sábado, 16 de febrero de 2013

AyB 028 - 30 Marzo 2006
Últimas Noticias | Jueves 30 de Marzo de 2006

La revolución en la vivienda (¡que está todavía por inventar!)

Carta abierta
al compañero Presidente

P ara comenzar, permítanos, Presidente, decirle compañero Presidente, que suena ya a socialismo participativo y libertario, y no señor Presidente, como todavía le dicen, con ese señor, herencia del siglo XIX, que sabe demasiado a propiedad y a dueño.

En su Aló Presidente del domingo pasado, Ud. pasó revista a varios proyectos de urbanismo y arquitectura que, con la participación de empresas privadas o estadales, del país y de Irán, España, Uruguay y Brasil, van a contribuir a aliviar el grave déficit de viviendas. No vamos a volver a discutir el tema de la cantidad.

Es un tema de importancia capital, como todo el mundo lo reconoce. Pero por esta vez vamos a dar por aceptadas todas las estadísticas y proyecciones que se han ofrecido. No vamos a hablar de números. Si se logrará producir la cantidad de viviendas, que por diferentes modalidades, se están previendo, ¡magnífico!
¡Qué más quisiéramos! Pero hoy lo que queremos es llamar la atención, si nos permite, sobre la otra cara del asunto de la vivienda. Su calidad.

Porque de lo que estamos hablando es de la revolución de la vivienda, tal como Ud. lo señaló con toda propiedad. Y la revolución de la vivienda no es tan solo un problema de cantidad, es también y sobre todo un reto que toca la calidad. Y hace falta entender, lo decimos con angustia y desespero, Presidente, que la calidad de las nuevas viviendas no debe concebirse tan solo como asunto de metraje -tantos m2- o de acabados -cerámica y machihembrados de madera.

Más que cantidad. La vivienda es muchísimo más que eso.

Es vivencia, espacio, verde, juego, aire y temperatura, relación humana compartida y disfrutada.

Y eso no se logra sino mediante un ajustado y complejo esfuerzo de diseño, que es precisamente lo que desgraciadamente falta en casi todo lo que nos enseñó a los telespectadores el domingo pasado.

¿Qué quiere que hagamos, Presidente? A cuenta de que ministros y funcionarios, son ejemplos de lealtad, de firmeza de principios revolucionarios y de entrega total al proceso ¿no digamos lo que creemos que debemos decir para señalar que lo que se está haciendo podría ser mucho, muchísimo mejor? Porque fíjese, compañero Presidente, Ud. está diciendo algo importantísimo y verdaderamente comprometedor:
Ud. está hablando de la revolución de la vivienda, esto es, de la vivienda revolucionaria. Como tarea a cumplir. Como meta a lograr. Y los ejemplos que vimos, con algunas notables excepciones, de todo tienen menos de revolucionarios. En su mayoría son ejemplos sí, pero de mediocridad, de desconocimiento, de ausencia total de talento, de atrevimiento y de audacia.

Y también de total desconocimiento de todo lo que ha desarrollado la buena arquitectura venezolana moderna en los últimos 70 u 80 años. ¿Dónde está la enseñanza de Carlos Raúl Villanueva, la de Fruto Vivas, la de muchos arquitectos e ingenieros que durante décadas han probado que existe un talento real para enfrentar con soluciones adecuadas las condiciones tan peculiares que corresponden a este punto tan singular de globo donde vivimos, luchamos y morimos.

Diseñar para este país es inventar.
Este país, compañero Presidente, y es un atrevimiento repetírselo justamente a Ud., que defiende con gallardía el concepto de la autonomía cultural, de lo endógeno y de la independencia, este país debe hallar rápidamente una arquitectura, un urbanismo, un diseño del territorio, que correspondan a la calidad de vida que queremos alcanzar, en plena consonancia con la organización social y política que nos señala la constitución. Y lo que hemos visto, Presidente, han sido cajas muertas con huecos, carentes de atención imaginativa a las condiciones ambientales, repeticiones, anónimas y sin vida, de esquemas productivos obsoletos, sin sentido de comunidad ni de espacios libres y alegres para que en ellos se desarrolle un nuevo sentido de fraternidad, con la organización que corresponda al comienzo de un mundo nuevo y no a la repetición burocrática del viejo.

Los ejemplos que Ud. nos enseñó, a quienes tenemos alguna experiencia específica, no suscitan sino pena y vergüenza.

Es casi una sensación de impotencia.

No es posible que con el reto extraordinario de construir en este ángulo del mundo una sociedad urbana distinta, que rescate nada menos que la utopía del buen socialismo - y ¡ojo! con el mundo observándonos atentamenteque estemos nosotros avalando soluciones tan pobres, tan ausentes de imaginación y de atrevimiento, tan faltos de historia y de talento.

No es tan sólo asunto de presupuesto.
Que no se nos diga que es problema de tiempo y de presupuesto. El precio del petróleo y el control nacionalista de Pdvsa, no generan dificultades grandes del punto de vista de la disponibilidad de recursos.

Y el buen diseño, inteligente, funcional, ecológico, ayuda siempre a resolver los problemas de tiempo y de costos.

Eso hay que entenderlo: no es posible comenzar de nuevo, desde cero, digamos desde 1930 o 40, como si no se supiera hacer nada mejor y como si no existieran universidades, notables premios nacionales, experiencias de décadas y décadas, y un ejército de arquitectos jóvenes ávidos de participar.

Compañero Presidente, quienes queremos que este proceso tenga éxito para el bien de Venezuela, de América Latina y del mundo, tenemos el convencimiento que es nuestro deber ejercer una crítica constructiva, y es por ello que afirmamos que la nueva sociedad, a la cual Ud. nos convoca, se merece un diseño de arquitectura y de ciudades más audaz y más coherente. ¿A qué le tememos?


Ya es tiempo de no seguir cometiendo errores en el hábitat.

Errores que luego se los van a cobrar al proceso. Inventar la nueva ciudad es un reto ambicioso.

No le cortemos las alas a su vuelo.

 
 

Nueva Tacagua: Una triste historia de la ingeniería venezolana


En 1974 se expropian los terrenos donde Inavi construye 2.727 viviendas, conjunto que se ha conocido como Nueva Tacagua (NT).

Se sabía con antelación de la presencia de fallas geológicas que afectaban a esos terrenos.
Ya en 1938, en el primer vuelo aerofotogramétrico de la zona, se observan deslizamientos importantes, no obstante se compran los terrenos y se inician las obras.

Para el año 1986, el Imme UCV durante el evento Vivienda 86, señala al Inavi que no se debe continuar construyendo en la zona.

En 1987 el Ministerio de Energía y Minas califica la zona de Riesgo elevado, generalizado y profundo.

La construcción de Nueva Tacagua es una mancha para la ingeniería venezolana.
En marzo de de 1999 el presidente Chávez declara la zona inhabitable y se establece el compromiso de reubicar a las 2727 familias que habitaban en Nueva Tacagua.

Hasta el año 2004 el Inavi había reubicado a 846 familias y se les dio prioridad de ocupación a las familias de NT en los nuevos desarrollos de vivienda.

Hoy el desamparo de las familias deNTcontinúa siendo noticia.

¿Cómo pueden seguir viviendo estas familias en edificaciones amenazadas de colapso?

Más de 8.000 personas que hicieron su vida en NT, niños que hoy son adultos, familias que formaron sus lazos sociales en una comunidad que hoy debe dispersarse y trasladarse a otros lugares empezando de nuevo ¡una tragedia humana!




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