MÁS SILENCIOS
En
estos momentos se reavivan oportunidades para contribuir con el desarrollo armónico
de las ciudades. Cada vez más se evidencian síntomas de entender programas y
proyectos como partes tributarias del contexto urbano y regional dentro del
cual se ejecutan.
Así
se observa en la Gran Misión Vivienda Venezuela (Gmvv) y su nueva fase a partir
de 2014. También en la recién reformulada Gran Misión Barrio Nuevo Barrio
Tricolor. Dos de las decisiones de alto impacto urbano jamás realizadas en la
historia urbana del país. Tanto por su extensión en todo el territorio como en
la intensidad y volúmenes de construcción y densificación que han representado más
de 540.000 viviendas en tres años.
Hasta
ahora se ha continuado con la práctica tradicional de seleccionar terrenos e
implantarles edificios o casas, consolidando el régimen privado y aislado de la
propiedad de la tierra. Expresión perfecta para el negocio inmobiliario más que
para la transformación urbana con visión colectiva y comunal.
Caracas,
desde los años 40 del siglo pasado, tiene el ejemplo de cómo entender la ciudad
desde la perspectiva pública, colectiva y comunal. Se trata de la urbanización
El Silencio, concebida por el Arq. Carlos Raúl Villanueva y ejecutada durante
el gobierno de Medina Angarita.
Es
insólito, que tan ejemplar enfoque de transformación urbana y de arquitectura
tropical, hasta hoy, haya sido soslayado por arquitectos y urbanistas. Allí
siguen vigentes, con algunos ajustes, los principios esenciales de cómo
concebir, dentro de un plan maestro de Caracas, planes de transformación urbana
en diferentes sectores de la ciudad. En páginas anteriores hemos señalado
muchos.
Caracas
tiene zonas extraordinarias para hacerle “cirugías” mayores y menores que al
hacerlo irían configurando y materializando la real transformación urbana de la
ciudad. Donde las áreas para vivir compartan con sus equipamientos y servicios,
se mezclen, se integren.
El
Silencio debe ser la referencia fundamental para tales cirugías. Llenemos de
“Silencios” a San Agustín, La Yaguara, Catia, Antímano, Baruta, Chacao, Sucre.
Evitemos Urbinas, Terrazas del Ávila, Los Palos Grandes, Parques Centrales y un
extenso etcétera. Más sobrios silencios, patios y corredores urbanos, menos arrogantes
e impersonales torres y cristales, el sismo nos la cobrará.
LEYES, PLANES Y
DESCONOCIMIENTOS
Alberto Urdaneta
Son temas sobre la
mesa,
cuyo tratamiento por algunos no es entendible dentro de la lógica democrática y
del funcionamiento de las instituciones del Estado. El que un diputado,
gobernador o alcalde desconozca al presidente de la República, legítimamente
electo, no cabe en este contexto. Se pueden tener diferencias ideológicas,
políticas y de procedimientos, pero no cabe el desconocimiento, la investidura
no lo permite.
No es entendible el
desconocimiento de los niveles de gobierno, de las prevalencias
y de las autonomías relativas por los niveles regionales y locales. Existe un
nivel constitucional, legal de obligatorio cumplimiento por todos. Un marco
nacional, con líneas matrices, todo un Plan Nacional, que debe cumplirse en los
diferentes niveles, con las correspondientes cuotas, para lograr un desarrollo coherente, articulado,
coordinado, que responda al conjunto que conllevan los planes nacionales. A los
gobernadores y a los alcaldes, no les está dado contraponer lo planificado a
nivel nacional sino contribuir, realizando lo correspondiente, para lograr
lo buscado con el plan.
Eso es la autonomía
relativa.
Se tiene una autoridad, unas atribuciones acordes al ámbito, pero también se
tienen unas obligaciones con las leyes y planes nacionales. Cabe señalar, en
específico, el Plan de la Patria, aprobado en dos oportunidades por el pueblo,
al elegir a los presidentes que lo presentaron. Convertido por la Asamblea
Nacional en Ley. Mal puede ser desatendido o contrariado por gobernadores y alcaldes.
El Plan de la Patria, además de
los planteamientos generales que deben ser desagregados por estado y por municipio,
establece Distritos Motores con obras especiales para el beneficio local,
regional y nacional. Por tanto, son de obligatoria atención por gobernadores y
alcaldes. No se trata de bozalear a nadie, sino de exigir el cumplimiento de
obligaciones legales, por el bienestar de todos, independientemente de
diferencias ideológicas o del quehacer político. Por encima está el país, el
conjunto, la patria, el futuro de todos según lo ha determinado la mayoría.
LECTORES
OPINAN
Entuertos en
la ocupación del territorio. Jorge Daza, asiduo lector, señala como
ejemplo de un entuerto el caso de la refinería El Palito y su peligro potencial
en la zona en que se encuentra con una autopista al lado y con mucha población cercana.
“Da terror quedarse en una cola frente a una refinería a solo metros de esta y
pensar en Tacoa, Paraguaná. Creo que los gobiernos han conocido del problema y
han resuelto como el caso de Jose en Anzoátegui, al desviar la autopista y dejar
la carretera como vía interna. En el caso de El Palito es más complicado por la
topografía, pero no difícil, si se desvía la autopista Valencia antes de llegar
a El Palito, unos kilómetros antes y se sigue por la montaña hasta salir cerca
de Morón o Planta Centro. Por supuesto aquí habrán muchos problemas ambientales
por lo intricado de la montaña que tendrá que ser intervenida”. Añade el caso
de la ampliación y nueva Petroquímica de Morón, “que no dejó un espacio
suficiente de seguridad al atravesar a ambos lados de la petroquímica la
carretera”. Termina expresando su angustia por no obtener respuesta, de sus
sugerencias y denuncias al respecto, en diversos organismos, con las siguientes
palabras: “Nuestra misión es advertir y buscar soluciones que con la
experiencia de muchos camaradas podemos aportar. No nos interesan cargos, ya
estamos curados de eso, nuestra mayor satisfacción es que todo lo que se haga,
se realice con calidad y eficiencia. También que esto contribuya al triunfo de
la revolución, esto no significa que por ello vamos a callar desviaciones y
burocratismos”.
Teoría de la
Revolución Urbana. “Apreciado Alejandro: es necesario entender que la GMVV
no es solamente una especie de gran empresa constructora, es uno de los
factores más importantes del cambio sociocultural que impulsará la Revolución.
Hasta ahora, tengo la impresión que ello no ha sido asimilado ni planteado por
quienes han estado al frente de la GMVV. Esta es una reforma urbana tan
importante como la reforma agraria, o la revolución productiva. Yo no sé si
existe algo así como una teoría sobre esta Revolución Urbana, si no existe,
habría que construirla. Saludos. Mario Sanoja”.
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