Ultimas Noticias | Jueves 17 de Agosto de 2006 | |
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La gran muralla de Jericó
Pues bien, muy poco de esto pasa en nuestro Instituto Metropolitano de Urbanismo, que más bien pareciera concentrarse intensamente en el cultivo de la arquitectura utópica del socialismo del siglo XXIII. Uno de los temas predilectos en las más recientes creaciones del Instituto Metropolitano de Urbanismo es el de las 'murallas' y la buhonería formalizada. Hay dos ejemplos esplendorosamente llamativos. La muralla, más o menos ovalada, como la de Troya, que rodeará el parque Los Caobos, y el 'centro comercial lineal', de 1,8 km, que unirá Plaza Venezuela con Chacaíto. Al contrario de las murallas históricas que eran defensivas, la de Caracas será ofensiva. Los dos ejemplos tienen tres niveles. El tercer piso de la 'muralla' de Los Caobos está destinado a ciclistas y patinadores, con lo cual se crean nuevas fuentes de trabajo para los traumatólogos. El segundo, a cuchitriles, kioscos, mesas para jugar cartas y dados, expendios de energéticos de variada índole, mercalitos y otros locales similares. El de abajo puede que se parezca a los corredores de la UCV, con sus bancos, bloques calados y pizarrones. El 'centro comercial lineal' Plaza Venezuela-Chacaíto tiene un sótano, el famoso túnel del Metro, para buhoneros mejorados, una planta baja que es el actual bulevar, pero con grandes huecos por donde podrán crecer las palmeras que se siembren en el sótano, y un piso superior dedicado a recordar la antigua Calle Real de Sabana Grande, con sus coches de caballos, ventas de popsicles y aliados, cafés al aire libre, y así. Debemos aclarar que estas últimas descripciones nos la suministró una fuente no identificada de un instituto de planificación urbana del estado Apure. En todo caso estos ejemplos constituirán hitos urbanos, mojones que marcarán los focos visuales y materiales de la capital. Bromas aparte, el problema de los buhoneros es muy complejo, tiene agudas causas económicas, culturales y hasta ideológicas, que no se pueden resolver simplemente con propuestas urbanas y arquitectónicas. Además ¿dónde están la planificación de la ciudad y las prioridades de acciones e inversiones que justifiquen empezar por estas 'soluciones' ? Cuando el transporte, la vialidad, la seguridad y la basura son de tan crucial importancia que han llegado a ser delicados asuntos casi con características de 'problemas de Estado'. Sólo dos sugerencias finales. Primera, cambiarle el nombre al Instituto Metropolitano de Urbanismo y llamarlo Oficina de Arquitectura Utópica. Segunda, crear el necesario Instituto Metropolitano de Urbanismo. Las invasiones no paran ni pararán hasta que...Se podrán atenuar o eliminar las invasiones cuando la gente vea un camino que le conduzca a obtener su vivienda en un plazo razonable. Ello será posible con un plan masivo de urbanismos (vialidad, drenajes, agua, cloacas, luz, Mercal, Barrio Adentro, espacios culturales, etc.) en el cual las familias vean clarito dónde y cuándo les tocará el turno para lograr su parcela, según prioridades consensuadas con la gente, y los recursos que se puedan asignar cada año. Obtenida la parcela, la gente (constructores públicos, comunitarios y privados) construiría la casa progresivamente bajo un programa nacional de apoyo tecnológico, constructivo y financiero, subsidio incluido (que podría ser la parcela). Además, es necesario planificar la construcción, por ejemplo para seis años, de un millón de parcelas, ubicadas donde haya oportunidades de empleo y amenidades urbanas. Un plan así requiere inventariar, por municipio, las posibilidades y limitaciones de las familias, la disponibilidad de tierras urbanizables y de servicios, y orientar los recursos necesarios. En síntesis, el Gobierno central, con gobernaciones y municipios, construye masivamente los urbanismos y el resto de la sociedad se pone a producir las viviendas. En términos culinarios, el anfitrión (gobierno) sirve la mesa y los ingredientes (terrenos, servicios, equipamiento, financiamiento, subsidio, técnicas constructivas y demás aderezos), y los comensales (la gente) combinan los ingredientes y se preparan su plato (su casa) según gustos, ahorros, miembros familiares y expectativas. Si no, las invasiones pasarán a ser patrimonio (in)cultural del venezolano, y no parece posible que una revolución avance con dicho patrimonio. A aquellos que ya han leído esto en páginas anteriores se les perdona el derecho de hacer el famoso muñeco con el pañuelo que maliciosamente hacían las abuelas al escuchar un cuento repetido. Y a los que no, ojalá la Virgen del Valle los ilumine, tengan funciones públicas en vivienda y la audacia de reconstruir la política de vivienda, de una vez por todas. Viejos trailers por casas de dos pisosLa Alcaldía Metropolitana viene ejecutando una interesante sustitución de ranchos, trailers antiquísimos y viviendas inservibles, por casas con estructura, materiales, espacios y arquitectura bastantes buenos en calidad y apariencia física. Lástima que la implantación de esas casas en los terrenos escogidos ignora características urbanas del sitio. Como en el pueblo de El Hatillo, donde las cualidades tradicionales del pueblo pareciera que se desconocieron. |
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