jueves, 4 de abril de 2013

AyB 198 - 22 Octubre 2009

AyB 198 - 22 Octubre 2009

Ultimas Noticias | Jueves 22 de Octubre de 2009


Alejandro López Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com

Y llegó el futuro

Sabana Grande 1975 (Gran Café)
 
Sabana Grande 2008

Sabana Grande 2010

Anteayer levantaron el primer adoquín. Co menzó el rescate de uno de los espacios emblemáticos de Caracas.

Continúa, sin aspaviento ni improvisación, la devolución a los caraqueños de la alternativa abierta, libre, amplia, variada, ante los cerrados, dirigidos, entubados y perversos centros (moles) comerciales, que nos han despojado de la sobriedad, oportunidades, y hasta del clima, de esta urbe tropical.

Eso es Sabana Grande, bulevar a cielo abierto forjado por la sabia dotación de un sistema de transporte subterráneo al tejido urbano. Ejemplo de que, cuando se decide bien, se logran los resultados esperados.

Eso fue la construcción del Metro que propició la creación de uno de los espacios públicos más importantes de la ciudad.

Doble boche. Por un lado, la satisfacción de una necesidad; por el otro, un paseo peatonal a cielo abierto con sus cualidades y potencialidades, aún desaprovechadas.

Sabana Grande volverá a ser bulevar, pero mejor. El peatón será prioridad. Se limita el vehículo por varias de sus calles transversales y totalmente por el bulevar. El pavimento será a un nivel continuo. El vehículo, en las pocas calles que lo atraviesan, tendrá que respetar al peatón y no como hoy, que el caminante debe cuidarse de la máquina. De la quebrada Chacaíto al Este hasta la avenida Las Acacias al Oeste, y desde la avenida Casanova al Sur hasta la Solano al Norte, Sabana Grande será territorio para la gente de a pie, los 4 y 2 ruedas necesitarán pasaporte y visa. Pero eso es sólo un tramo. El proyecto se extenderá hasta Petare en el Este y por lo menos hasta Catia por el Oeste, recorriendo Plaza Venezuela, Los Caobos, bulevar de Santa Rosa, Parque Vargas, El Silencio, El Calvario...

En tres años se vació de tarantines. Se actualizó su historia y su realidad física, social y económica como guía y determinante para rehabilitarlo. Se organizó un concurso y resultaron diversas visiones y propuestas para recuperarlo. Se alumbró con alta tecnología y eficiencia. Se mejoró la seguridad. Se elaboraron siete proyectos sobre desechos, usos de la tierra, movilidad peatonal y vehicular, mobiliario, pavimentos, protección climática y paisajismo, fachadas, mensajes visuales y publicidad, y un diagnóstico del sector Hoyo de Las Delicias, en el extremo este del bulevar. Se iniciaron las gestiones para diseñar el paso peatonal hacia Plaza Venezuela y el parque Los Caobos, así como la continuación hacia Chacao.

Sabana Grande es un gran desafío, y provocación. Constatará la visión y las prioridades humanas, físicas y económicas del desarrollo urbano. Evidenciará el tipo de ciudad que deseamos en este excepcional momento histórico. También evidenciará nuestra capacidad, la de actores políticos e institucionales, la de profesionales y técnicos, y de las organizaciones comunales y sociales, especialmente en la destreza para coordinar y consensuar enfoques, participantes y asuntos diversos. En conformar un solo país y un solo gobierno. En ser eficientes y honestos incluso. Por eso la intervención en Sabana Grande es de alto impacto político, y muy compleja. Es una formidable oportunidad que ya arrancó. Anteayer retiraron los primeros adoquines y pronto el futuro será presente al colocar el último de ellos. Sabana Grande encarnará la necesaria esperanza de la recuperación de la ciudad. ¡Éxito!


Necesidad de acciones urbanas ejemplares


Dediquemos unos minutos a comparar la cantidad de asesinatos que ocurren anualmente en las principales ciudades del mundo "desarrollado", con las estadísticas caraqueñas. Por ejemplo:
¡Ojo! ¡Estamos hablando de cantidades anuales! Y de ciudades como Tokio, de casi 13 millones de habitantes, o París, de 11. En promedio, menos de un muerto cada 100 mil habitantes. Si la Gran Caracas tiene 7 millones de habitantes, deberíamos estar más o menos en una cifra de 70 homicidios anuales. Si nos atenemos, como debe ser, a las estadísticas oficiales, esa cifra lamentablemente la alcanzamos ¡cada 15 días! A pesar de lo increíble y horrenda que es esta sangría humana, la hemos tenido con nosotros desde hace años y nos hemos casi acostumbrado a ella como si fuera consecuencia inevitable de nuestra esencia subdesarrollada.

Se trata de una verdadera tragedia, enmarcada dentro de una criminalidad difusa cuyas razones y causas son extremadamente complejas y sin soluciones a corto plazo, pero sí graves implicaciones políticas, pues el pueblo le achaca al Gobierno no haber logrado atacar adecuadamente ese flagelo social. Agreguémosle ahora la carga de nuestra tremenda ineficiencia burocrática y gerencial. Sumémosle el peso gigantesco de la corrupción. Entre inseguridad, ineficiencia y corrupción, la revolución bolivariana debe encarar un monstruo de dimensiones descomunales que le come las entrañas y que está produciendo un marcado y creciente efecto de desesperanza y decepción en la población. A pesar de todos los logros indiscutibles y de los cambios radicales en muchos aspectos fundamentales, la sensación generalizada es que el proceso se está deteniendo en su avance, aplastado como está por el peso de la realidad.

Es una situación de tipo estratégico general, pero queremos hacer especial énfasis en las condiciones urbanas, en cuyo entorno los tres grandes problemas mencionados hallan su ubicación preferencial.

Frente a ellos y a la desesperanza popular, su consecuencia en términos políticos, el Estado y su gobierno deben demostrar con acciones ejemplares que un nuevo mundo, fundado en la solidaridad y en la eficiencia democrática, es realmente posible. ¿Cómo? Pues realizando, con la mayor rapidez y a pesar de todas las resistencias, conjuntos residenciales populares de la más alta calidad, en el diseño, en su concepción urbanística, en su organización democrática, como demostración práctica y concreta de lo que entendemos que debe ser una ciudad para un socialismo de nuevo tipo. Venciendo con ejemplos reales, aunque sean aislados por el momento, a la ineficiencia y a la corrupción, y frenando y desviando la ola de la criminalidad en lo que pueda permitirlo una arquitectura inteligente, como lo han demostrado experiencias urbanas internacionales, el proceso revolucionario podrá reafirmar su voluntad de utopía, su decisión de cambio, su capacidad de realización.

Para hacer frente a la decepción popular, funesta para la revolución, inmediatas acciones ejemplares.


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