viernes, 12 de abril de 2013

AyB 233 - 05 Agosto 2010

AyB 233 - 05 Agosto 2010

Alejandro López - Alfredo Foffé
acerasybrocales@gmail.com


CIFRAS CIERTAS


El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha avanzado para la fecha buena parte del trabajo previo que hay que hacer para poder realizar el Censo Nacional de Población y Vivienda del 2011.  Una parte considerable de ese trabajo previo es el Censo de Estructuras que se hace en todo el país y que da cifras bastante aceptables sobre el número de viviendas existentes y de sus condiciones de habitabilidad. En la absoluta oscuridad informativa en la que vive el país, estas cifras son un respiro muy apreciable para quienes consideramos que sin información no se puede planificar y sin planificación no hay socialismo que valga.  Uno de los libros preferidos del Profesor Giordani es “Planificación bajo presión”  (Friend, Hickling, 2002), pero aún en esas condiciones extremas se requiere un mínimo de información factual, que no es accesible en el país. Realmente nos admira ver como el Profesor Giordani orienta la nave del Estado en esas condiciones, aunque no es de descartar que él sí maneja esa información desconocida para el resto de los mortales. Pero el hecho es que en este momento hay algunas cifras no oficiales pero que provienen de fuentes confiables.

En Venezuela para 2010 habrían 6.407.100 viviendas, ¿familiares ocupadas?, de las cuales 2.555.300 (40 %) no tienen ningún tipo de problemas y 3.851.900 (60 %) sí presentan problemas desde leves hasta graves, como es el caso de las viviendas que deben ser sustituidas, cuyo número alcanza a 761.000 (12 %). Las cifras y los porcentajes están redondeados para hacerlos más fácilmente legibles.  Para el 2001 había 5.192.900 viviendas familiares ocupadas por lo que en el período de 9 años el aumento fue de 1.214.200 es decir de 134.900 viviendas por año.  En el 2001 el número de viviendas que había que sustituir era de 490.200 y su porcentaje era del 9 % del total, es decir que en los 9 años el número de viviendas inaceptables aumentó en 270.800, es decir 20.100 por año y el porcentaje pasó del 9 al 12 %. No hay datos que permitan  decir cuantas viviendas formales se construyeron entre el gobierno y las empresas privadas y cuantas informales construyó la gente por su propia iniciativa. En el período 1990-2001 se construyeron 658.500 viviendas formales, el 40 %, y 968.900 informales, el 60 %.  Sin mucho riesgo se puede apostar a que el porcentaje de las formales debe haber bajado a cerca del 30 % entre el 2001 y el 2010 y que el de las informales subió a un 70 %.

Una característica bastante alarmante es que según los datos oficiosos hay 739.700 viviendas que necesitan ampliarse.  Se puede suponer que la necesidad de ampliación es sobre todo de cuartos para dormir porque existe un fuerte hacinamiento en la vivienda. Puede ser que la ampliación necesaria sea un baño o similar pero es poco posible. Se puede deducir entonces que hay hacinamiento en 700.000 familias en Venezuela, hacinamiento en una de cada nueve viviendas. El hacinamiento es uno de los factores que más inciden en el deterioro de la calidad de vida por la presencia de la terrible promiscuidad de niños y adultos.  En otro sentido esas 700.000 familias son las que en este momento requerirían viviendas y que, no de golpe pero en pocos años, van a invadir cualquier terreno que puedan para construirse cualquier clase de cobijo, seguramente ranchos.

La situación es lamentable y las tendencias apuntan a un porvenir todavía más oscuro. Esto no es una novedad. Es del conocimiento común que los programas de vivienda y hábitat durante el proceso revolucionario no han sido satisfactorios. El Presidente con frecuencia habla del grave problema de la vivienda. A nivel ministerial ha habido un cambio generacional importante en las últimas semanas. ¿Será esto la señal positiva de que los tiempos están  cambiando? 

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