Buenas noticias: ¡Ahí viene el tren!
Venezuela cambia, y una prueba para
quienes no sufren de ceguera ideológica, es esta foto. Uno de nuestros
corresponsales nos la ha enviado: una de las estaciones del ferrocarril
Charallave -Caracas. No conocemos autores, arquitectos, ingenieros y
constructores.
Las grandes fallas que persisten en los sistemas públicos
de información, hacen que lo que es realmente bueno y que debería estar todos
los días en el flujo de imágenes de este país en transformación, nadie -o casi
nadie- lo conozca. Puede que el conocimiento de esta hermosa estación, ya casi a
punto de terminarse, así como el de las otras, esté reservado casi como un
regalo de navidad fuera de tiempo para un estreno con todos los bombos y
platillos el día de la inauguración por el Presidente.
No nos importa:
buenas noticias son buenas noticias, y es realmente grato constatar que, cuando
se habla de trenes, no se trata de mitos propagandísticos.
Especialmente
cuando lo que se está construyendo -eso salta a la vista- es de la mejor
calidad.
Una estación funcional, pero también una hermosa
estación.
Que eleva nuestra autoestima.
Y es buenala ocasión para
recordar que la belleza es parte esencial de la estética. Y que la ética y la
estética, ambas construcciones culturales, son las dos únicas cosas que nos
distinguen de nuestra naturaleza animal.
Cuando el Estado construye lo
hace para todo el mundo. Con el dinero de todo el mundo. De ahí que es
indispensable que la calidad de lo que se construye, en lo público, tenga la más
alta calidad posible. Incluyendo la estética.
No se trata de frivolidades
burguesas. Es un asunto de responsabilidad pública: es la medida de nuestra
dimensión humana.
La verdadera dimensión que esta revolución quiere
recobrar frente a la indiferencia, la incultura y la desidia.
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¡Las ciudades primero!
La población en Venezuela, y en
el mundo, tiende inexorablemente a ser urbana, es decir, a concentrarse en
ciudades. Éstas son hoy y serán cada vez más en el futuro, el asentamiento de las
diversas actividades del hombre. Por ello, requerirán instalaciones y
equipamientos para servicios de aguas (potabley servidas), energía,
comunicaciones, infraestructura para los sistemas de transporte, para los
centros de salud, de educación, recreación, abastecimiento, para los centros de
trabajo, entre muchas otras y amplia gama de espacios, edificaciones y
estructuras para satisfacer las demandas y necesidades de las actividades que
realizamos los habitantes de nuestras ciudades.
Por lo tanto, las
ciudades deben tener una calidad urbana que promueva y facilite, además de
permitir que sea placentera, la vida de sus habitantes.
Hoy, el deterioro
urbano en Venezuela refleja, expresa, muestra, el tipo y la calidad del
desarrollo del país. Las ciudades son, en lo físico, la expresión de la pobreza,
la cultura y la visión que ha prevalecido durante décadas en nuestras
dirigencias y élites dominantes.
Las ciudades han crecido anárquicamente,
según la visión y capacidades de sus habitantes, llegando hoy a estar
conformadas por retazos urbanos, unos de extrema pobreza y deterioro, como son
los barrios llamadosinformales, las áreas céntricas o en decadencia por cambios
del patrón de desarrollo de la ciudad, pero por otro lado las llamadas
urbanizaciones, donde habita la población de mayores recursos y los centros de
oficinas y de comercios para gente de ingresos medios y altos.
La
planificación y el desarrollo urbano en Venezuela han sido unas cenicientas. Las
reorganizaciones institucionales desde el antiguo Ministerio de Obras Públicas
(MOP) hasta los ministerios de hoy, Infraestructura, Ambiente y Vivienda y
Hábitat, han ido liquidando y excluyendo de la cultura política, institucional y
profesional, la importancia de la planificación y el desarrollo
urbano.
Todo ello ha contribuido con el creciente deterioro de las
ciudades venezolanas. Pero qué hacer en estos tiempos de cambios. Obviamente
rescatar el rol planificador y orientador del Estado para el territorio y los
asentamientos urbanos, formular una política viable y sostenible para el
desarrollo territorial y urbano, elaborar, ejecutar y hacerle seguimiento a los
planes de desarrollo territorial y urbano, priorizar, anticipar y coordinar la
construcción de las grandes obras de infraestructura urbana.
En fin,
considerar a las ciudades como uno de los medios estratégicos para el desarrollo
de una nueva visión socialista, revolucionaria del país.
¿Cómo empezar?
Por la voluntad política: declarando la importancia de este campo, asignando
responsabilidades institucionales, seleccionando profesionales competentes,
evaluando la experiencia acumulada, formulando políticas urbanas, elaborando
planes de desarrollo y coordinando todas las inversiones y obras actuales bajo
esas políticas y esos planes maestros de desarrollo territorial y urbano. Esto
sería un esfuerzo decisivo para consolidar el proceso de cambios que se viene
realizando en otras áreas, y convertiría a nuestras ciudades en mejores ciudades
y daría mucha mejor calidad de vida a sus habitantes, que en el fondo es lo que
sustenta la urgencia de los procesos de cambios.
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Problemas de ceguera
El amigo Marco Negrón, excelente
profesional del urbanismo, se queja de la irreverencia (Tal
Cual 17/4/06) con la cual, desde las más altas esferas del Gobierno, se
ha tomado el colapso definitivo del viaducto.
Negrón recuerda con todo
acierto la calidad estructural del puente, por la autoría del célebre ingeniero
Eugene Freyssinet.
No debe reírse, señala, de las caídas de los grandes
monumentos.
Muy bien, pero resulta insólito que ni siquiera se le ocurra
mencionar la eficiencia con la cual se remedió en plazos cortísimos los
problemas graves de las comunicaciones y los transportes. Es un fenómeno
interesante: en este conflicto político, personas cultas e inteligentes,
buenos profesionales, honestos a carta cabal, pierden la brújula. Renuncian a
utilizar incluso los criterios progresistas que les habían acompañado durante
toda la vida, y nublados los ojos por una obstrucción de naturaleza ideológica,
ya no tienen las mínimas condiciones para entender la realidad.
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El Metro de Caracas nos aclara
La semana pasada publicamos una
nota sobre la nueva estación del Metro en Parque Central y su relación con ese
conjunto habitacional. La Lic. Nadia Pérez, gerente de Relaciones Públicas del
Metro, nos informa que “... no se colocarán escaleras mecánicas en esta salida
porque la instalación de las mismas requiere de la afectación y demolición de
importantes... vigas y columnas pertenecientes a los sótanos del estacionamiento
de Parque Central. El acceso definitivo contará con una escalera fija de mayores
dimensiones que la concebida originalmente...” .
No indica
dónde.
Añade que hubo dificultades para negociar con los propietarios de
ese centro urbanístico porque éstos “carecían de representación legítima y
formal de la totalidad de los residentes y comerciantes de Parque Central, por
no haberse podido realizar la elección establecida en el... documento de
condominio”. |
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