AyB 283 - 04 Agosto 2011
AyB 283 - 04 Agosto 2011
LA GRAN MISIÓN VIVIENDA COMO EXCUSA
Hoy nos encontramos en una interesante
encrucijada. Por una parte venimos de un camino tortuoso, complejo, fallido.
Por la otra, se ha iniciado un plan de vuelo, ambicioso, audaz, también complejo,
lleno de expectativas. Se trata de la Gran Misión Vivienda Venezuela. ¿Por qué
una encrucijada? Porque se presentan dos caminos. Uno conduce a la visión
cuantitativa del tema, a cumplir con la meta de dos millones de viviendas en
siete años. El otro es diferente. Además de buscar alcanzar las metas, es la
oportunidad de usar ese colosal programa como una razón para conseguir otros
objetivos de mayor trascendencia y extraordinarios logros, que podrían impactar
decisivamente al país. Veamos algunas posibilidades para demostrar esta
reflexión.
Rehacer el territorio y las ciudades
Identificar, adquirir y desarrollar terrenos,
de diversas superficies y en las regiones prioritarias, abre las compuertas
para aplicar un deseado y necesario reordenamiento y crecimiento equilibrado y
racional de las metrópolis y de las ciudades intermedias y pequeñas. Sería una
excusa para repensar las ciudades e impulsar un desarrollo urbano donde lo
colectivo y público se privilegie sobre los intereses particulares. Donde el
transporte público y de calidad prive sobre el carro privado. Donde los
espacios públicos, diversos, peatonales, abiertos, seguros, socializadores,
accesibles y de calidad, se impongan sobre los guetos comerciales, perdón sobre
los centros comerciales, cerrados, consumistas, reiterativos, monótonos,
frívolos. Es el momento de reemplazar las ordenanzas municipales, insólitos
dinosaurios jurídicos tramposos e ineficientes, por unos planes dinámicos,
consensuados, audaces, estimulantes y promotores, más que punitivos, y
especialmente creativos y dirigidos al beneficio del colectivo y a la
optimización y uso adecuado de la naturaleza. Es tiempo de planificar a las
ciudades y de entenderlas como parte de un sistema territorial y urbano de
grandes potencialidades y de indispensable funcionamiento para que toda la
sociedad realmente alcance su equilibrio y satisfacción de servicios,
equipamientos y amenidades.
Impulsar la industrialización
Producir
y disponer de los insumos necesarios para dos millones de viviendas,
obliga a un profundo y sostenido esfuerzo de desarrollo de las capacidades y
potencialidades de las pequeñas, medianas y grandes industrias nacionales. Una
meta de esa magnitud, más lo necesario para las infraestructuras indispensables
para la vivienda, el transporte, el agua, la energía, la salud, la educación,
el abastecimiento, la recreación, deporte, y pare contar, exige un plan de
desarrollo industrial y sería la oportunidad para reorientar y reconstruir la
dispersa, descoordinada, aleatoria, espasmódica, atrasada e ineficiente
industria de la construcción criolla. Esta estrategia industrial generaría el
desarrollo y avances de otras áreas relacionadas estrechamente. Como son la
investigación y el desarrollo tecnológico. Impulsaría el uso de lo existente y
engavetado en centros de financiamiento y formación tecnológica. Lo
desempolvaría. Pero además, apoyaría la creación de nuevos conocimientos y
tecnologías apropiadas para nuestro país y necesidades.
Capacitación y formación
Un esfuerzo de esta naturaleza sin la gente preparada
puede conducir a logros magros y frustraciones a muy corto plazo. La Gran
Misión Vivienda implica una generación y oportunidades de trabajo, de tal
diversidad de conocimientos y experticias, que son casi incalculables las
necesidades de profesionales y técnicos que se necesitarán en este momento y en
los próximos 10 años. ¿Estamos preparándolos? Este tema lo dejaremos así, en
incertidumbre, para que los responsables de los diferentes grados y niveles de
formación básica, media, técnica, universitaria y especializada, reflexionen
sobre sus actuales resultados y sus planes y expectativas futuras. ¿Dónde están
los arquitectos que diseñen conjuntos de vivienda diferentes a la harta y
lamentablemente conocida “formación cerrada”? ¿Dónde están los ingenieros que
garanticen la capacidad antisísmica de las estructuras? ¿Dónde están los
planificadores de emergencias y sus planes para prevenir y limitar o suprimir
efectos catastróficos en las barriadas y ciudades del país?
Masificación de la organización social
Una Misión con esta amplitud de alcances y
efectos, requiere de una claridad, transparencia, consciencia, cultura,
participación integral y continua, de la enorme mayoría de la población. En
diferentes tipos de organizaciones y de múltiples grados de intervención. Una
sociedad organizada, preparada, es el motor esencial de su supervivencia en
situaciones extremas y de garantía para la superación sostenida de su calidad y
formas de vida. Hay que ampliar y profundizar la capacidad para que la más
amplia mayoría de la población actúe sobre los problemas y aspectos de sus
ámbitos donde reside, estudia y trabaja. Debe estar preparada, organizada y
sobre todo coordinada.
Hay mucho más
Por ejemplo, se presenta la excusa perfecta
para reordenar y rehacer lo existente. Para reforzar estructuralmente todas las
edificaciones que incumplan con los estándares sismorresistentes. De trasladar
a todos los pobladores y sustituir estructuras y equipamientos, que estén en
sectores de riesgo sísmico, derrumbe o inundación. De racionalizar y modular
los componentes constructivos y las edificaciones, herramienta clave para la
optimización y masificación del desarrollo industrial. De crear grandes
empresas públicas para la asistencia técnica y para la habilitación de tierras para
las más importantes y prioritarias urbanizaciones y equipamientos. Y todavía
hay más, pero lo que parece obvio, es que la Gran Misión Vivienda Venezuela,
debe enfocarse mucho más como un medio, un instrumento, una herramienta, un
camino, que como un fin, un objetivo en sí misma. ¿Les parece?
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