martes, 12 de febrero de 2013

AyB 021 - 09 Febrero 2006
Últimas Noticias | Jueves 09 de Febrero de 2006

¿Hacen falta viviendas en Caracas?

 
Henrique Hernández / Alejandro López
Juan Pedro Posani / Alfredo Roffé

En 1990 el Distrito Metropolitano de Caracas (DMC) constituido por los municipios Libertador, Chacao, Sucre, Baruta y El Hatillo tenía una población de 2.686.000 habitantes. Si hubiera crecido al mismo ritmo que Venezuela, en el 2001 habría debido tener 3.447.000 habitantes.

Pero llegó sólo a 2.763.000, es decir que 684.000 personas emigraron del DMC. Básicamente hacia Guarenas-Guatire y los Valles del Tuy.

De todos modos la población del DMC creció en 77.000 habitantes, es decir 7.000 por año o sea 1.590 viviendas por año. Pero el crecimiento no es parejo.

Las parroquias del Municipio Libertador crecieron sólo en 13.000 habitantes localizados al oeste (Macarao, Antímano, El Junko, La Vega) mientras que todas las demás se mantuvieron del mismo tamaño o bajaron su población.

En Miranda el aumento fue de 64.000 habitantes de los cuales 46.000 en el Municipio Sucre y apenas 18.000 en Baruta y El Hatillo.

Chacao bajó su población.

Para atender este crecimiento mínimo en los próximos 10 años bastaría con urbanizar los terrenos del Inavi en Macarao y densificar ligeramente algunos sectores del DMC.

El problema mayor estaría en las viviendas ubicadas en zonas de riesgo por deslizamientos de tierra o inundaciones y las que sería necesario demoler para liberar terrenos en los barrios para construir equipamiento y servicios necesarios.

No existe ningún estudio serio que permita cuantificar esta necesidad. La cifra tal vez podría estar alrededor de 70.000 viviendas. Una política sería de vivienda y hábitat para Caracas tendría que encarar esta situación. En 10 años podría resolverse bien el problema, construyendo una parte densificando sectores del DMC, tal vez 20.000 viviendas, y atendiendo el resto con viviendas en las zonas adyacentes al DMC, como lo que en una época se llamaban Ciudad Fajardo y Ciudad Losada. La realidad migratoria de la última década indicaría que esta acción es perfectamente posible.

Pero con el actual equipo de gobierno para vivienda y hábitat, leal pero demasiado ineficiente, es posible que esta perspectiva nunca llegue a hacerse concreta y sigamos la ruta de las improvisaciones adornada por la retórica de ministros y alcaldes.


Cementerio del Sur: en eterna desgracia

Uno de los episodios de vida urbana más patéticos -que es lo menos que pueda decirse- es el del Cementerio del Sur. Al lado de un maxiretrato sonriente del alcalde, prometiendo orden y felicidad, lo que sobresale es el desastre, el descalabro y el abandono más total y vergonzoso.

¿Cómo es posible que no pueda acometerse con seriedad el rescate del cementerio de ese ruinoso deterioro que ya parece eterno?
¿Cuáles son los intereses burocráticos o las fuerzas políticas o los ingredientes sociales y culturales que impiden realizar una acción imprescindible y definitiva de decencia urbana?
¿Qué debe hacerse? Como mínimo, el alcalde debería bajarse de esa pancarta que le puso alguien sin sentido común y, además de ver lo que está ocurriendo, que empiece a trabajar para cambiar la situación de una vez y de verdad.

¿Es posible el debate y el consenso?


El alcalde de Chacao, después de una nota de AcerasyBrocales sobre su propuesta para construir viviendas en La Carlota y Fuerte Tiuna, nos invitó a un intercambio sobre la visión política y técnica de la ciudad.

Lo felicitamos por ese gesto, por leer la crítica y responder para exponer sus argumentos sobre el uso de esos terrenos.

La ciudad es algo más que un asunto técnico. Proponer enfoques y acciones para el desarrollo de Caracas implica una visión técnica-institucional, pero también una posición política-ideológica del desarrollo de la sociedad.

En la propuesta del alcalde conviven ambas. Obviamente tenemos diferencias importantes, radicales, tanto en lo técnico como en lo político, pero, fue un intercambio abierto, se plantearon razones y contra razones, se respetaron las posiciones dentro de las coincidencias y las diferencias.

Algunas conclusiones: toda propuesta para la ciudad debe estar bajo una política y un plan de desarrollo, ambos consensuados en una instancia planificadora y coordinadora, como la propuesta en la última edición de esta página (UN 02-02-06 Caracas: ¿Competencia de improvisaciones?). Además, debe basarse en los estudios necesarios que la viabilicen.

Por ejemplo, no parece bien sustentado el uso de vivienda en terrenos tan importantes y grandes, cuando hay otras opciones en sectores de baja densidad de la ciudad. Se podrían anticipar, en el caso de La Carlota, algunos lineamientos para cualquier propuesta, entre otros, mantener el uso para la seguridad de la ciudad (pista para aviones y helipuerto de gran capacidad, no sólo para emergencias en caso de desastres, sino transporte de órganos, etc.). Complementar la red vial norte-sur de Caracas y ampliar el área urbana para parque integrándola al Parque del Este.

¿Pero que pasará de aquí en adelante? Que tal si el alcalde de Chacao, coherente con su llamado a debatir, analiza los argumentos esgrimidos en la reunión, y asume públicamente una autocrítica a su propuesta, según los diversos planteamientos recogidos. Ello significaría una clara invitación al debate constructivo.

Sugerimos a todos los alcaldes de Caracas, crear una coordinación técnica de autoridades nacionales y locales para estudiar, debatir y acordar una política y un plan de desarrollo de la ciudad, es decir, de sus equipos profesionales y técnicos, con el oportuno y necesario apoyo político y de recursos, por parte de alcaldes, ministros y presidentes de organismos y empresas de servicios públicos.

Pero, debe estar muy claro y consensuado, lo que se persigue con esa instancia, sus reglas de juego y seleccionar a los mejores profesionales del urbanismo y de la vivienda del país. ¿Quién lo pone el cascabel al gato? ¿El Presidente? Por favor alcaldes, esa es su responsabilidad y autoridad, ejérzanla o pasen a la historia como unos más de los ineptos triturados por la implacable realidad del desarrollo de Caracas, ya no de los techos rojos, sino la que se cae en un 60% (Freddy Bernal UN 19-01-06).

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