jueves, 13 de febrero de 2014

AyB 403 - 12 Diciembre 2013


EL URBANISMO FORMAL

Los planes urbanos municipales, llamados “Pdules”, son cada vez más exitosos para erradicar la cualidad vecinal, tradicional y patrimonial de las ciudades, para sustituirla por ajenos centros financieros, comerciales y empresariales, con paradigmas de diseño de otras culturas. Donde el vidrio es usado contra la racionalidad energética y con consecuencias dramáticas durante un sismo, cuando millones de fragmentos estén en calles y aceras. Además impulsan la disminución del carácter social de los espacios públicos y la creación de templos cerrados para el consumismo e individualismo. En cambio, para ordenar y transformar la ciudad, para mejorarla, han sido “jarrones chinos”.

En Libertador, durante 70 años, sectores como El Paraíso, El Conde, San Agustín, La Florida, San Bernardino, Sarría, entre muchos otros, se desdibujaron, deterioraron y anarquizaron y otros fueron sobre densificados por una visión urbana especulativa y desarticulada. En sacrificio de enfoques de urbanismos y viviendas aunque convencionales pero con relativa calidad para vivir en ellos.

En Chacao, único municipio de Caracas que está perdiendo habitantes, se modifican cada día áreas residenciales y son convertidas en bancos, comercios conformes o no y oficinas. Y urbanizaciones diseñadas bajo criterios racionales, hoy son sobre densificadas y deficitarias en movilidad, equipamientos y servicios.

En Baruta, se consolida el desorden por el desbalance entre usos, transporte, equipamientos y servicios. Proliferan más y más intervenciones descoordinadas, aisladas, puntuales, que obedecen más al inmoderado beneficio de la tierra que al ordenamiento urbano integral y colectivo. Las Mercedes y La Trinidad, son casos emblemáticos de ello.

En El Hatillo ni hablar, donde está la mayor reserva de tierra libre para la expansión de Caracas, la fagocitosis inmobiliaria está logrando en tiempo record, la conversión de los más extensos y mejores lotes, con fabulosas condiciones ambientales, en modelos del despropósito urbano como El Cigarral, y a partir de 2014, el Plan San Antonio en los terrenos aledaños al seminario San José.

En Sucre la cosa es complicada. Ese municipio es impotente ante las exigencias y carencias populares que abundan en barrios intrincados, de grandes pendientes y densidades. Ni con la redoma de Petare han podido. Y los sectores “formales” han sido anarquizados con “Pdules” y sin ellos. Ejemplos son Los Chorros, Montecristo, Boleíta y pare de contar.

¿Qué hacer? ¿”Creer en Pdules preñados”? ¿O inventar un plan a partir de la gente, de sus culturas, espacios y saberes, y con ella como protagonista?

Cada vez menos vecindad y casitas





Cada vez más impersonales, desproporcionados y cerrados “Malls” 




CONCURSOS DE ARQUITECTURA

Toda obra emblemática es una extraordinaria oportunidad para ir más allá de sí misma. Es ocasión para promover la arquitectura para nuestro clima, culturas y saberes; para estimular el avance tecnológico en diseño, tecnologías y materiales; para apoyar y desarrollar la capacidad industrial venezolana. Para integrar naturaleza, arte, espacio, tecnología, ciencia, organización comunal. Para conformar equipos transdisciplinarios. Por todo ello deben estimularse concursos, bien dirigidos y controlados con lo que se llama “términos de referencia” para garantizar sus objetivos.

El pabellón de Venezuela en Expo Sevilla en 1992 fue un extraordinario ejemplo para mostrar nuestras capacidades en diseño, en la industria del aluminio y en tecnologías constructivas. Ese pabellón fue diseñado por un equipo, por los Arqs. Henrique Hernández y Ralph Erminy, sus respectivos hijos, ingenieros, artistas, técnicos.

Se pre armó en el país y fue trasladado a España en partes y componentes para ensamblarlo y montarlo en Sevilla. Fue un trabajo en equipo entre arquitectos, ingenieros, industriales, artistas, trabajadores, transportistas, entre otros. Dada su importancia como ejemplo de la visión integral de la arquitectura y del trabajo transdisciplinario y como promoción de los adelantos del diseño, saberes y productividad, criollos, llama la atención su casi olvido como experiencia y más aún, el mismo pabellón fue regresado y aquí lo “desaparecieron”.

Este comentario viene a propósito de ideas que se escuchan sobre un palacio de convenciones en Cumaná. Pero se podría ampliar a las estaciones de los metros, metro cables, cable trenes, trenes, estadios, terminales de buses, conjuntos de vivienda, edificaciones modulares y repetibles como viviendas, centros de salud, educativos entre muchísimas otras obras, necesarias en el desarrollo urbano del país.

Comentario de Mario Sanoja

La llamada buhonería cubre la vida de un sector de la población que no desea depender de un salario fijo. Una vez, cuando yo era estudiante en Francia, uno de mis profesores que estaba haciendo investigación de campo en Marruecos, nos contaba que durante varios días estuvo visitando a un vendedor callejero de alfombras, regateando precios, hasta que finalmente acordaron un precio correcto para ambos. Mi profesor le pregunto si no hubiese sido más rentable que le diera la alfombra a ese precio el primer día. Y el hombre le respondió: si se la hubiera vendido el primer día, no habríamos llegado a ser amigos. Ser un asalariado no es atractivo para todo el mundo. Hay que reconocer la diferencia y abrirle cauces.


Tiempos de cambios prorrogados

Caracas necesita y con premura un golpe de timón en su planificación y gestión urbana metropolitana. Son tiempos de poder popular protagónico de verdad, en la toma de decisiones para elaborar el plan de desarrollo urbano inmediato y a largo plazo, para aplicarlo y evaluar avances y etapas. Los resultados del domingo pasado ¿presagian más de lo mismo? Durante demasiados años la coordinación metropolitana ha estado ausente incluso entre Chacao, Baruta, Sucre y El Hatillo, que comparten igual visión de ciudad. Promesas abundan sobre la planificación y la visión metropolitana de Caracas, pero se quedó en repartir autobuses a dueños de líneas de transporte conservando las ineficientes y anárquicas condiciones en que operan. Se perdió la oportunidad de ampliar el poder popular urbano, de nuevo queda en manos de “expertos” que consultarán sus planes con grupos “targets” y el mito “Pdul” regirá por otros años ¿Habrá más anarquía menos articulación. Más pragmatismo menos estrategia. Más privado menos público. Más “Malls” menos bulevares. Más El Cigarral menos El Silencio. Más concreto y gigantes edificios menos áreas productivas. Más desarrollismo con déficits de movilidad, equipamientos y servicios. Más “alguien resolverá” menos asumir responsabilidad? Es tiempo de reflexionar. Esa realidad no puede seguir. Se requiere un cambio de actitud en beneficio del colectivo. ¡Tremendo reto!

Perdimos un escribidor de Aceras y Brocales

Fue electo alcalde de Los Teques, nuestro amigo y colaborador Francisco Garcés. Muchos éxitos en sus nuevas responsabilidades que sabemos no serán fáciles.


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