FAJA NUESTRA
Una vez más, el gobierno se “juega a Rosalinda”, como lo hizo desde sus inicios y el año pasado con la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV). Ahora es con la Faja Petrolífera del Orinoco, la cual es, quizás, el mayor reto del país en estos tiempos. Allí se materializará, en un territorio casi virgen, lo que se entiende y desea como socialismo. Seguimos con ese tema a través de algunas propuestas básicas, las cuales tendrán pertinencia si son adelantadas con el poder y “saber cimarrón”. Veamos algunas.
Plan rector
integral. El cual precisaría los enfoques y criterios cardinales para regir toda
actuación, en la Faja, en cada área, micro región o poblado. Dichas pautas enmarcarían
la gestión pública y privada, los proyectos petroleros, no petroleros, de
infraestructura, urbanos y de vivienda.
Equipos
transdisciplinarios. Para ejecutar, supervisar y controlar, las políticas y planes,
formulados por el ente superior de la Faja. Se sugieren en dos ámbitos
geográficos. Uno por cada área de las cuatro que la conforman. Serían unidades
de coordinación y control. Y los equipos
locales de proyecto, ejecución y seguimiento, en cada poblado o grupo de ellos,
que deben radicarse en los propios pueblos. Habrían entonces tres
niveles coordinados de decisiones, con alcances definidos y operando dentro de
la Faja según sus funciones.
Decisión
vital. Dictar los instrumentos normativos, oportunos y adecuados, para transformar
el régimen de propiedad, uso, valor, vocación y demás características de la
tierra en toda la Faja. Este es un aspecto fundamental en la nueva realidad.
Nuevo
alojamiento inmediato. Mediante un programa de asistencia técnica y crédito
favorable, incluyendo subsidio, para que la familia que lo desee, y sea viable,
amplíe su actual casa. Estas ampliaciones serían residencias a disposición en muy
corto plazo para los empleados y trabajadores de la industria petrolera y no
petrolera, por un tiempo a fijar. En un futuro serían para hijos, alquilar,
vender, posada, etc. Sería una vía para densificar ordenada, deseada y
racionalmente a los actuales poblados y dotar a sus comunidades de ingresos
adicionales.
Servicios
comunitarios. Junto al anterior programa debe aplicarse otro similar, para que
las familias beneficiarias del mismo y vecinas, construyan y equipen, espacios
rentables en sus parcelas, para restaurantes, lavado de ropa, y otros servicios
locales, para atender a los nuevos migrantes.
Nuevas
ciudades. Lo conveniente, en un inicio, es que no se prevean grandes ciudades.
Por el contrario, la ocupación urbana debe enfocarse, mediante asentamientos
racionalmente extendidos según los poblados existentes y “acorde con la
historia sociocultural de la región”, como bien lo expresa Mario Sanoja.
Nuevas
urbanizaciones. Además de insertarse dentro del plan rector de los poblados,
deben concebirse como extensión natural, integrada y complementaria de la
estructura urbana existente. Sin sobresaltos. Las nuevas escuelas, centros de
salud, parques, sistemas de basura, etc., y las redes de agua, energía,
drenajes y cloacas, deben satisfacer los requerimientos de la nueva población y
también las carencias y déficits actuales. Pero aún más notable es que en
dichos equipamientos deben mezclarse la nueva y la actual población.
Diseño
urbano. El proyecto de los conjuntos de viviendas, debe estimular la
participación y organización comunitaria. Las familias se agruparían según sus
nexos socioculturales y en número conveniente para compartir, administrar y
mantener, los espacios, equipamientos y servicios. Jamás repetir lo que
llamamos el “orden cerrado” de muchas urbanizaciones, por ser monótonas,
ineficientes, costosas y anti comunitarias.
Industrializar
la vivienda. La construcción es una actividad multiplicadora de una amplia
diversidad de procesos productivos como la manufactura, transporte y
comercialización de insumos y materiales, servicios complementarios, mantenimiento,
etc. Ello genera una variada gama de centros productivos a escala comunal, que
le daría a la región una alternativa de empleo permanente y estable al
trabajador local y al que después de la construcción de la infraestructura petrolera
y no petrolera, pueda y quiera quedarse.
Tecnología
nuestra. La enorme demanda constructiva en la faja, y por un largo período, es
un tremendo laboratorio para probar los sistemas constructivos disponibles. Más
aún, desarrollar nuevos acorde con la naciente estructura ideológica, económica
e industrial del país. La participación de empresas venezolanas en la
construcción de infraestructuras y edificaciones en la Faja, inducirá a un
fortalecimiento de la nueva realidad constructiva-tecnológica-industrial
nacional. Lo cual se potenciaría, si algunas tecnologías foráneas en uso en la
GMVV, son adaptadas a nuestra realidad para formar parte de la nueva tecnología
nuestra: “venezolana, colectiva y emancipadora”, como se planteó en el recién concluido
1er Congreso Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Finalmente,
esto es sólo un apretado extracto para invitarles al debate constructivo. La
Faja es la más colosal oportunidad del país para transformarse y mejorar. Es
demasiado importante para verla sólo como una fuente de recursos. Lo que está
de por medio es, sin duda alguna, la forma cómo se materializa en la práctica
concreta el proceso de cambios hacia el socialismo nuestro. ¡Adelante!
Pueblo tradicional (Pintor Luis Barón) |
NAVEGACION FLUVIAL
1 Con satisfacción vemos retomar la navegación fluvial. Años atrás tuvo papel significativo. Baste mencionar que el Puerto de Nutrias sobre el río Apure, en el estado Barinas, tenía rango internacional.
2 La
navegación para transporte de carga y de pasajeros por el Orinoco fue decayendo
hasta llegar a realizarse solo para minerales exportables. Esfuerzos de
reactivación con el Eje Orinoco-Apure, tuvieron alguna importancia, sin mayores
avances.
3 Hoy vemos
decisiones y hechos para reactivar esta importante vía de comunicación.
Venezuela tiene miles de kilómetros navegables, en ríos como el Orinoco, Apure,
Portuguesa y otros. La ruta, fundamentalmente este-oeste, comprende los estados
Táchira, Apure, Barinas, Portuguesa, Cojedes Guárico, Amazonas, Bolívar,
Anzoátegui, Monagas y Delta Amacuro, 11 Estados con conexión fluvial navegable,
expedita para transporte de carga y de pasajeros.
4 El
transporte fluvial es entre 3 y 5 veces más económico que por ferrocarril o por
carretera. Es menos contaminante, moviliza mayor número de empleos y reactiva
una cantidad considerable de comunidades ribereñas, bastante relegadas.
5 El
dragado, acondicionamiento de puertos, entrenamiento de personal y barcos
propicios, recientemente adquiridos, que se levantan sobre un colchón de aire,
permitiendo navegar con poca profundidad de calado y a mayor velocidad, son
muestra del reciente impulso.
6 Nueva era
para la navegación fluvial, significativo incremento, como parte del desarrollo
vinculado al grandioso Eje Orinoco. Vendrá el turismo. Cruceros con naves
acondicionadas, nos llevarán por ríos a parajes extraordinarios, a nuestros
pueblos, visualizando sus características en costumbres, gastronomía, folklore,
artesanía, balnearios. Turismo nacional e internacional de gran calidad. Alberto
Urdaneta.
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