miércoles, 1 de mayo de 2013

AyB 289 - 15 Septiembre 2011

AyB 289 - 15 Septiembre 2011








TRABAJAR CANSA (y II)


En I caracterizábamos el trabajo del obrero de la construcción como muy pesado, exigente ya que se requieren 8 años de experiencia para llegar a albañil de primera, sujeto a un alto desempleo, más del doble del que hay en industrias manufactureras y no continuo ya que empieza y termina con cada obra que se construye. Estas condiciones hacen que haya una alta demanda de empleo y una baja oferta, lo que conduce a la aparición de mecanismos de intermediación, los poderosos sindicatos, con ciertas mejoras para los trabajadores, pero, parece ser, que usan no pocas veces ese poder para prácticas ilegales de enriquecimiento.

Dos Venezuelas. Cerca de 1.300.000 trabajadores, 10,3 % del total de personas económicamente activas, están sujetos a un orden formal. Formal porque rige en una de las dos Venezuelas. La formal, institucional, la que aparece y es representada, la que impone su ideología y su hegemonía. Aquí el esquema es cliente (público o privado)-empresas constructoras-sindicatos, contratos colectivos, leyes, decretos, registros, tribunales. Pero funciona otra instancia, la marginal, la que obvia las reglas. Lo fundamental, en esta segunda situación, es que no aparecen las empresas ni los sindicatos. La actividad constructiva también se comporta de otro modo que describiremos.

Un poco de historia. En Venezuela hay dos grandes grupos de viviendas construidas fuera del mercado formal, sin la participación de empresas, sindicatos, permisos oficiales, registros y demás hierbas. El programa de Vivienda Rural y las construidas en los barrios por iniciativa popular.

Fue singular la práctica del Servicio Autónomo de Vivienda Rural, adscrito al Ministerio de Salud, que construía pequeños conjuntos y los contrataba con maestros de obras que formaban sus equipos de trabajo con obreros, fuera de las Convenciones Colectivas. Vivienda Rural entregaba, los planos de las viviendas que eran iguales para todo el país sin distinción de climas, y muchos de los componentes de las viviendas (puertas, ventanas, láminas, kits estructurales). Aunque no fueron inspeccionadas por profesionales externos, parecía que construían una buena cantidad de casas. Las cifras, por lo menos, eran poco fiables. Lo notable es que las viviendas salían mucho más baratas.

El Banco Obrero a veces construía casas iguales a las de Vivienda Rural y le costaban por lo menos un 50 % más. La diferencia se explicaba porque el Banco Obrero contrataba con empresas y pagaba tomando en cuenta el contrato colectivo y Vivienda Rural no, contrataba con maestros de obras y cada uno de estos se arreglaba por su cuenta con sus trabajadores.

La construcción informal que ha permitido la aparición de muchísimos barrios por todo el país ha sido estudiada un poco. Parece tener dos maneras básicas de operar: la “industrial” y la artesanal que se traducen respectivamente en invasiones violentas organizadas, en terrenos relativamente aptos, y en ocupaciones poco a poco no organizadas, en terrenos no aptos. En el primer caso los promotores parcelan el terreno con marcas fugaces, señalan la vialidad y si es posible dejan terreno para una plaza, adjudican las parcelas, suministran materiales no apropiados para construir un rancho y ayudan a los “beneficiarios” a montarlos. Todos estos servicios son bien remunerados. En el segundo caso van llegando las familias, escarbando le ganan un planito al cerro, acarrean algunos materiales y levantan el rancho, No hay propiamente calles sino veredas que se van formando porque son imprescindibles, ni ningún espacio es reservado para algún equipamiento. Al principio es fácil conseguir electricidad y el agua, por razones humanitarias, la suministra el gobierno por tuberías improvisadas.

Luego viene el proceso de mejoramiento. Los ranchos se transforman en viviendas aceptables y mejoran los servicios de electricidad y agua. Se asfaltan algunas calles y se encementan veredas y escaleras, etc. El proceso es progresivo a medida que las familias pueden ahorrar para comprar materiales y pagarles a algunos obreros relativamente capacitados. Quedan siempre grandes déficits: (1) la ineficiencia de los servicios de agua, vialidad, gas, drenajes; (2) la casi inexistencia de escuelas, canchas, centros asistenciales, sociales, culturales; (3) el riesgo ante desastres naturales: el sísmico en todos los barrios, deslizamientos e inundaciones en los terrenos no aptos pero construidos.

Hay dos problemas centrales. Uno es que las viviendas construidas formalmente tienen un precio relativamente alto que no pueden pagar la mayoría de las familias, ni siquiera en largos plazos. La construcción informal, prescindiendo de empresas y sindicatos, resulta más económica y como el costo se desembolsa progresivamente la mayor parte de las familias puede obtenerlas, pero tiene graves problemas de fondo. El segundo gran problema es la dotación adecuada de los equipamientos colectivos y su solución está básicamente en manos del Estado.

Una solución es que el gobierne subsidie las viviendas formales para ponerlas al alcance de las familias sin capacidad suficiente de ahorro (80 % de la población). Esta solución se usa parcialmente en la actualidad. Otra solución es que el gobierno baje los costos de las viviendas prescindiendo de las empresas y organizando los sindicatos de otra manera. Hay algunas escasas experiencias de este tipo. Una tercera opción es eliminar también los sindicatos y substituirlos por unidades sociales de producción, opción que se está poniendo en práctica en gran escala en el sub-programa de producción comunitaria de viviendas de la Gran Misión Vivienda. La cuarta alternativa es que el Estado urbanice y equipe completamente los desarrollos residenciales y la gente resuelva, a su ritmo, con apoyo técnico y económico, la construcción de su vivienda. Esta es la mejor alternativa pero nunca ha sido utilizada.

 
70 años de ÚN. Mañana cumple años este diario. Hoy es, si no el único, el más equilibrado de los informativos del país. Sigan así. Felicitaciones.

 

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