Cambiar enfoques o invasiones para siempre
Vientos creadores invitan a entender
la realidad y cambiar la visión equivocada sobre ciudad vivienda.
¿No es
obvio que se ha ignorado el binomio ciudad-vivienda y que invasión y rancho son
pruebas del fracaso en vivienda, pero también del imaginario y capacidad
constructora popular ante la incapacidad del Estado? ¿No es obvio que la
política de vivienda completa excluye a las mayorías y que es ineludible cambiar
el enfoque? Aún falta una visión política sobre la vivienda y sobra una
visión simplista, como un fin en sí misma. Ello no cumple con las expectativas
del pueblo, en momentos de cambios esperanzas.
Son tiempos de inclusión,
solidaridad, de pagar deudas en salud, nutrición, empleo, educación, cultura, en
fin, de construir, Estado y población, el deseado desarrollo de hoy y
mañana.
Se cambia de rumbo, o correr detrás de las invasiones para
resolver sus insuficiencias ¿y a qué costo? El viraje es priorizar la
prevención de necesidades y demandas y minimizar así las invasiones y sus
secuelas.
¿Cómo hacerlo? Cambiando la estrategia para desarrollar una
política sostenida de producción de parcelas, servicios, equipamientos urbanos y
viviendas, en la cual gobierno, privados y comunidades participen activamente.
Más que construir viviendas completas para pocos, hay que crear condiciones para
que los venezolanos puedan participar en la producción de viviendas o acceder a
una, según responsabilidades y capacidades.
Se están dando pasos en
planes financieros, estímulo y capacitación a cooperativas de producción de
insumos y construcción, organización institucional, asignación de recursos, etc.
Falta formular una política y un plan nacional de vivienda, definir
responsabilidades y competencias de los diversos ámbitos de gobierno, pri vados
y comunidades, impulsar una política industrial en vivienda, iniciar un programa
masivo de adquisición de tierras y construcción de urbanismos en ciudades y
zonas prioritarias, innovar en técnicas y formas constructivas, etc. Es el
momento de que el Estado “sirva la mesa” y la gente disponga de los
“ingredientes para servirse la vivienda” según necesidades y disponibilidades.
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Repensar la vivienda
No está claro cuál es el proceso de
producción de la vivienda que debemos adoptar. Mientras la mayoría de la
población ha inventado un proceso de producción que le permite habitar mientras
construye su vivienda y logra algunos servicios urbanos, el sector público sigue
un proceso lento, con una cobertura deficitaria de las
necesidades.
Necesitamos primero saber lo que ocurre en la realidad y
después pensar en las soluciones, en lugar de seguir aplicando fórmulas de
producción diseñadas para otras realidades socio-económicas.
La
producción del sector público siempre ha estado por debajo de las necesidades.
La experiencia ha demostrado que por cada dos viviendas que produce el sector
formal, el sector informal produce tres viviendas aceptables. ¿Por qué
empeñarnos en seguir las mismas fórmulas, en lugar de aprender de la
realidad? La población ha demostrado que puede construir sus viviendas -
sobre todo con el apoyo adecuado - pero no puede construir el urbanismo. ¿Por
qué no darle prioridad a la construcción del urbanismo? Si no ofrecemos
suficiente tierra urbanizada crecerá la marginalidad urbana con todas sus
secuelas sociales. Es necesario tomar medidas para alterar el curso del
crecimiento de la marginalidad, causante de la inestabilidad vital de millones
de niños.
Museos como Obras de Arte
La tipología que hace más de un siglo
impuso una revolución en la arquitectura (con ella nació la arquitectura
moderna), fue la de las estaciones del ferrocarril.
Hoy es la de los
museos, la que en ciudades grandes y pequeñas del mundo 'desarrollado' está
dando la hora. El público asiste a los museos cada vez más masivo e interesado.
Es factor determinante de lo que ahora se llama turismo cultural. La
arquitectura de los museos se ha vuelto una oportunidad excepcional para que
instituciones públicas y privadas, así como arquitectos talentosos y/o célebres,
realicen sus sueños de hacer brillar nombres de ciudades hasta ahora casi
desconocidas en los mapas mundiales de la cultura. Tan es así que el público
asiste a los centenares de nuevos museos, pequeños, medianos y grandes, más para
asombrarse con el espectáculo de las arquitecturas fantásticas, que para ver las
obras de arte.
El Louvre, el MOMA, el Pompidou, todos los grandes museos se
multiplican como tentáculos de la fiesta de la cultura, en ampliaciones,
ensanches y extensiones. La tarea museográfica es ahora asunto de
franquicia.
Uno de los tantos ejemplos recientísimos: la ampliación del
Museo Pompidou en la ciudad francesa de Metz. El talento del arquitecto japonés
Shigeru Ban permitirá construir un edificio sensacional de 11.500 m2. al costo
envidiable de 35.5 millones de euros.
Si tomamos en cuenta que a las
salas del Louvre (pero, ojo, también a sus tiendas, cafés y restaurantes)
asisten anualmente 6 millones de personas, se entenderá fácilmente porqué se
habla de turismo cultural.
Sin embargo, cabe preguntarse si es ese el
modelo de museo deseable para la realidad de nuestra cultura... Imitar o
inventar, sigue siendo, en esto también, el reto histórico.
Nota
Aceras y Brocales ve LUZ en Maracaibo
El profesor Sergio González, de la
Facultad de Arquitectura de la Universidad del Zulia, inició la semana pasada
una discusión con sus estudiantes sobre los temas tratados en esta página.
Bienvenidos sus aportes y críticas, para enriquecer el necesario debate sobre
políticas urbanas y vivienda. Informa que ahora están diseñando 'Viviendas
progresivas sostenibles' para el Barrio Ezequiel Zamora, a través del Instituto
de la Vivienda del Municipio Maracaibo, IVIMA en coordinación con los Comités de
Tierra Urbana de dicho
barrio. |
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