LECTORES Y COTIDIANIDADES
Ilvin Rojas “no comprende por qué las sedes principales de todo tienen que estar en Caracas”. Nació allí, 24 años, pero prefirió irse y hacerse “una cajita de fósforo bien bonita”. A pesar del “precio de la cabilla y demás materiales, pero haré el sacrificio para comprarla a 200 bsf. ¿Para qué quedarme si no tengo los recursos para el más pequeño de los apartamentos en una buena zona? Y ni pensar construir en un barrio, es dinero perdido, vivo y naci en un barrio. Ni mucho menos meterme en la misión vivienda, no quiero nada regalado, además he visto una cantidad de situaciones en estos edificios que dejan mucho que desear. ¡Cada vez veo con más preocupación como mucha gente se viene a Caracas a vivir en un barrio! Hay muchas cosas que provocan eso, la cultura juega un gran papel. Yo quisiera y es mi meta, cuando pueda, irme al campo y trabajar la tierra, ¡me gustaría mucho! También el gobierno debe contribuir y sacar de Caracas la sede de los poderes y las industrias”.
“¿Cómo hacer para
convencer a los Ministerios de Cultura, de Comunas, de Ciencias, de
Educación, de Alimentación, Misión Vivienda, Misión a Toda Vida, PDVSA, de
Defensa, entre otros, para que se sienten a planificar un proyecto de creación
de comunidad? El Barrio Tricolor no puede ser solamente un maquillaje para las
viviendas. Es necesario grabar el tricolor en la mente y en el corazón de los
habitantes, inducir valores positivos de solidaridad que desplacen a los anti valores
del capitalismo. ¿Sería demasiado pedir que se haga un Foro, aunque sea un
taller para evitar que se reproduzca el síndrome de La Limonera? Nosotros
vivimos a tiro de piedra de La Limonera, en el Peñón, desde hace 50 años.
Somos, al parecer, los únicos chavistas de la zona. Los vecinos, que nos
conocen desde hace tiempo, no han escatimado esfuerzos para obligar a esta
pareja de tercera edad a mudarse: cacerolazos, disparos contra nuestra casa y
contra nuestro perro (ya difunto, al que apodaban el perro chavista), etc., y
sin embargo estos últimos trece años han sido los más fructíferos,
intelectualmente hablando, de nuestra vida: 12 libros, más de 100 artículos...
y muchas deudas que nuestra humilde pensión de jubilados no llega a colmar.
Pero es una situación que se agrava cuando en lugar de enfrentar a unos pobres ancianos
desamparados, los escuálidos fascistas tienen que enfrentarse a una comunidad
organizada. Deberíamos llamar a la sensibilidad revolucionaria de nuestros
camaradas bolivarianos. Saludos”. Mario
Sanoja.
Comentario de los
escribidores de Aceras y Brocales. Esta es la reflexión más impactante que
hemos recibido en ocho años. Produce una mezcla de tristeza por un lado, pero a
la vez reconocemos y admiramos a quienes, a pesar de ser hostigados, sólo
muestran amor, solidaridad y búsqueda de un mejor país. No se entiende como
quienes adversan a este proceso de cambios no se deslindan de esa barbarie que
es “cacerolear”, acosar, insultar y agredir a quienes piensan distinto. ¿Dónde
está su ética? ¿Dónde su humanidad? ¿La tienen?
“Se suele
responsabilizar al gobierno de los problemas que nos aquejan, pero los
cambios deben nacer de nosotros mismos para impulsar luego las transformaciones
de la nación, con trabajo y adopción de valores. Nuestra responsabilidad como
profesionales deben motivar verdaderas transformaciones y cambios de paradigmas
en nuestro ejercicio, solo así evolucionaremos hacia la ciudad que queremos, si
no lo hacemos estaremos destinados a desaparecer”. Rosario Rosales.
PEDALEAR PARA
RESCATAR NUESTROS ESPACIOS
La Alcaldía Libertador lleva tiempo ya con el exitoso
programa Rueda Libre que disfrutan
los caraqueños todos los domingos. Te prestan una bicicleta o llevas una
propia, y eres tú mismo, porque has conquistado, o más bien recuperado, un
espacio que recién ahora descubres que era tuyo, pero que te lo habían
arrebatado. La bicicleta otorga autonomía más que ningún otro modo de
transporte, no dependes de nadie, movilidad libre e ilimitada, es como volar
con tus propias alas. También eres libre cuando caminas, y es por esto que
pedalear y caminar tienen mucho en común, y pueden rescatar y compartir
espacios.
La AL ha llevado a cabo el mayor programa de rescate del
espacio urbano que se registre en la historia de la ciudad. En especial destaca
la escala humana de los bulevares y otros espacios, y el éxito se mide por la
gran cantidad de personas que los disfrutan diariamente.
Pero falta mucho por hacer. Por todos lados las aceras están
invadidas por comercios y talleres formales e informales y carros estacionados,
dejando un espacio mínimo para los peatones. Son décadas de un urbanismo que
ignoró a las personas para facilitar a los vehículos.
Falta espacio para las bicicletas, para poder utilizarlas
diariamente como medio de transporte. Debe crearse una red que cubra buena
parte de los espacios centrales y conecte centros de educación, comercio,
cultura y esparcimiento. Deben acompañar invariablemente a la Misión Vivienda.
Las ciclovías deben diseñarse en conjunto con los espacios
peatonales y servir de motor para impulsar la renovación urbana en la ciudad.
Deben contar con espacios propios confinados y equipados, no deben ser meras
‘pinturitas’ en la calzada.
Muchas ciudades de América Latina están desarrollando redes
de ciclovías, destacando Bogotá, Río y Buenos Aires. En estos casos se han
implantado exitosos mecanismos de préstamo o alquiler de bicicletas, que
permiten tomar una en un lugar y dejarla en otro, complementados con
mantenimiento, vigilancia e iluminación y mucha participación de las
comunidades.
Felizmente la Alcaldía Libertador está dando los primeros
pasos para dotar al municipio de una red de estas características. Todos
debemos participar en su defensa y promoción. Ojalá los demás municipios hagan
lo propio y el ejemplo se riegue en todas las ciudades del país. Tomás de la Barra.
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