. Algunos
son hasta convenientes, y otros deben ser sólo para equipamientos urbanos. Un
criterio generalizable, podría ser que en los primeros siempre deben combinarse
viviendas con instalaciones de ámbito vecinal: parques, simoncito, locales comunitarios
para cultura, recreación, producción artesanal familiar, comercialización,
entre otros. Hay que acercar a las viviendas aquellos equipamientos que
minimicen viajes innecesarios, y aquellas necesidades diarias o frecuentes.
Los refugios tienen cuatro
aspectos claves: promiscuidad y hacinamiento, manejo del refugio,
ocupación-trabajo y sanitarios. El primero se logra con “cuartos” familiares,
debidamente aislados entre cada familia. Incluso con subdivisiones internas
para separar padres e hijos. El segundo es clave para fijar normas de
convivencia. El tercero, para aprovechar las capacidades y destrezas de los
adultos y jóvenes, para beneficio familiar y colectivo, y fundamentales para
tener refugios productivos. El cuarto, es obvio. Baños suficientes, limpios y cómodos.
Hay otros aspectos pero esto son prioritarios.
El comunismo se contagia. En Colombia, “El
presidente Juan Manuel Santos … declaró de urgencia, utilidad pública e interés
social, la expropiación de predios privados, …, para ser destinados a la atención
de las víctimas de las lluvias, … la medida, … al amparo del Estado de
Emergencia Económica, Social y Ecológica, permitirá que aquellos predios que se
necesiten para la reconstrucción …, estén disponibles para poner en marcha los
planes proyectados por el Gobierno. … se ejecutarán no solo iniciativas de
construcción y reconstrucción de vivienda, sino también planes de reubicación
de asentamientos urbanos en las áreas afectadas por la ola invernal, de
desastre o de riesgo” (Aporrea-El Tiempo 15-12-10).
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Terremoto
en Haití 2010. Cortesía FUNVISIS.
VULNERABILIDAD
Existe
una disciplina conocida como Estrategia para la Reducción de Desastres
que define la vulnerabilidad de una manera muy completa y un poco enredada. Es
el conjunto de “condiciones determinadas por factores o procesos físicos,
sociales, económicos y ambientales que aumentan la susceptibilidad de una
comunidad al impacto de amenazas”. ¿Cuáles son las amenazas relacionadas con
factores o procesos físicos y ambientales que se ciernen sobre una ciudad como
Caracas? Algunas son mortales, otras graves, otras no tanto. Pero ninguna está
en la lista de problemas que aquejan a los caraqueños. En las encuestas se
encontrarán la inseguridad, el desempleo, el alto costo de la vida, el tráfico,
la basura y otras pero nunca se encontrarán la amenaza de terremoto,
deslizamientos, inundación, incendio. Una familia que vive en el quinto piso de
un edificio con fundaciones y estructuras improvisadas y sin cálculo
antisísmico está frente a una amenaza mortal porque es probable que con un
sismo se derrumbe y haya fallecidos, pero nunca declarará que éste es un
problema muy importante ¿Por qué?
Caracas
está en una zona sísmica sujeta a un terremoto. Hay una amenaza permanente.
Pero gran parte de la población, especialmente los más pobres, no lo sienten
como un peligro inminente, y por lo tanto ese riesgo no entra en sus cálculos,
ocupados con problemas más inmediatos de supervivencia cotidiana. Lo mismo pasa
con los deslizamientos de tierra y las inundaciones. Como estas preocupaciones
no se sienten mucho menos se manifiestan, y no forman parte de la opinión
pública. Por eso no son un factor electoral y en consecuencia políticos y
gobernantes no le han prestado atención y no forman parte de sus programas.
En el
pasado fue así. Pero los fenómenos naturales se presentaban una y otra vez. Los
resultados catastróficos se hacían presentes y sin respuesta adecuada. Poco a
poco apareció Defensa Civil (DC), pensada para dar respuesta de emergencia a
los graves problemas sociales que generaban los desastres. Como un gran avance
en DC se comenzó a tomar algunas medidas preventivas en las vacaciones anuales,
cuando el número de viajeros crece masivamente, DC coordina medidas y
operaciones para mitigar los riesgos en autopistas y carreteras. Algunos
investigadores y entidades públicas han tomado conciencia y se han hecho
estudios para identificar las amenazas que acechan áreas y sectores en riesgo y
proponer soluciones. Pero son insignificantes las medidas y las acciones concretas
que se aplican para mitigar esos riesgos. Por ejemplo, en el terremoto de
Cariaco se cayeron varias escuelas; en el país existen edificios similares por
centenares y aunque hay estudios de cómo reforzar las estructuras para evitar
sus colapsos, no hay programa, con recursos y actores responsables, para
proceder a la construcción de los refuerzos propuestos. Otro ejemplo, el
desastre y la tragedia provocados por las recientes lluvias. No existía ningún
plan para enfrentar la posibilidad de que 130.000 personas quedaran
damnificadas simultáneamente y dar una respuesta adecuada a la emergencia. De
allí el enorme y generoso esfuerzo por encontrar soluciones, humanitarios,
solidarios, preocupados.
¿Servirá
esta experiencia para que se hagan políticas, planes, programas, proyectos y
obras para la previsión de lo que se podría hacer ante eventualidades como la
actual? Un terremoto, que deseamos fervientemente que nunca se dé, podría dejar
cientos de miles de personas damnificadas. ¿Tendremos tiempo de ejecutar un
inmenso programa de refuerzo de estructuras para minimizar sus efectos? En las
encuestas nunca aparecerá esta preocupación. Pero nuestros dirigentes no pueden
esperar más. Es una responsabilidad histórica, social, humana, demasiado
grande.
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