OLLA INMOBILIARIA
Se destapó lo que muchos sabían, otros sufrían, pero debido a la ilusión y la necesidad, muchísimos callaban. Fue justicia intervenir viviendas en construcción, con atrasos o paralizadas, desde hace años. ¿Por qué? Porque en esas urbanizaciones la ineficiencia y la irresponsabilidad eran transferidas a permisadores, escasez de materiales, financistas y registros, con el fin de tejer la red de estafa continuada a quienes por ingenuidad, ilusión y necesidad, aguantaban abusos y despojos por intentar alcanzar una de las metas de los venezolanos: vivienda propia a “cualquier precio”.
Posiblemente pagaron
justos por pecadores. El hecho de que la
intervención se basó en denuncias de los estafados, quienes se organizaron durante
meses y lograron la acción del gobierno, supone que al menos pocos justos
fueron perjudicados. La medida favorece a familias que ahora tendrán vivienda
en un plazo razonable y programado.
Sorprende la negativa
automática ante esta medida de gremios profesionales e inmobiliarios,
y hasta de algunos de los birlados. Ello compromete a la ética profesional y muestra
la confusión e incomprensión de la realidad por parte de los afectados.
Además de apoyar toda
gestión pública que atienda las carencias de la gente, en este caso,
de clase media, también se deben señalar algunas fallas de la acción realizada.
La forma de hacer las cosas tiene relevancia. Si es inadecuado o inoportuno,
formalmente, peligra la credibilidad y el éxito de lo hecho y de sus
fundamentos y justicia.
También es importante
mirar la viga en el ojo propio. Las urbanizaciones públicas en
construcción, aunque no hay fraude económico para los beneficiarios, hay
retardos e ineficiencia inaceptables, y aumentos de costos de construcción sin
la debida transparencia. Por lo que podría haber estafa al ente contratante y
al país, así como perjuicios a las familias.
Por último, la
observación por TV de algunos de los edificios intervenidos, aunada
a testimonios sin constatar pero de fuentes respetables, de la laxitud
profesional en el diseño, cálculo y construcción antisísmica, sugiere revisar
la vulnerabilidad de esas viviendas. Sería muy lamentable y un error garrafal,
terminarlas si algunas de ellas no tuvieran la seguridad sísmica requerida.
¡A DEBATIR!
La reciente decisión del gobierno al declarar la prioridad en vivienda, abre otra oportunidad para cambiar los enfoques y las políticas públicas en este sector, el cual tiene un alto impacto y está estrechamente relacionado con otros sectores. Hoy, una vez más, es impostergable y necesarísimo, afrontar un profundo, sincero, descarnado y respetuoso debate sobre el tema.
Para contribuir y motivar a los lectores, entablamos un
modesto diálogo con nuestros amigos Juan Carlos Parisca y Edgar Rodríguez, co-impulsores
de la Comuna Argimiro Gabaldón en Sanare (Lara), reseñada la semana pasada.
Escribe Parisca en relación a nuestra página del 28-10-10:
“El que habla de “erradicar el mito de la vivienda completa de 75 m2”
demuestra que no tiene ningún planteamiento que hacer para resolver el problema
en los términos en que se maneja Venezuela en la actualidad. Ese enfoque es el
mismo de la cuarta república. No tiene nada que ver con la realidad actual. (…………..).
La vivienda que construye la Comuna Argimiro Gabaldón es de muy buena calidad,
es superior en todo, la construye el pueblo y cuesta la mitad de lo que cuestan
las soluciones convencionales. Estoy seguro de que compite en costo con reparar
un rancho”.
1.
La construcción de viviendas “completas” de 75
m2 con dos cuartos y dos baños, es ineficaz porque resultan menos soluciones
ante la magnitud de los requerimientos. En cambio si se construyeran parcelas
urbanizadas y viviendas progresivas, rinden más los recursos, se atienden más
familias y es mayor el impacto de la gestión. Esta estrategia debería priorizarse
por algunos años mientras disminuyen las necesidades. Pero esto es tan radical,
que cuesta entenderlo y mucho más aceptarlo. Recuerden aquello de que es más fácil
dividir el átomo que cambiar un prejuicio.
2.
Además la vivienda “completa” contraviene a la
dinámica y evolutiva realidad y en particular de las familias, que crecen y
decrecen, porque dificulta y encarece las necesarias transformaciones que todo
espacio físico debe tener para adaptarse a los cambios (que es lo único
permanente).
3.
Por cierto, se deberían aportar argumentos para sustentar opiniones
y divergencias. Es incierto que no se tiene ningún planteamiento para resolver
el problema, cuando justamente lo que sostenemos es una propuesta con sólido
soporte teórico y práctico ampliamente reseñado en Aceras y Brocales.
4.
Nuestro planteamiento será de la Cuarta República porque
nos tocó gran parte de la vida en ella. Pero durante el lapso 1980-1999, ese
enfoque fue sin contemplación alguna y sostenidamente, rechazado por la Cuarta
República y así ha sido hasta ahora. Cortésmente, el guión “cuarto republicano”,
muy utilizado en estos tiempos, sirve para obviar el tema y eludir lo
importante.
5.
La vivienda de la Comuna A Gabaldón tiene
sus cualidades, es buena y la hace la comunidad con tecnologías accesibles.
Pero también sus limitaciones. Por ejemplo, un solo piso, apta para familias promedio,
sin previsión para crecer. Resuelve en zonas rurales, pero a las enormes
mayorías urbanas es absurdo atenderlas con viviendas completas, de ladrillo y
teja, en terrenos generosos y horizontales. Ambas realidades son muy distintas.
Por eso las respuestas deben ser igualmente diversas.
6.
Un alto porcentaje de la población, cerca
de 50 %, vive en barrios. Allí hay que crear soluciones muy radicales y audaces,
y posiblemente a la mayoría, habilitarlos con accesos, transporte, servicios y
equipamientos. Manteniendo a casi todos sus habitantes en ellos. Los costos
aquí no pueden cotejarse con la vivienda nueva y rural. Son circunstancias muy
disímiles e incomparables. Hacerlo, confunde realidades y nada aporta al
debate.
7.
En cuanto al bajo costo de la casa de Sanare, ni lo
dudamos. Hay agudas y extendidas distorsiones éticas, burocráticas y “demás
hierbas”, que encarecen la vivienda. La olla inmobiliaria lo prueba. ¡A debatir!
INNOVAMOS O
EL FRACASO SERÁ PERFECTO
Así titulamos esta página hace poco y un
evento deportivo, la Copa Semana del Estudiante, en el X aniversario de la
declaratoria de la UCV como Patrimonio Mundial, lo tomó como emblema en sus
uniformes. Desde el 5 al 26 de noviembre, 20 equipos lucirán ese eslogan y mostrarán
sus habilidades en la cancha de Comunicación Social y en el Gimnasio Cubierto. ¡A
innovar y ganar!
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