El tráfico, trauma urbano
Media hora, tres cuartos de hora, una hora,
dos horas. Tras meses y años, una acumulación de tiempo que parece infinita se
le resta a la vida promedio del caraqueño de hoy. Horas y horas de vida perdida,
encerrados en unas latas metálicas medianamente confortables, en las colas de la
gran ciudad.
El aire acondicionado, la música de la radio o del
reproductor, el asiento cómodo, no hacen sino confundir y tratar de borrar el
hastío y el desespero. Pero la realidad, ya mencionada innumerables veces por
innumerables voces, se resume en pocas frases: el tráfico de vehículos en la
ciudad moderna es absolutamente irracional. De una irracionalidad tan grande que
no dejará de asombrar a nuestros tataranietos, cuando, con ojos de
historiadores, examinen la realidad cotidiana de los siglos XX y XXI. Pero,
delante de nuestros ojos de hoy, el impacto de la evidencia: la imposibilidad,
en los términos actuales, de conciliar el mito tremendamente atractivo del carro
(el automóvil particular, símbolo supremo de la libertad individual) con la
oportunidad que ofrece la tecnología inteligente del transporte como asunto
colectivo.
En el caso concreto de las ciudades venezolanas, y en
particular de Caracas, las causas del creciente colapso del sistema de
comunicación y transporte, estriban en el crecimiento poblacional acompañado, en
los ultimísimos años, del incremento vertiginoso de las ventas de carros. Es un
cálculo elemental: si en el mismo kilometraje de calles rueda, digamos, el doble
de vehículos, no cabe la menor duda posible que la tranca va a ser monumental (o
majestuosa, como suele decir un candidato de la oposición). Las soluciones son
varias.
Pero dos de ellas son de cajón: aumentar, flexibilizar y mejorar
de manera radical y sustantiva, al sistema de transporte público y, al mismo
tiempo estimular la reducción del uso del vehículo particular. Un programa
nacional gigantesco que comporta trenes, autobuses, metros etc. Pero otra
fórmula inteligente, que sin embargo esté tal vez más allá de nuestra capacidad
actual de racionalidad colectiva, está en cambiar el tipo de carro que estamos
utilizando.
Porque motor, consumo y dimensiones, son completamente
ineficientes en relación con su uso urbano.
En países, aparentemente más
inteligentes que el nuestro, eso se está aplicando desde hace años. En la India,
en Cuba, en Perú, en Vietnam, por no mencionar también el caso de muchos países
desarrollados, el vehículo reducido al mínimo indispensable para su uso urbano,
es un hecho normal. Modelos extremadamente económicos, diseñados especialmente
para taxis, son corrientes ¿Es una idea demasiado loca que el ministerio de
Ciencia y Tecnología apadrine un concurso nacional o internacional para el
diseño - y la construcción de un prototipo - de un pequeño vehículo que saque
provecho de nuestra capacidad industrial y de las excepcionales condiciones
ambientales de nuestra latitud? ¿No sería éste un pequeño paso de acercamiento a
la racionalidad social que se supone está a la base del proceso actual?
SUGERENCIAS DE UN CHOFER DESESPERADO
Mientras se hace -si es que algún día se hace- y
ejecuta un plan vial, así como un plan de transporte público como el de Curitiba
o Bogotá; se podrían aplicar una serie de pequeñas medidas, pero de mucho
impacto en el mejoramiento del tránsito de Caracas: Campaña para modificar el
manejo irresponsable, al estilo de Renny Ottolina, para que a los choferes
caraqueños se les meta en la cabeza: que en gran medida son ellos los
responsables de las trancas, en especial a los profesionales del volante ¡el
desorden en el manejo es gran responsable de las trancas!: Evitar quedarse en
medio de una bocacalle sin poder pasar, aunque tenga luz verde. Que los
autobuseros paren solo en las paradas señaladas, y no hagan varias colas, que no
bloqueen las bocacalles vecinas a las paradas, etc.
- Que los taxistas no se estacionen en cualquier sitio, que impere el respeto por los demás al tomar o dejar a los pasajeros.
- Seguir su cola de acuerdo a donde se dirige y no bloquear los canales vecinos que tienen flujo libre, formando embudos, como sucede en la Plaza Venezuela.
- Ser amable y dar paso, tanto a peatones como a otros vehículos.
- Vigilancia eficiente, una dirección de tránsito municipal que se ocupe y prevea los posibles nodos de conflictos y actúe oportunamente: Revisar la frecuencia de los semáforos en las vías de mayor flujo.
- Revisar la ubicación de las paradas de autobuses para evitar la obstrucción que producen muchas de ellas, un caso a resolver es la parada de la Av. México con Puente Brión.
- Revisar la ubicación de las estaciones de taxis considerando su impacto en el tránsito de la zona.
- Canalizar el paso peatonal y su cruce con semáforo en sitios como en la Av. Vollmer con Cervecería.
- Restringir las horas de descarga en zonas conflictivas y hacerlas cumplir.
- Igualmente para estacionar.
- Vigilancia oportuna en esquinas y horas de mayores trancas, en especial donde los semáforos dan paso sin ser posible la continuidad, creando tapones para las otras vías.
- Que la policía de tránsito deje de matraquear y sancionen a los infractores.
- Tapar los huecos de las calles!!!.
- Sancionar aquellos que obstruyan los pasos para inválidos.
- Establecer un sistema de sanciones, en el que se pueda perder la licencia de conducir mediante la acumulación de puntos negativos, por infracciones de tránsito, como se ha establecido en algunos países de Europa.
- Establecer una página Web, en las Alcaldías, para recibir sugerencias de puntos de conflicto a resolver, denuncias de matraqueos o mala actuación de la policía y actúen en consecuencia.
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Si se
diseñara, construyera
y mantuviera un sistema de transporte público terrestre en las ciudades ¿sería
una estocada mortal al tráfico urbano? ¿se ahorraría energía e impactos
negativos al ambiente? ¿la gente se trasladaría con eficiencia y rapidez?
¿mejorarían la calidad de las ciudades? ¿aumentaría la productividad?
Si se construyeran
nuevas vías y se ampliaran las existentes en los
barrios ¿se incorporaría a la ciudad a esos venezolanos excluidos? ¿ante
emergencias habría forma de atender esas zonas, en un sismo por ejemplo?
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