EL GENERAL EN SU OPULENCIA
Tuve la oportunidad de conocer a Pérez Jiménez en su casa en
La Moraleja, Madrid, en 1990, para entregarle un presente de un tío de mi
esposa. Para mi sorpresa nos atendió él mismo por más de cuatro horas y nos
llevó por todos lados. Tenía entonces 76 años, 32 años después de su apresurada
salida de Venezuela y 11 años antes de su muerte, muy buen estado físico, mono
de gimnasia, aspecto bonachón y no paraba de hablar con un tono suave y
confidencial.
La mansión de dudoso gusto tiene 3 mil m2 de construcción y
15 mil de terreno, recientemente vendida en 10 millones de euros, una ganga en
un mercado deprimido. Amplios salones atestados de cuadros, jarrones, muebles
dorados y mucha opulencia. Una gran escalera en espiral giraba sin apoyos
alrededor de una lámpara de lágrimas, típico de la arquitectura perezjimenista.
“Todo esto no es nada comparado con lo
que tengo en Mallorca”, repetía. Sobre un escaparate había una gran perla
del tamaño de una pelota de fútbol. “La
más grande del mundo”, me aclaró. En una vitrina tenía la maqueta de un
gran barco. “Es el yate que tengo en
Mallorca, con tripulación de 35 marineros.”
Salimos a recorrer el hermoso jardín. “No me gustan las matas, pero tengo una empresa que las mantiene”.
En una cochera había una docena de Rolls Royce, por lo que le pregunté si era
coleccionista. “No me gustan esos carros
viejos”. De regreso me mostró su gimnasio personal, la peluquería de su
esposa, y lo mejor: el bunker nuclear. Ventilaciones blindadas, paredes
aislantes, generación de energía, depósitos de agua y comida para seis meses.
Una empresa le daba mantenimiento, cambiaba los filtros, el agua y la comida.
De haber caído una bomba atómica sobre Madrid, el único sobreviviente habría
sido MPJ.
También me explicó que tenía un gerente con un equipo
dedicado a llevar la administración de todo y cuidar sus inversiones. “Yo no me ocupo de nada de eso.” Sobre si
estaba escribiendo sus memorias, dijo “Contraté
a un tipo para eso, pero al tiempo me aburrí.”
Le pregunté si consideraba regresar y presentarse a unas
elecciones que con toda seguridad ganaría. “Yo
sé que cuento con mucha gente que me aprecia de verdad. De hecho vienen aquí
con frecuencia, me hablan de lo mal que está el país, de la corrupción, de la
ineficacia, y me piden que regrese para salvar a la patria.” Luego, en plan
confidencial me dijo “Dígame, si usted
tuviera todo esto que tengo en Madrid y en Mallorca, ¿de verdad lo dejaría todo
por una gloria en Venezuela, que de paso no duraría mucho? No, mi amigo, ni
loco. Claro que a esta gente que viene a jalarme para que regrese no se los
digo tan claro y les doy esperanzas. Mejor me quedo aquí para disfrutar lo que
me quede, ¿no le parece?”
La verdadera moraleja de esta historia es que en sólo ocho
años de gobierno se puede extraer una enorme cantidad de recursos ilícitos,
especialmente si se actúa dictatorialmente y se realizan muchas obras públicas.
Tomás de la Barra.
INTEGRACIÓN EN LAS FRONTERAS
Después de las consideraciones sobre la integración en
términos de igualdad, solidaridad, convivencia y equidad, señalando sus
efectos, hoy abordamos las fronteras, primer escalón de ese proceso, territorio
donde se da la cotidianidad, la relación directa entre pueblos, la solidaridad,
la hermandad, con estrechas relaciones sociales, políticas y económicas.
Es oportuno convertir estos territorios, tradicionalmente de
separación, en sitios de encuentro, con reciprocidad y mutuo disfrute. Procede
practicar la planificación conjunta, la cooperación administrativa, las
acciones compartidas y la equidad. Allí las acciones son pluridimensionales:
local, nacional, binacional y multinacional. Una carretera cambia de dimensión
según termine en el mismo país, comunique con otro u otros, formando ejes binacional
o multinacional, como la Panamericana o la Marginal de la Selva.
La integración aumenta los flujos transfronterizos e
internacionales. Los primeros inciden en el consumo, transporte, educación,
salud, recreación. Los internacionales, si pasan de largo no inciden. Si se
detienen para trámites aduaneros, inciden en pensiones, hoteles, restaurantes,
estacionamientos y otros, constituyendo actividades económicas de apoyo. Al
suprimir las aduanas en las fronteras, hay que generar otras actividades
económicas que compensen. Al efecto la Unión Europea implementó un fondo de apoyo
para enfrentar el cambio.
La integración física sin libertad de tránsito no es
suficiente. El Puente Unión, entre Boca de La Grita -Venezuela- y Puerto
Santander -Colombia- estuvo 40 años cerrado por disposición del Gobierno. Hoy
existen dos puentes-el Bolívar y el Santander-entre Táchira y Norte de
Santander, que articulan a los dos países, pero las restricciones de tránsito
merman la actividad, los intercambios, la complementariedad. Alberto Urdaneta.
EDIFICIOS VULNERABLES
Observe la falta de muros en la dirección más larga. Fotos OA
López. |
Caracas fue destruida en 1812 por un terremoto cuyo tamaño
fue mayor que el evento que causó 320.000 muertes en Haití en el año 2010. De
ocurrir un evento similar al de 1812, se producirían elevadas pérdidas humanas
y materiales si no se refuerzan las construcciones más vulnerables de Caracas
que incumplen con las normas vigentes.
Una vivienda o edificio diseñado y construido cumpliendo los
requisitos establecidos en la norma sismorresistente nacional, está en
capacidad de soportar terremotos aún mayor que el evento de 1812. Entre otros
requisitos, la norma exige que el edificio tenga resistencia suficiente en
cualquier dirección horizontal por donde pueden incidir las ondas sísmicas.
Desde hace un tiempo se hacen edificios en el país usando
una técnica de construcción conocida como tipo “túnel” que acelera el proceso
constructivo dando lugar a edificaciones de menor costo. Sin embargo, muchos de
estos edificios incumplen con la norma sismorresistente debido a que su
estructura consiste en muros muy delgados de concreto armado que están todos
orientados en la dirección corta del edificio, dejándolo desprotegido en su
dirección más larga.
En las ciudades de Guarenas, Guatire y Caracas se han
identificado unos 1.200 edificios de este tipo construidos en décadas pasadas,
con elevada vulnerabilidad aún ante sismos de tamaño moderado. Para poder
garantizar su confiablidad, es necesario reforzar estas estructuras añadiendo
elementos sismorresistentes en la dirección larga del edificio.
Más grave aún es que en Guarenas se están hoy construyendo
estos edificios, incumpliendo con la norma nacional. Estas construcciones deben
ser intervenidas y modificadas de manera de garantizar su estabilidad ante
sismos y proteger las vidas de sus ocupantes. Oscar A. López.