ACTITUDES INSÓLITAS
Todo el que opina sobre asuntos públicos hace política o politiquea. Depende del fin que persiga. Cuando un gobernante no hace, critica al adversario que si realiza y ofrece lo que no ha cumplido, eso es politiquear. Lo vemos hoy.
La oposición al actual proceso de cambios ha
asumido su apelativo literalmente y sin reflexión alguna. Es oposición y punto.
Está en contra de todo. El que cocina es cocinero, no puede ser poeta ni
arquitecto. El opositor se opone. No puede apoyar, ni hacer crítica constructiva.
Sólo obstruir contra viento y marea. ¡Ni pensar en colaborar! ¡Vade retro,
Satanás!
Eso explica el descabellado rechazo, por
ejemplo, a una concretera en La Carlota, futuro parque Bolívar, en Caracas. No
así a las regadas por la ciudad en grandes obras colectivas o privadas. Las
concreteras han estado, desde que existen, en toda construcción de cierta
magnitud, especialmente en las privadas, por disponer este sector de mayores
recursos financieros para usarlas. Y nunca se les opusieron en la cuarta ni en
la quinta.
Hoy, las concreteras de La Carlota son un
riesgo horroroso. Pero las privadas no. Hoy, las viviendas para las familias
pobres y damnificadas, que se están construyendo en terrenos en “engorde”, están
colapsando los servicios urbanos. Pero los cambios de usos y de zonificación,
en los municipios del este de Caracas y de otras ciudades, sobre densificando
sectores sub servidos, como por ejemplo Los Palos Grandes en Chacao, en
Caracas, esos no afectan nada.
Las nuevas viviendas destinadas a grupos
populares, están destruyendo a Caracas. Pero las densificaciones arbitrarias, de
acomodaticia legalidad, en Chacao, Baruta, Sucre y El Hatillo, y la retahíla de
residencias, “malls” y esperpentos arquitectónicos, en las extensas y melancólicas
colinas del sureste, nada que ver. Están “mejorando” la calidad ambiental de
esas tierras de “monte y culebra”. Eso creen.
Tienen que erradicar la actitud opositora per se.
Sacudirse el rol de antagonistas crónicos y convertirse en constructores de una
alternativa mejor que la actual. Aunque eso es imposible fuera del actual
proceso de cambios. Como hemos dicho anteriormente, cuando se ha tomado el
camino correcto, aún cometiendo errores vamos hacia el destino deseado. Pero
por el camino equivocado, a pesar de los éxitos aparentes, se conduce al
precipicio, al vacío, al desastre.
LOS MUDOS Y LA GRAN MISION VIVIENDA
Como los cálculos del número de viviendas construidas en 2011 por el Gobierno, para calificarlo de fracaso y dudar del cumplimiento de las metas, se le vinieron estrepitosamente abajo con el ritmo que ha tomado este año la Gran Misión, arremeten contra el giro que se les ha dado a las fábricas de cemento y de cabillas. No se pasean por los acaparamientos, sabotajes, retardos de distribuidores y comercializadores, por empresarios que estafaron a compradores. Critican la velocidad alcanzada en la construcción. ¿Qué será lo que no critican? Alberto Urdaneta.
Carta del Barrio. Carolys Pérez dice que en el barrio León Droz
Blanco, en la Parroquia San Pedro, municipio Libertador del Distrito Capital, no
sólo se impulsa el debate de la Carta del Barrio sino que la propiedad de la
tierra es colectiva. La política de regularización de tierras urbanas impulsada
por la Revolución, contempla la Carta del Barrio, instrumento para el debate
constructivo desde la historia local hasta el Plan de Desarrollo de la
poligonal en la cual estén contenidas las viviendas a las cuales se les
beneficia con el Título de Propiedad de tierra. En las grandes ciudades, se
pueden sumar estas cartas y construir la Carta de la Comuna para alimentar el
Plan de Ordenamiento Urbano Local con una visión inclusiva y participativa de la
comunidad, autoridades por votación popular así como las del Estado. Para darle
a la política de regularización de la tierra, una visión más allá de lo
financiero. Ratificar lo que verdaderamente es: una política para la
construcción de hábitat y Buen Vivir. Es importante que no se maneje a la
ligera el "requisito" de la Carta del Barrio para el título de tierra
urbana, y se posicione en su justo lugar con la concurrencia de quienes pueden
aportar conocimiento, experiencia y sapiencia en el fortalecimiento y mejora
del hábitat en nuestros barrios; para evitar así que el fin último sea irse de
allí. ¡En el barrio se puede vivir bien!
“La arquitectura de la pobreza no justifica la
pobreza de la arquitectura” Fruto Vivas.
Bicicletas. Muchos pueblos y ciudades del
país, aún mantienen, a duras penas, el uso de la bicicleta para ir a la fábrica
o al colegio. En bicicletas, bodegas y boticas, repartían a domicilio. La
dinámica urbana extranjerizante, del norte consumista, centrada en el vehículo
privado destruyó cultural y económicamente todo tipo de movilidad diferente a
él. El impulso a las bicis que se observa en estos momentos en Caracas, debe potenciarse
y extenderse a otras ciudades. Puede ser un vigoroso medio de transporte en
cortas y medianas distancias. En los pequeños poblados de regiones en
desarrollo, como la Faja Petrolífera del Orinoco, la bicicleta y la moto, deben
ser los medios de movilización prioritarios seguidos por el transporte público.
Prescribiendo, culturalmente y en la cotidianidad, la “necesidad” del carro
particular.
LEY FALLIDA
En la Cuarta apareció la Ley Orgánica del Régimen Municipal con disposiciones sobre el desarrollo urbano y las debidas competencias. Prohibía la venta de ejidos, cuando bien poco quedaban de los mismos, después de la subasta que de ellos hicieron los precarios Concejos Municipales. Regulaba las rezonificaciones, norma que pareciera no haber existido, ante el reiterado incumplimiento aún hoy, como sucede en municipios del este de Caracas. Alberto Urdaneta.
Esa maldita pared. Ante la impotencia
argumental frente a la Gran Misión Vivienda, un sector mediático, politiquero y
profesional se la dedicó a la pared que voló en Ciudad Caribia. ¡Qué falta de
oficio!, decía la abuela Chea.
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