sábado, 16 de febrero de 2013

AyB 033 - 11 Mayo 2006
Últimas Noticias | Jueves 11 de Mayo de 2006



LA VIVIENDA DIGNA GOBIERNO HACE ESFUERZOS PARA CONSTRUIR RESIDENCIAS

¿Cuándo la calidad es calidad?

En el gran campo de necesidades y requerimientos, inversiones y quejas, que es el de la vivienda, el tema de la cantidad es el que prevalece. Y con razón.

Porque para el déficit, las carencias y los programas de obras realizadas o por realizar, su primera manifestación es numérica. ¿Cuántos, cuántas?
Con razón, decíamos. En esta página no hemos sido muy tiernos con el ministro de la Vivienda y Hábitat, el compañero Figueroa. Pero no nos cabe la menor duda de que el gobierno de la revolución está haciendo inmensos esfuerzos para enfrentar el eterno problema de la vivienda. Lo prueba la magnitud de los recursos que a ello se están dedicando.

Más números, pues.

Pero una vez definido este punto, hay que fijarse en el otro aspecto del asunto: la calidad de lo realizado y de lo que se pretende realizar. Y aquí tenemos que analizar qué entendemos por calidad del 'producto' vivienda. Hasta ahora, el verbo provocador del Presidente Chávez ha sido el que ha puesto en un plan de igualdad calidad con dignidad. Es decir: hay calidad cuando la vivienda es digna. Y esa cualidad de dignidad se ha entendido en el sentido de: uno, como espacio es suficientemente amplia (no es una ratonera comprimida), y dos, no es endeble, mal acabada y con malos materiales. Las viviendas que la revolución le entrega al pueblo no deben parecerse a las 'soluciones habitacionales' de la cuarta república.

Hasta aquí, muy bien.

Pero resulta que esta consigna, política y éticamente acertada, en manos de mucha gente sin experiencia ni conocimiento, se ha convertido en una exigencia de techos de machihembrado de madera, tejitas de barro, cerámicas en los pisos y en los baños y rejitas decorativas en las ventanas.

Lamentablemente, sobre todo en eso. Ya es tiempo de insistir en que una vivienda de calidad, una vivienda digna no es necesariamente, una vivienda que se parezca lo más posible a una quintica tradicional de clase media. Sabemos que los símbolos de status son parte de la existencia de ricos y pobres. Y si no, que lo digan las telenovelas.

Pero una vivienda tiene calidad y es digna cuando les entrega a sus habitantes esa calidad y esa riqueza de vida que únicamente se obtienen cuidando al máximo, no los acabados o las formas, sino la red de multiplicidad de servicios que la rodean y la sostienen. Muchísimo más importantes son, pues, la accesibilidad y el transporte, la escuela, eficiente y cercana, el servicio médico de prevención, la biblioteca, el parque y los jardines, las calles arboladas, el equipamiento para los deportes y los juegos, el mercadito bien abastecido, los espacios para las reuniones democráticas de la comunidad, etc. Y dando por supuesto y entendido que energía, agua y recolección de basura son pan comido.

Resumiendo, la vivienda digna, tan sólo lo es si está inserta y es parte constituyente de un hábitat digno. No importa tanto la cerámica en el piso. Eso puede ser parte perfectamente de un proceso inevitable, infinito y hasta agradable, de remodelación y mejoramiento que llevan a cabo los mismos habitantes, como siempre ha ocurrido desde el comienzo del mundo construido. Más importantes son los espacios frescos y bien ventilados, el patio de juego con el mango espléndido y protector, la escuela bolivariana a una cuadra, el médico amigo en la otra.

Ahí sí tenemos una vivienda digna.

Y en este caso como en muchos otros más, no dejaremos de insistir en algo que nos parece esencial: si queremos que este experimento bolivariano y revolucionario tenga el éxito deseado por todos los venezolanos sensatos, hay que ser críticos, sumamente críticos. La crítica constructiva, la que reconoce los aciertos y paralelamente señala los errores, es un poderoso instrumento democrático y revolucionario. Por ello es que en esta página somos adictos a la crítica.


Los inmuebles deben tener espacios frescos y ventilados”

En la botica: “Señor véndame dos casas”

Antes se decía "Hay de todo como en botica". Parece que hay varios miembros del Gabinete Ejecutivo que todavía creen en ese dicho. Parecen creer que si van con una caravana cargada de sacos de morocotas, a una de esas franquicias farmacéuticas tan exitosas, y piden 160 mil casas, enseguida se las empaquetan y se las entregan.

Eso mismo creían Esqueda y Cruz Weffer, Carlos García, hasta Julio Montes (no lo creía pero tampoco decía que no) y ahora Luis Figueroa. No escarmientan.

Si por el camino se pierden unos cuantos 'recursos financieros' no importa nada.

Hay que cumplirle al Presidente, no importa como. Por cierto, ¿podremos confiar en la estabilidad de los ministros sin tener que preguntarnos todo el tiempo, hasta cuándo durarán?


Pero el asunto es que no se pueden hacer casas si no hay un terreno donde ponerlas. Esta es la verdad. Hasta las noventa mil familias que anualmente se construyen sus ranchos, lo saben. Por eso se buscan primero un terrenito. Ya sea en El Parque de la Paz, la carretera al Junquito, detrás del Algodonal, en Lagunetica, en los terrenos del aeropuerto de Barinas, en cualquier terreno abandonado o no, el terreno es indispensable para construir el rancho.

Sin agua potable, sin cloacas, sin electricidad, sin accesos, sin escuelas, sin centros comunales, sin Barrio Adentro. ¿Por qué, entonces, el Estado, con tantísimos recursos y, ojo, con tanta firmeza y generosidad de propósitos, no urbaniza grandes extensiones de terreno? Con agua potable, con cloacas, con electricidad, con accesos, con escuelas, con centros comunales, con Barrio Adentro?
Después se pueden hacer las casas, y ellas se pueden construir de muchas formas diferentes, casas dignas contratadas a empresas tradicionales, casas de construcción progresiva (las denominadas semilla), casas por autoconstrucción, casas de producción so cial mediante sistemas eficientes de cooperativas, casas industrializadas (¡por fin ahora se vuelven a mencionar!), y muchas formas más de construir.

El venezolano tiene una enorme inventiva para construir casas, pero no puede construir terreno urbanizado. Una demostración contundente de esta situación la dio el ministro Figueroa en el Aló Presidente del domingo 7 de mayo. Demostrando su gran alegría informaba sobre los 12.193 kits uruguayos que comenzarán a llegar en unos días. Pero candorosamente comentaba que el único problema era que no había parcelas urbanizadas donde colocar las casas, añadiendo que habían descubierto 1.750 parcelas urbanizadas en Portuguesa y que andaban buscando más. Lo que no sabe el Ministro, es que el urbanismo de la mayor parte de esas parcelas, como en Boca de Monte por ejemplo, está destruido.

Las tuberías obstruidas y el cableado eléctrico robado.

El asunto principal es el terreno urbanizado. ¿Cómo es tan difícil comprender esta idea tan elemental? Uno hasta podría sospechar que detrás de esta flagrante ignorancia, lo que hay son grandes operaciones de corrupción.

Ojalá que por el bien del país y de la vivienda social, no sea cierto.


Escaleras mecánicas e incomunicaciones


La estación del Metro Parque Central, según nos informan, ha nacido mal. Es obvio que la razón de ser de la estación es servirle al gigantesco conjunto del Parque Central. Pero parece que las comunicaciones, en especial en lo que se refiere a las escaleras mecánicas entre la línea del Metro y los edificios, no están resueltas, o lo están muy mal.

¿Las razones? Entre varias, un cuento de absurdas desavenencias personales entre los presidentes de ambas entidades, el Metro y el Parque Central, que impidieron llegar a un diseño eficiente... Miserias humanas. Otra más de las tantas que entorpecen el desarrollo sensato de las estructuras, físicas y sociales del país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario