¡TRES
MILLONES DE VIVIENDAS!
1 La Misión
Vivienda habrá construido 600 mil viviendas desde abril 2010 hasta abril 2014.
Serían 150 mil por año. Esto es insólito. Pero lo es más cuando el plan para
los próximos cinco años es alcanzar 2.400.000 adicionales. Es decir 480 mil
anuales, para un total de tres millones. Meta difícil pero no importa. Si tan
sólo se produjeran la mitad, es decir 240 mil/año, es decir, un millón 200 mil,
sería un hito de magnitudes heroicas en la historia urbana y de la vivienda del
país.
2 Pero el
tema no es la cantidad de viviendas. Sino los “efectos colaterales”. Sólo tres
de ellos. Se atendería a 1/3 de la población actual. El impulso
económico-industrial y su consecuencia empleadora, sería épico. La oportunidad
para ordenar y equilibrar el territorio, así como para transformar las
ciudades, sería única.
3 Tal
política de urbanización y vivienda y su impacto en el territorio, la economía,
en la industrialización, en la capacidad de formación técnica y profesional, en
la organización comunitaria, exige sin demora, dos decisiones estratégicas en
la política pública territorial, urbana y de vivienda.
4 Deben
crearse dos centros de estudios y desarrollo, de alto nivel y con los recursos
necesarios. Uno para el desarrollo territorial y urbano. Otro para la industrialización
de la construcción y las edificaciones. Continuar con la transformación
profunda requiere, en esta etapa, introducir una visión global, de conjunto, y
racionalizar los procesos de planificación, diseño, construcción y seguimiento.
Esto es vital.
GOBIERNO LOCAL Y PARTICIPACIÓN POPULAR
Alberto Urdaneta
El ámbito
local de gobierno, como célula primaria, es aquella donde se encuentra el
gobierno más directamente ligado a la población, el municipio. Sin embargo, no
ha venido siendo así. Los representantes electos, alcaldes y concejales, se
mantienen en oficinas, concediendo audiencias, y generalmente lejos del
trajinar diario de la población, se burocratizan.
Hasta se
ha llegado, en años anteriores, a realizar los llamados cabildos abiertos, para
escuchar al pueblo, pero ni siquiera estos intentos han sido sinceros, en el
sentido de tomar como vinculantes, para el ejercicio del poder, los
planteamientos de la comunidad. Pasada la asamblea, especie de catarsis
colectiva, se olvidaban de ello y hacían lo que les venía en gana.
Hoy, en
esta transformación que estamos viviendo, se les reclama la permanente
presencia en la calle, siempre al lado del pueblo, que en definitiva constituye
la base del poder. En ese sentido se ha adelantado la organización de la
población en Comunas y Consejos Comunales, pero unos cuantos de los electos se
niegan a aceptar esta base fundamental, la participación, que significa
repartir el poder y aspiran seguir como antes, electos por el pueblo, pero
distantes del mismo.
Es preciso
que entiendan los cambios habidos en la población y que la legitimidad del
poder está en manos del pueblo, al cual se deben y con el cual han de actuar
diariamente.
Un notable
ejemplo, salto cualitativo que deben asimilar bien los gobernantes locales, es
el Gobierno de Calle, emprendido y mantenido a toda máquina, por la Presidencia
de la República. Tienen que ponerse las pilas, lanzarse a la calle y trabajar
directamente con las comunas, con los consejos comunales, si quieren adquirir
verdadera legitimidad en sus funciones y responder a la más pura democracia.
Plan San Antonio en El Hatillo. ¿Por qué
tanto silencio sobre este proyecto que se las trae? Si se concreta, será una
mortal estocada al municipio y a la ciudad. ¿Lo permitiremos?
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