lunes, 25 de febrero de 2013

AyB 069 - 18 Enero 2007

Ultimas Noticias | Jueves 18 de Enero de 2007



Un centro comercial en cada cuadra



Desde hace siglos, lo que podríamos llamar la 'planta baja' de la ciudad, es decir, el punto de contacto entre la calle y los edificios, ha servido para que por allí se instalen toda clase de locales, grandes, pequeños y chiquiticos, destinados al comercio. Sin embargo, a partir de cierta fecha del siglo pasado, y desde antes también, el comercio se fue concentrando en grandes centros, los que justamente con el tiempo se han venido llamando centros comerciales. Se ha llegado a construirlos gigantescos.

En Estados Unidos los hay de todas las dimensiones, pero baten todos los récords el de West Edmonton, y el de Del Amo, en Los Ángeles. Ambos son, según nuestros datos, los más grandes del mundo y juntos totalizan algo así como 800.000 m2. Pero otros más grandes se están construyendo.

Estudios que se han hecho demuestran que en ellos se desarrollan toda clase de actividades, comerciales y recreacionales. Hasta hay hoteles para que los consumidores adictos a esos paraísos artificiales puedan descansar y reponer sus fuerzas antes de seguir comprando.

Le Corbusier, uno de los grandes arquitectos del siglo XX, padre indiscutido de la arquitectura moderna, ya sostenía que la calle debía desaparecer.

Y con ella los comercios, tiendas, bodegas, mercados, bazares, que enriquecían, adornaban y hacían funcional la vida de los barrios de antes, y que todavía son joyas urbanas de grandes ciudades como París o Londres. La ciudad moderna debía ser otra cosa, cada función por separado. Desgraciadamente, Le Corbusier nunca llegó a diseñar un centro comercial y no sabemos cómo hubiera interpretado ese tema ahora tan actual.

En Venezuela, como ejemplo que cae bien en esta miniépoca consumista de fin y comienzo de año, se nos informa por los periódicos que además de los centros comerciales que ya existen y que tienen excelentes resultados económicos, en el año 2007 se prevé la construcción en todas las ciudades de país de 17 nuevos centros comerciales, en los cuales ya está vendida la mayoría de los locales. No se dice cuántos nuevos centros comerciales le tocan a Caracas, pero si esto sigue así, con el socialismo del siglo XXI tendremos más o menos uno en cada cuadra. El asunto es serio.

La calle comercial, viva, rica en diferencias y novedades, peatonal o con tráfico de vehículos, se acabó.

Cada vez más, los centros comerciales -lo demuestran los más conocidos que ya exhiben nutridas procesiones diarias de la religión del consumo real o de deseos- van a ser los sitios donde, en las ciudades, está la gente. Podríamos preguntarnos, con independencia de la opinión que tengamos del consumismo y en todo caso de la conveniencia de sus ubicaciones dentro de la ciudad, si no deberíamos, inclusive por ordenanzas o decretos, exigir que en el diseño de los centros comerciales se prevean espacios para otras actividades que hacen falta y que son propias de la ciudad: actividades culturales, de esparcimiento, para producción artesanal, talleres para artistas, y hasta locales para la educación, museos, para el cuidado de la salud, etc. Un porcentaje obligatorio. Es una idea.

¿Parece absurdo? Depende de cómo se lo vea. Si el centro comercial va a ser, como lo fue hace tiempo la iglesia o la catedral, el pivote, el polo principal de la ciudad, bueno, convendrá entonces que nos pongamos a pensar cómo sacarlo de ser un simple lugar desabrido destinado al consumismo, y convertirlo en un nuevo lugar de verdadera vida urbana.

Para ello habría que vencer muchos obstáculos; primero convencernos de que la tipología del centro comercial llegó para quedarse, inclusive en el socialismo, y luego habría que invertir mucho talento popular en su diseño y en su gestión.

San Cristóbal, una ciudad con ganas de futuro


Ciudad enclavada en la cordillera andina, casi fronteriza, privilegiada por su clima moderado y topografía variable, pero sobre todo con gente amigable, se dispone a celebrar sus 450 años en el año 2011, dentro de cuatro años, formulando lo que se llama la Agenda 450, que es nada más ni nada menos que su Plan Estratégico de Desarrollo y Gestión Urbano-Ambiental de San Cristóbal, con intenciones de convertirse en el instrumento para la "consolidación urbana de la capital del Táchira mediante el desarrollo de hábitat que fomente la ciudadanía, la consolidación de cadenas productivas, la economía endógena además del respeto por el hombre y la naturaleza".

Esta agenda es impulsada por el Centro Cívico San Cristóbal, empresa reconvertida en Agencia de Gestión para el Desarrollo Urbano Ambiental, para proveer a la ciudad de estrategias e instrumentos de planificación urbana, "para revertir su situación actual de deterioro, y mediante la transformación de sus espacios públicos, equipamiento urbano, movilidad peatonal y vehicular, su comercio informal, hacer una ciudad que dignifique y reconozca a sus ciudadanos y le dé viabilidad en su significado socio-cultural".

La propuesta de la Agenda 450 se resume en el desarrollo de ocho manzanas del centro de la ciudad para dotarla de unos seis centros para usos de cultura, recreación, esparcimiento, comercio y para la economía informal. Además, un Sistema Metropolitano de Transporte Masivo de Pasajeros, la adecuación de los espacios públicos de la ciudad de San Cristóbal, Plaza Bolívar y Plaza La Libertad, del Centro Cívico San Cristóbal, y preparan un Encuentro Internacional para la Gestión Urbano Ambiental.

La idea es reorientar el actual crecimiento anárquico de la ciudad de San Cristóbal por uno más humano tomando como ejemplos experiencias de Bogotá, Barcelona y Elche (España), Curitiba y Río (Brasil), entre otras. Desde esta página les sugerimos que aprovechen la oportunidad para experimentar vías hacia la construcción de una ciudad en la cual sus habitantes y organizaciones sociales, sean quienes decidan y participen activamente en su desarrollo, es decir, que inicien pasos firmes hacia lo que podría llamarse una ciudad con visión 'socialista'.

Podría ser una extraordinaria e inmediata experiencia en la reconstrucción de nuestras ciudades con enfoques alternativos a los que las han conducido a sus pobres y lamentables expresiones que muestran hoy casi todas las ciudades venezolanas. Suerte, y no olviden que la gente es quien 'hace' las ciudades.




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