Ultimas Noticias | Jueves 03 de Agosto de 2006 | |
|
Terminar lo empezado, recuperar lo abandonado
|
Por ejemplo, el edificio de Fede, en la Av. Libertador. Estamos hablando de Caracas, pero no hay ciudad del país que no presente el mismo paisaje de construcciones comenzadas y abandonadas. Y que ello sea frecuente cuando son los pobres que construyen, se entiende y se justifica. A la zaga del azar, ellos no cuentan, por definición, con ingresos estables y posibilidad de programar sus gastos con precisión. Cuentan en cambio con los entusiasmos recurrentes y cambiantes de quienes, desde el descampado de la pobreza, están a la caza de la oportunidad. Comienzan cuando pueden, interrumpen cuando la vida se les pone al revés, continúan cuando la suerte los ayuda.
Pero con los inversionistas, banqueros, sociedades anónimas, etc., es otro cantar. Ahí es donde se constata, por enésima vez, la debilidad estructural de nuestro capitalismo subdesarrollado. Con pocas excepciones, carece de una auténtica disciplina de empresarios, es vulnerable, temeroso, improductivo, sujeto demasiado a los vaivenes del mercado más próximo.
Y con el Estado, la cosa es muchísimo más grave. Durante décadas se comenzaron obras sin programación presupuestaria con previsión de varios años. Los gobiernos posteriores no se interesaban en las obras de los gobiernos anteriores. Siempre había razones electorales, defectos ocultos descubiertos tardíamente, recursos que faltan y oportunismo corrupto, para comenzar y abandonar. Y lo abandonado, para no terminarlo. La Galería de Arte Nacional, el Teatro del Oeste, el Pabellón de Sevilla, el Ministerio de Justicia, el Helicoide ya mencionado, tantas y tantas obras son testigos silenciosos de esta modalidad de gerencia pública, que sería pintoresca si no fuese un delito.
Cabe, ahora, señalar el cambio: las obras abandonadas o mal mantenidas, se comienzan a rescatar. Hay preocupación evidente por devolverle a la ciudad la calidad de uso y la dignidad urbana que se merece.
¿Que el problema de la basura no está resuelto? ¿Que los buhoneros ahogan el tránsito peatonal y distorsionan y degradan el contexto urbano? Todo eso es verdad. Los problemas, grandes y chiquitos siguen haciendo cola en espera de soluciones. Pero una cosa es cierta: en el caso de las obras abandonadas, éstas son tema de inversiones, de estudios y proyectos, de fechas de terminación. Ello no se puede negar: si pasan por la avenida Bolívar, por ejemplo, podrán constatar andamios, encofrados, armaduras de acero y vaciados de concreto, todos los días hasta tarde. A la Galería de Arte Nacional, como parte de un programa de conjunto, se le está devolviendo la vida.
Es lo que queríamos decir: están cambiando las cosas. Por este lado se acabó la desidia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario