1 En tiempos de transformaciones complejas,
las políticas públicas deben tener muy claro el fin que persiguen y aplicar
estrategias progresivas y de transición. Es decir, estrategias de cambio acompañadas
de otras que concedan espacio a lo existente que se busca modificar o eliminar.
2 En el caso de las ciudades, éstas
reflejan la salud o el deterioro de la sociedad. Son como la piel, donde se
manifiestan las consecuencias y efectos de una forma de vivir, de pensar. Lo
físico, el territorio y los asentamientos humanos, expresan con contundencia el
tipo de sociedad que tenemos. Nuestras ciudades muestran la ideología dominante
y la pobreza generada por ella.
3 En estos momentos de euforia y búsqueda
de frescos caminos, la estrategia urbana, para nuevos desarrollos y para
rehabilitar las ciudades existentes, debe estar impregnada y sustentada,
conscientemente, de la visión de la inédita sociedad a construir. Es imposible hacerlo
con los enfoques y visiones de aquella sociedad que fue precisamente la que
creó los problemas y la miseria de las ciudades venezolanas.
4 Para edificar una ciudad
socialista que refleje a la sociedad que la genera, y mientras construimos esa nueva nación, debemos
hacer eficientes y gratas las ciudades actuales. Ciudades de transición que
irán reflejando el cuerpo social que las determina. 5 Por ello, en estos momentos de enormes inversiones y planes para la nueva infraestructura, equipamientos y viviendas, hay que revisar bajo qué criterios y premisas los vamos a desarrollar. Es momento de urgencia y de trascendentales decisiones. De tener claridad y visión futura. De sumar y unir. Es momento de hacerlo bien.
6 La ciudad socialista es demasiada trascendental. Cualquier nueva urbanización o ciudad no es socialista por decreto ni por deseo. Será socialista cuando quien la construya lo sea. Todo acto en el campo físico y territorial tiene que darse al mismo tiempo en lo ideológico y cultural. La expresión urbana es resultado del cambio ideológico y cultural en su más amplio sentido.
Delito cultural en Sabana Grande. Una crítica expresa que en ese bulevar
se borró la imagen patrimonial urbana al eliminar los avisos patrimoniales y
originar que un negocio tenga que invertir en unos paraguas para atender a su
clientela. Habría que preguntarle a esa persona, si es posible llamar delito
cultural a la racionalización de la publicidad anárquica y desproporcionada,
así como que los avisos de la Farmacia Asunción y la Librería Suma se rescaten
y valoricen. O que se eliminen los avisotes que cubren las fachadas enteras y
las arquitecturas de arquitectos, quizás respetados por esa crítica. Si es un
delito que los negocios paguen sus costos de trabajo y se les norme el uso
insólito que algunos hacían de las pérgolas públicas pero privatizadas. Habría
que preguntarse si es necesario responder a tanta “absurdez”.
La Gran Misión Vivienda Venezuela desarmó a la oposición. Ni mencionan el
trillado tema de la propiedad privada de las viviendas. Se han reducido a
vigilantes de obras para acusar al gobierno de si pusieron o no un bloque, para
luego descargar sus insólitos argumentos y pronosticar el incumplimiento de las
metas. No han entendido que el fin es la convicción de un pueblo de que este es
el camino de superación y no de prolongación de su agonía. No han entendido que
sus enfoques crearon la actual tragedia urbana y de la vivienda, y que es
imposible resolverla con métodos y visiones que la originaron.
Contenedores de basura. Estos artefactos en barrios y urbanizaciones,
sólo se explican para alcahuetear y darle aliento a la incapacidad de atender
con eficiencia y resolver, el almacenaje y recolección de los desechos sólidos.
Ahora los contenedores están llenos y desbordados con más basura. ¿Nadie se ha
dado cuenta de que las empresas de basuras cada día son peores? Es hora de ver
este tema como estructural y con otra visión.
Pocetas ahorradoras de agua. En los años 60, el gobierno acordó con
la empresa Sanitarios Maracay comprarle la producción de WC de bajo consumo. Fue
una decisión acertada: vinculó a la industria con la política de vivienda,
estimuló la capacidad productiva criolla con sus efectos empleadores y
desarrollo tecnológico. Contribuyó con la cultura del ahorro de agua. El pasado,
a no repetir, tiene detalles a sopesar.
Motos y moto “taisis”. Este tema hay que afrontarlo con creatividad e
inteligencia. Responde a una necesidad: la carencia de un buen sistema de
transporte. Pero es un ejemplo de anarquía e incultura urbana. La ciudad en
transición hacia el socialismo tiene que resolver con urgencia el pésimo
transporte superficial privado y la carencia de una administración del tráfico,
lo cual contribuiría con la formación de ciudadanos y erradicaría el “sálvese
quien pueda” de las calles de la ciudad.
Diferentes escenarios. La actual situación sobre la salud presidencial
nos recuerda conocimientos adquiridos y experiencias personales. En el proceso
de diseño, la formulación de escenarios posibles es una herramienta
indispensable. Ante la adversidad en la salud, la comprensión de las diferentes
vías que se nos presentan, su aceptación y preparación para abordarlas, es esencial
para sobrevivir y con calidad. Esa es una de las cosas más simples y complejas
de la vida: hacer lo que uno tiene que hacer.
Celdas individuales. Es incomprensible que autores de delitos
“extremos” estén conviviendo con privados de libertad por causas leves. ¿Será posible
construir nuevas cárceles o anexos a las existentes, donde los peligrosos o
“incurables” estén bajo un tratamiento especial en celdas propias?
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