Cartillas
Desde hace poco están en
venta dos publicaciones Autoconstrucción Sismorresistente
de Marianela Lafuente y Carlos Genatios, y Deslizamientos en zonas de
barrios: Identificación y prevención de riesgos geotécnicos,
de Daniel Salcedo y Josefina Ortas. Son producidos por Citeci, siglas que
resumen el kilométrico nombre del Centro para la Innovación, el Desarrollo
Tecnológico y del Conocimiento en Ingeniería.
Citeci anuncia varias
series, una de ellas se llama Conocimiento y Aplicación y se propone editar
"cartillas de divulgación destinadas a la difusión del conocimiento para su
popularización y aplicación masiva, primordialmente concebidas para que una gran
parte de la población pueda tener acceso al conocimiento y utilizarlo de manera
práctica en la solución de algunos problemas específicos".
Encomiables
objetivos. Estas cartillas enfocan dos problemas cruciales en los barrios: la
construcción sobre terrenos inestables y sus riesgos consecuentes, y la
construcción que no toma en cuenta los posibles efectos de un terremoto. Estos
problemas se originan porque la escasísima producción de viviendas y
urbanizaciones por parte del Estado obliga a la gente a construir de cualquier
manera su propia vivienda, sin ninguna asistencia técnica, lo que causa la
aparición inmediata de nuevos miles de damnificados en cada período de lluvias y
los posibles millones de damnificados con un sismo de cierta intensidad.
Bienvenida pues la iniciativa de CITECI que intenta precisamente,
proporcionar asistencia técnica a los espontáneos constructores de viviendas en
los barrios. Lástima el alto precio (BsF 48 c/u) y el tratamiento formal de los
folletos. Especialmente el de Autoconstrucción Sismorresistente
difícilmente puede funcionar como cartilla.
El texto, larguísimo y
demasiado denso, ocupa más de la mitad del espacio; la letra pequeña y la tinta
clara dificultan la lectura. Los dibujos son poco didácticos y las páginas
contiguas no pueden leerse directamente, sino que hay que rotar el libro.
Deslizamientos en zonas de barrios corrige muchos de estos
defectos, a veces en exceso, ya que, por ejemplo, hay ilustraciones que
requerirían un mayor comentario. El alto nivel académico y profesional de los
autores garantiza la calidad y seriedad de los textos. Sería estupendo que, con
algunos ajustes, en las fabulosas imprentas de Farruco pudieran sacarse y
distribuirse centenares de miles de ejemplares de estos textos.
Visiones de las invasiones
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Sector Las Torres, La Vega, Caracas |
Las opiniones, consejas,
delirios, buenas intenciones, y hasta diseños urbanos para los barrios se
amontonan a granel. Simultáneamente, se hace más vieja la parálisis
gubernamental en este sector. El Universal publicó el 25.9.09, debajo de una
impresionante foto de los rascacielos de lo que parece ser el barrio Petare
Norte, una serie de entrevistas cortas sobre el tema, que son indicios de lo que
piensa la gente. Hay algunas opiniones sensacionales. El alcalde de Baruta,
Gerardo Blyde habla de un proyecto integral en el cual "A través de un concurso,
artistas plásticos determinarán los colores de las viviendas. Todo esto redunda
en el mejoramiento de la autoestima y de la calidad de la vida". Blyde pretende
negarle a los marginales esa mínima práctica de creación personal que está en la
escogencia del color con el cual van a pintar su propia casa. Paternalismo
irremediable. Federico Villanueva dice que con 3 mil millones de dólares se
podrían rehabilitar todos los barrios de Caracas. Villanueva sabe muy bien que
el problema no es de tener una caja chica inmensa, no es de dinero. Es mucho más
grave y de distinta índole. Por ejemplo, en los barrios no se puede hacer nada
sin liberar áreas para servicios y eso implica reubicar familias. La resistencia
a ser reubicados es casi invencible, ya que no se les ofrece otra vivienda en
condiciones físicas y sociales similares sino un cheque, con el cual no lograrán
nunca en el mercado existente una vivienda de ese tipo. Esa resistencia a salir
de sus viviendas ha paralizado los pocos proyectos de habilitación de barrios
que han tratado de ejecutarse. Las autoridades no terminan de entender este
problema. En otra parte, se menciona la mítica cifra de 300 proyectos de
arquitectos y urbanistas para habilitación de barrios engavetados por la
administración actual. ¿300? ¿Incluyen programas de participación social activa
o son tipo concurso del CONAVI? Aún en caso de ser cierta esta cifra, resulta
irrelevante ante la existencia de varios miles de barrios en el país. Adriana D’
Elia, Secretaria de Gobierno de Miranda, plantea que cualquier proyecto de
habilitación de barrios debe ser aprobado por la Cámara Municipal. Es obvio que
los barrios se forman con mucha más rapidez que la que tiene la ultraburocrática
aprobación de un proyecto por la Cámara Municipal. Hay que buscar procedimientos
más dinámicos. Con el propuesto, la proliferación de barrios por atender seguirá
creciendo en proporciones geométricas. Sean bienvenidas las ideas, pero no
todas.
¿Priorizar al transporte público?
El transporte es decisivo para
una sociedad eficiente. En Venezuela ha sido manejado por privados. Los sistemas
masivos como el ferrocarril y los buses, son rechazados por ciertos intereses
económicos, por ejemplo, la industria automotriz y la del cemento. Quizás allí
está una de las causas que influyen para que se priorice la infraestructura
vial: autopistas, carreteras y calles, puentes y túneles, antes que el
ferrocarril y el sistema público de autobuses.
El carro particular
"sigue siendo el rey" a pesar de los esfuerzos, muy plausibles, de la red
ferrocarrilera y los Metros.
¿Por qué no se prioriza además a los
sistemas de buses? Es incomprensible que el Gobierno no tenga un tremendo
instituto nacional de transporte que planifique y dicte las políticas nacionales
y dirija la gestión estadal y municipal en ese campo.
También es
incomprensible que los municipios evadan el tema con una multiplicidad de
pequeñas obras urbanas, antes que ordenar y optimizar el transporte público que
está en manos privadas. Es en los municipios donde se puede hacer mucho en estos
momentos. Racionalizar las rutas, las paradas, los horarios, señalizaciones, la
calidad de las unidades, la capacidad y formación de los conductores, etc.
Por supuesto, una política y una estrategia nacional son básicas, pero
es inaudito que los municipios no apliquen, con raras excepciones, una acción
fundamental, como es ordenar el actual caos de busetas y autobuses. El proceso
bolivariano debe mostrar una atención especial al transporte.
Una
bandera de tirios y troyanos es la inseguridad. Ese tema tiene muchas aristas,
entre ellas la calidad urbana. A través de ciudades eficientes se minimiza la
inseguridad. Por ejemplo, un eficiente sistema de transporte ubica a la gente
cerca de sus orígenes y destinos y si los equipamientos urbanos están cerca de
donde vive la gente, ello evita viajes y riesgos. Como ven, la ciudad es algo
muy serio e importante.
La planificación urbana es política de Estado.
¿Quién o quiénes se ocupan hoy de eso? La revolución también se mide por la
visión de la ciudad y del transporte. ¿Son una estrategia del desarrollo
bolivariano?
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