CINCO OBJETIVOS Y UN DESTINO
1 Un ejercicio oportuno,
necesario y desafiante, es traducir el “Programa de la Patria 2013-2019” a la
cotidianidad. Verlo como guía general para la gestión de gobierno es
relativamente fácil. El equipo político-ejecutivo sabrá orientar y cumplir con sus
funciones y competencias, siguiendo los cinco grandes objetivos formulados en
dicho Programa.
2 La cuestión es cómo transferirlos
a la vida diaria de cada persona, grupo, vecinos o comunas. Por ejemplo, ¿cómo
entender el de la independencia, primer objetivo, en una familia, en un barrio
de Mérida o de Cumaná? O ¿cómo construir una comunidad socialista bolivariana
del siglo XXI, segundo objetivo, en Ciudad Caribia, en el centro histórico de
Coro, en un edificio de la Misión Vivienda o en la Faja del Orinoco? Más aún, ¿cómo
transformar el barrio José Félix Ribas en Petare, a Catia, a Chacao, a la urbanización
El Silencio en Caracas o a San Diego de Cabrutica, en robustas comunas en lo
social, económico y político (tercer objetivo)?
3 Y si esos propósitos
tienen dificultad para expresarse en ámbitos comunitarios, urbanos y regionales,
imaginen como sería aplicar los restantes ¿Cómo alcanzar comunas, ciudades y
regiones, multicéntricas y pluripolares, equilibradas, o preservar el entorno
natural y cultural en las áreas urbanas y rurales y la vida de los venezolanos
(cuarto y quinto objetivos)? Interesante ¿sí?
4 Nos proponemos desde hoy
y hasta el jueves 11 de abril, sugerir algunas opciones y propuestas para
debatir y aplicar esos cinco fines del Programa de la Patria, en el ámbito más cercano
y habitual de la vida de la gente común. Seductora tarea. (¡Envíennos sus
ideas!) Un país se construye con el impulso colectivo. Por ello, es perentorio
que desde la base, cada quien sepa su rol, y lo desempeñe en su rutina, para
contribuir con el bienestar y desarrollo del conjunto de la patria.
5 Ese es el principio
esencial de un plan nacional. En nuestro caso está trazado en los cinco ideales
antes esbozados. Instrumento clave para alcanzar el destino deseado, es decir,
una patria unida, solidaria, incluyente, democrática, participativa,
independiente, próspera, respetuosa, sustentable y sobre todo, irreversible. Continuará.
EL PLAN DE LA PATRIA
EN DIFERENTES ESCALAS
Un sólido planteamiento en cuanto a desarrollo contiene el
Plan Patriota, presentado por Chávez, como programa de gobierno, para el
próximo periodo 2013-2019. Construido con el pueblo y avalado por la gran
mayoría al respaldarlo el 07-10-12.
Servirá de guía a los equipos de gobierno de todos los
niveles, para planes y acciones. Ha de ser como la Carta de Navegación en dicho
período. Para ello es preciso profundizar la participación protagónica del
pueblo, factor comprendido en la Constitución Nacional.
Se trata de un Plan General con visión de largo plazo, con
grandes líneas de acción. Toca desagregarlo. Más allá de lo nacional con
implicaciones internacionales, llevarlo a planes y programas de acción en los niveles
de estado para los gobernadores y de municipio para los alcaldes y concejales,
a manera de tener planteamientos orgánicos, articulados en su conjunto, para
producir el desarrollo planteado, sembrando de manera definitiva la igualdad,
la cooperación, la hermandad, la solidaridad y el bienestar colectivo en plena
democracia. Resulta oportuno, hacer comentarios al respecto, en momentos
inmediatos a una elección presidencial.
Una línea estratégica muy importante que se plantea, que
trasciende lo nacional, apuntando a América Latina y El Caribe es la
integración, presentando ya significativos avances en la construcción de un
gran polo económico, social y político, por encima de las diversidades, capaz
de contribuir al establecimiento de un mundo pluripolar, de equilibrio, donde
reine la paz.
Vista esta integración más cerca, tenemos instrumentos ya
creados y en proceso como el Alba, Unasur, Celac, Petrocaribe y otros que
comienzan a dar frutos para todos. Si bajamos más y nos acercamos a los
vecinos, tenemos repercusiones en puertos, aeropuertos, ríos comunes,
importación y exportación, flujos de personas bienes y servicios a nivel
nacional y particularmente en los estados fronterizos como Zulia, Táchira,
Apure, Amazonas, Bolívar y los costeros como Sucre, Anzoátegui, Aragua, Vargas,
Carabobo y Falcón. También naturalmente en la Capital y centro del país. Ello
es medible, predecible y previsible.
Si todavía abrimos más en los estados fronterizos, tenemos
las ciudades que hemos de considerarlas desde la perspectiva binacional, con
visiones conjuntas, que tienen que ver con sus bases económicas, sus mercados
de trabajo, sus complementariedades, sus servicios y su funcionalidad dentro
del sistema y subsistema de ciudades donde se encuentren inmersas. La vialidad
y en particular los corredores que trascienden lo nacional, como en Zulia con
la conexión por el Norte, en la Guajira, con la Troncal del Caribe, en Táchira
con la Panamericana y con la Marginal de la Selva, en Apure con la unión de
Guasdualito con Arauca, en Bolívar con Brasil a través de la Troncal 10. Así
mismo las articulaciones fluviales como en el caso del Meta, del Orinoco y
otros.
La integración nos obliga a ver más allá de nuestros límites
políticos administrativos, a considerar todas sus implicaciones en cuanto
significa para nuestro desarrollo, que ha de estar en sintonía con el conjunto
propiciado; en armonía, aprovechando al máximo las ventajas comparativas de cada
país en beneficio de todos. Alberto
Urdaneta.
“La Flor de los
Cuatro Elementos”. Imposible pasar por debajo de la mesa la contribución de
la arquitectura al campo de lo simbólico. En una noche Fruto Vivas diseñó y en
tres días se construyó, un sencillo pero significativo espacio alusivo,
representando al agua, la tierra, el viento y el fuego, para servir de morada
para quien dejó huella invalorable aquí y acullá. Aparte de la valoración de
cada quien sobre la cualidad de esta alegoría, es destacable al aporte de la
arquitectura más allá de ciudades, edificaciones y espacios.
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