miércoles, 1 de mayo de 2013

AyB 294 - 20 Octubre 2011

AyB 294 - 20 Octubre 2011






PANTAGRUÉLICO ATAQUE AL MUSEO DE ARQUITECTURA


El Museo de Arquitectura en la avenida Bolívar (CCS). Foto de Hugo Rivas 2011.

Rebuscada palabra francesa, aplicada a fiestas y banquetes en los que se come y bebe demasiado. Así es el “todos contra uno”, frente a un modesto y significativo espacio para el debate de la arquitectura y la ciudad, en los nuevos tiempos. Cuando se necesita compromiso y seriedad, debate y aporte, construcción y respeto, de suma y seguir adelante, veamos algunas expresiones destempladas de ciertos arquitectos.

El Museo: “Perjudica los valores patrimoniales del Nuevo Circo de Caracas, obra sin considerar el entorno y sus valores, tosca, barata, sin concurso nacional, auto-otorgándose a dedo, horror estético, mamotreto, súper rancho, lo que no se debe hacer, galpón industrial, de carretera, desagradable, áspero, mercado de buhoneros, mausoleo, cuarto mundista, revolución del rancho, proyecto rastrero, Venezuela rumbo a un paisito como Haití o Somalia”.

La persona: “Burla a la ética profesional, actitud obediente, corrupción material e ideológica, ignominia, yo atropello, tú atropellas, él atropilla, nosotros atropellamos, vosotros atropelláis, ellos arquipillan, avanzado proceso de senilidad, profesionales serviles, sometido a este régimen que sólo sabe destruir, ¿devoción febril ó demencia senil?, grupete importante que arrodillan sus actos creativos ante la barbarie, buchones, algún día tendrán que dar explicaciones, la justicia es ciega pero la historia no perdona”.

Pero callan cuando otros hacen, sin concurso, escuelas, plazas y gimnasios. O destrozan sectores como, dos ejemplitos: Campo Alegre y Las Mercedes, para satisfacer, sin concurso, las insaciables ansias económicas de pocos. Callan, cuando se construyen, sin concurso, gigantescos templos “sambilísticos”, que requieren enormes gastos públicos para paliar sus impactos. Cuando se derrumban “galipanes” para copiar, sin concurso, las fachadas de vidrios del norte, pero ineficientes en el trópico y el terremoto con ellas desguazará a más de uno. Cuando el país requiere buenos diseñadores de urbanizaciones y viviendas populares y brillan por su ausencia. 

¡Uy, qué extensa es la lista! Más bien, ¡Juan Pedro (alias Posani), termina ya ese museo! Para que los arquitectos lo critiquen. Debatan la arquitectura, la ciudad, y cómo repensarlas. Sin descalificaciones ni adjetivos. Con obras, ejemplos y experiencias. Con saberes, rigor, franqueza, amistad, tolerancia, honestidad, pasión. En fin, como gente.


PLANIFICACIÓN Y NATURALEZA

1 La ausencia o tímida presencia de planificación, tiene efectos. Hay múltiples ejemplos. Cuando son de alto impacto social, económico y ambiental, amerita revisarlos. No sólo para reaccionar, sino para rectificar y cambiar políticas y gestión institucional. Es el caso del Lago de Valencia del cual nos hace referencia Ernesto González (EG), director del Instituto Experimental de Biología (UCV).

2 EG escribe: “A finales de los 70´s, el lago sufría un proceso de desecación natural. Acelerado por las actividades humanas, lo cual generó que alcanzara su nivel mínimo. Desde entonces, y debido a los requerimientos de agua en la región, su nivel fue elevándose por el desvío de aguas desde cuencas vecinas, incluyendo la del Caño Central del río Cabriales. Como consecuencia de ello, el nivel del lago subió, y hoy se encuentran inundadas áreas agrícolas y urbanas.

3 ¿Por qué se permitió poblar zonas aledañas a lo que era parte del lago en el pasado? Se sabe que el Lago de Valencia era conocido como el gran Lago de Tacarigua, cuya cuenca se extendía hasta la hoy ciudad de Cagua. Este gran lago tenía una salida natural hacia la cuenca del Orinoco a través del río Pao. La desecación, antes mencionada, lo convirtió en un lago endorreico, es decir, sin una salida, sin desagüe.
4 Al desconocer estos “detalles” de la cuenca, de la naturaleza, hicieron que al desviar las aguas del Cabriales hacia el lago, éste recuperara sus niveles y comenzara a “reclamar” sus espacios perdidos, ocupados por urbanismos. La situación se ha tratado de controlar mediante el desvío de ríos, incluyendo el del Caño Central, además con diques de contención.

5 Este caso fue un proceso de aumento gradual de las aguas, que difícilmente generaría pérdidas humanas, aunque sí económicas y materiales. Pero la falta de planificación y el desconocimiento pueden originar consecuencias más graves. Hay casos recientes en centros poblados e incluso, grandes ciudades.

6 La vaguada de 1999 es un ejemplo de lo que puede pasar si no hay planificación y se desconocen los procesos que ocurren en nuestra naturaleza. El estado Vargas cambió su fisionomía, con muchas pérdidas de por medio. Urbanizaciones fueron construidas en los cauces de lo que aparentemente eran pequeñas quebradas. El fenómeno recurrente de deslaves en la zona fue obviado, y las crecidas de ríos montañosos, de gran pendiente en la vertiente norte del Parque Waraira Repano, arrastraron al mar junto con los sedimentos las construcciones y personas encontradas a su paso, dejando un triste saldo de pérdidas en general. Ya habían ocurrido otros deslaves y pueden encontrarse reportes de los mismos para los años 1758 y 1951.

7 Zonas de la gran Caracas han sido construidas sobre cauces secos y rellenos. Con cierta recurrencia, las precipitaciones hacen ver lo que son vestigios de esos cauces, poniendo en riesgo vidas además de viviendas y otras edificaciones. Están frescas las imágenes de la vaguada de 2010.

8 Y como estos casos, nuestro territorio está lleno de incontables casos similares. La planificación de construcciones y centros urbanos debe considerar la historia y el conocimiento de la naturaleza, obviarlas puede traer consecuencias duras que lamentaremos siempre”.

9 Claro ejemplo que nos recuerda EG. Hoy, cuando ha comenzado uno de los retos más necesario, intenso, impactante y prometedor, pero a la vez lleno de riesgos e incertidumbres, como la Gran Misión Vivienda Venezuela, estas reflexiones sobre el desarrollo territorial y urbano, son oportunas y didácticas.

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