UN BULEVAR, DOS VISIONES
1 Cuando una empresa pública, el Metro de Caracas, en los años 80 termina ese importante sistema de transporte, construye el bulevar de Sabana Grande en sustitución de la Calle Real existente. Fue un sub producto urbano trascendental. La construcción de un sistema masivo transformó calles en bulevar. Fue un esfuerzo público por ser iniciativa y obra institucional. Integral porque abarcó aspectos distintos a los de la arquitectura y la ingeniería. Colectivo porque intervinieron instituciones, empresas, comunidades, profesionales y pare de contar.
2 En 2007, 24 años después, otra institución pública, PDVSA La Estancia,
con similar visión, inicia el complejo desafío de rehabilitar ese bulevar. El
objetivo fue actualizar y potenciar su importancia y necesidad como espacio
público emblemático. En conjunto con la alcaldía de Libertador, Metro de
Caracas, empresas de servicios públicos y un sinfín de otras empresas, consejos
comunales, comerciantes, profesionales de la arquitectura, ingeniería,
abogados, economistas, sociólogos, trabajo social y muchos más.
3 PDVSA La Estancia concibe y coordina el proyecto, construye las obras
y mantiene hasta hoy, ese vital espacio urbano. El proyecto fue formulado,
definido y enmarcado dentro de los lineamientos muy precisos elaborados por
PDVSA La Estancia y sus asesores, la alcaldía de Libertador y el Metro de
Caracas. Fue dirigido, también, por el equipo de PDVSA La Estancia, convocando
a cinco grupos de arquitectos e ingenieros. Cada uno, bajo la supervisión y
directrices de PDVSA La Estancia, diseñó un componente de los cinco que
conformaron el proyecto.
4 Uno de los grupos formuló el sistema de movilidad vehicular y peatonal
que fue lo estructurante del proyecto. Otro, diseñó el dibujo del pavimento, el
cual tenía que ser con el mismo adoquín, colores, forma y especificaciones,
según los términos elaborados por PDVSA La Estancia y eliminando escalones y
diferencias de nivel, en lo posible, para darle continuidad a la movilidad de
personas y vehículos. El tercero diseñó el mobiliario urbano y las
señalizaciones. Otro el paisajismo y la protección climática. Y el quinto
grupo, se encargó de la publicidad, fachadas y elementos visuales. Además se
ubicaron esculturas, murales y otras obras de arte, así como equipos para
diversión de niños y adultos, y las cubiertas tipo tenso estructuras, todo ello
por iniciativa de PDVSA La Estancia.
5 En fin, el bulevar fue responsabilidad y ejecutoria bajo un enfoque
colectivo, pluridisciplinario, con la participación democrática y técnica de un
rico entramado institucional, comunitario, privado y profesional, como debe ser
un bien público de tal magnitud y trascendencia, patrimonio de todos.
6 ¿Cuál es la otra visión? La del reality
show. Una persona, la que sólo y puntualmente diseñó el dibujo del
pavimento, presenta el proyecto del bulevar, a nombre personal, e inconsulta,
en concursos y eventos nacionales e internacionales. Unos curadores lo avalan.
Gana menciones. Y ya. Se resume todo a una acción individual, irresponsable,
con consecuencias éticas y penales. A un gremio que halaga obras únicas y a sus
“dioses”. Esa es la otra visión, la de un club que admira y elogia a la
banalidad, el individualismo, la abstracción y la fama, al peor estilo premios Oscar o Grammy. Envidian y aspiran a formar parte del jet set de la farándula arquitectónica.
7 Así es. Lo colectivo, lo social, lo racional, lo prioritario, la
ciudad, la gente, la vida, que es lo que concibe y ha adelantado el gobierno,
versus el individualismo egocentrista, trivial y descarado ¡Qué pena! ¡Pero mosca!,
no es casual, es una diferencia clave de las dos opciones que se debaten en
estos tiempos de cambios. ACTITUDES INSÓLITAS
Nota. Esta reflexión fue del jueves pasado pero como ÚN no salió a la calle, nos pareció importante publicarla esta semana.
Todo el que opina sobre asuntos públicos hace
política o politiquea. Depende del fin que persiga. Cuando un gobernante ineficiente
critica al que si realiza, y además ofrece lo que no ha cumplido, es
politiquear.
La oposición al actual proceso de cambios ha
asumido su apelativo literalmente y sin reflexión. Es oposición y punto. Está
en contra de todo. No puede apoyar, ni hacer crítica constructiva. Sólo
obstruir contra viento y marea. ¡Ni pensar en colaborar! ¡Vade retro, Satanás!
Eso explica el descabellado rechazo, por
ejemplo, a las concreteras en La Carlota, futuro parque Bolívar, en Caracas. No
así a las regadas por la ciudad en grandes obras y privadas. Las concreteras
han estado, desde que existen, en toda construcción de cierta magnitud,
especialmente en las privadas, por disponer este sector de mayores recursos
financieros para usarlas. Y nunca se les opusieron en la cuarta ni en la
quinta.
Hoy, las concreteras de La Carlota son un
riesgo catastrófico. Pero las privadas frente al CC Millenium no. Hoy, las viviendas para las familias pobres y
damnificadas, en construcción en terrenos “engordando”, están colapsando los
servicios. Pero los cambios de usos y de zonificación, al este de Caracas,
sobre densificando sectores sub servidos, esos no afectan nada.
Las viviendas de la Gran Misión Vivienda están
destruyendo a Caracas. Pero las densificaciones arbitrarias, de acomodaticia
legalidad, en Chacao, Baruta, Sucre y El Hatillo, y la retahíla de residencias,
malls y esperpentos arquitectónicos,
en el sureste de la ciudad, nada que ver. Están “mejorando” la calidad
ambiental de esas adustas tierras de “monte y culebra”. Así lo creen.
Tienen que erradicar la actitud opositora per
se. Sacudirse el antagonismo crónico que padecen y tratar de construir una
alternativa seria y viable. Lo cual es imposible por ese camino. Como hemos repetido
mucho, cuando se ha tomado el rumbo correcto, como el actual proceso de
cambios, aún cometiendo errores vamos hacia el destino deseado. Pero por el
camino equivocado, hasta con éxitos aparentes, conduce al precipicio, al vacío,
al desastre. Pero de todos.
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