EL PARAISO PERDIDO
Caracas 1948. 610.000 habitantes, sin
congestión de tráfico, con bajísima delincuencia, con grandes extensiones de
terrenos libres, verdes, a su alrededor, clima fresco, primer presidente
elegido por voto popular directo, abundante petróleo para sembrar. Muchas cosas
más, hermosas y también abominables. Pero otro mundo liquidado por la
perspectiva del desarrollo. ¿Tiene remedio Caracas? ¿Por qué no? Oportunidades
existen para mejorar sensiblemente su calidad de vida.
Una de ellas es la presencia de áreas
importantes que en su origen tuvieron su función y su objetivo pero con el paso
de los años se han hecho obsoletas, irreconciliables con la nueva vida urbana
que las ha rodeado y sobrepasado. Este es un fenómeno que se ha dado y se está
dando a escala mundial. Las grandes zonas militares, industriales, aeropuertos
y grandes complejos similares se están reubicando en sitios más adecuados y los
terrenos liberados ocupados por grandes equipamientos colectivos no exentos de
la presencia de viviendas. Son famosos los casos de Paris y Barcelona. En
Caracas hay situaciones de este tipo y representan una extraordinaria
oportunidad para acciones que eleven considerablemente la calidad de vida de la
ciudadanía.
Ahí está el antiguo aereopuerto de La Carlota , con algo más de
100 Ha., magnifica accesibilidad teórica a través de medios masivos de
transporte colectivo y una excelente y casi céntrica ubicación. Desde que se
prohibió su uso como aereopuerto han surgido muchas propuestas sobre el uso que
debe darse a esos terrenos. Algunas de viviendas, felizmente desechadas, y
otras con ideas nunca sometidas a la discusión pública. Ahora existe un Decreto
que define al antiguo aereopuerto como Parque Simón Bolívar.
La importancia de La Carlota , para Caracas y su
zona de influencia es demasiado grande como para que se produzca una carrera
desenfrenada para que alguna individualidad aproveche la oportunidad para darle
forma a su destino. El proyecto, el diseño, es demasiado importante y es más
que nunca poner en competencia todo el talento creador de nuestros mejores
arquitectos. Hay tiempo para ello. Pero antes de abrir el concurso de diseño
hay que llegar a un consenso amplio sobre el contenido, es decir sobre las
actividades que se van a ubicar en ese terreno, su tamaño relativo y absoluto,
sus relaciones y su secuencia de realización, con la previsión de adecuadas
interfases entre las tapas. En resumen hay que tener un buen programa, bien
estudiado y consensuado que sirva de base, de término de referencia, para el
concurso de diseño.
Aquí van algunas ideas sobre un programa muy
preliminar encargado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología hace unos 3
años. El objetivo general básico había sido establecido y definía un marco
amplio: el Parque debería albergar espacios recreativos e interactivos, basados
en la ciencia y la tecnología, así como un área ferial. Indudablemente que las
actividades a localizar tenían que considerarse como equipamientos colectivos
metropolitanos, pensados por lo menos para la Región Capital
(Distrito Capital, Vargas, Miranda), y que impactaran con fuerza en el aumento
de la calidad de vida. Un criterio fundamental fue que los visitantes deberían
salir con el deseo de volver. Por lo tanto las actividades tienen que ser
agradables y atractivas. Durante su permanencia deberían recibir informaciones
valiosas para incrementar su saber y su nivel de conciencia. Sobre la realidad
y la historia nacional y universal y motivar su interés por la ciencia y la
tecnología, siempre de forma interactiva. El tiempo libre y su uso creativo en
nuestra época se ha trasformado en un derecho humano fundamental, la nueva
ciudadanía exige ampliar y democratizar esferas de la vida social y personal
que antes estaban reservadas a estratos privilegiados. Esta debe ser la base
conceptual para definir los usos de La Carlota.
¿Cuáles son las actividades urbanas que
calificarían para ubicarse en el Parque Simón Bolívar? ¿Existen lugares
adecuados y suficientes para estas actividades dentro del Área Metropolitana?
Podemos señalar entre otras algunas que calificarían perfectamente pero que ya funcionan
en otros sitios y por lo tanto no requieren ser localizadas en el Parque Simón
Bolívar. Grandes eventos políticos.
Desde hace años la Avenida Bolívar, del Silencio al Teresa Carreño, ha
demostrado ser capaz y a veces demasiado grande para las grandes
concentraciones políticas. Grandes
eventos deportivos. Los estadios universitarios rara vez se llenan. Ninguno de los proyectos manejados para
construir otros estadios en Caracas ha prosperado. Espectáculos musicales importantes. Normalmente no requieren
instalaciones especiales y se realizan en los estadios universitarios o el
campus de la Simón Bolívar y también en La Carlota, pero no requieren un área
reservada específicamente para ellos. Parques
para la recreación pasiva. Tienen sus fanáticos que juran que no hay
suficientes en Caracas y hasta sueñan con idílicas lagunas llenas de patos. La
verdad es que no son necesarios parques pasivos grandes. Están los Parques Nacionales
que forman el Cinturón Verde Protector del A.M. de Caracas y muchísimos parques
y paseos internos.
En cambio hay varios que faltan por completo o
son muy insuficientes: Instalaciones para grandes ferias rotativas y grandes
exposiciones semi permanentes. Instalaciones para congresos, convenciones y
otras grandes reuniones nacionales e
internacionales importantes, parques temáticos prácticamente inexistentes en
nuestro país y con gran auge en el exterior, museos y galerías con moderna
dinámica y ámbitos como el histórico, antropológico, movimientos sociales,
tecnologías de punta y similares. Estas instalaciones requieren áreas de
terreno cubiertas de poca extensión y quedaría además un altísimo porcentaje
del terreno sin techar, áreas libres de recreación y socialización activa.
Nunca pasiva. Habría mucho más que decir.
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