Buenas noticias
Quienes estamos convencidos de que la
orientación del actual proceso político venezolano es correcta y representa un
gran salto adelante en la transformación radical del país, también aspiramos a
que la cantidad y magnitud de los errores sea la menor posible.
De ahí la
perseverancia de esta página en señalar errores, problemas burocráticos, atascos
de procedimiento, equivocaciones, y de ahí nuestra crítica permanente.
Si
deseamos colaborar en el éxito asumimos la tarea de sugerir correctivos y
recomendar mejoras. Por idénticas razones creemos nuestro deber señalar éxitos y
logros. Éxitos y logros que afortunadamente también acompañan a este
proceso.
Dentro de esta perspectiva de optimismo y solidaridad política,
nos alegra señalar un ejemplo visible y visitable. Por iniciativa de la Alcaldía
mayor y con el diseño del Taller Caracas - a quien, dicho sea de paso, en otras
ocasiones hemos hecho críticas constructivas - se está levantando en San José de
Cotiza un excelente conjunto de viviendas para sustituir 120 containers en los
cuales, como latas de sardinas, han mal vivido durante décadas 120 familias,
esperando soluciones que nunca llegaron.
El diseño de las casas:
tipología de viviendas en bandas continuas, 80 m2 en dos pisos, tres o cuatro
habitaciones, dos baños.
Por parte de la Alcaldía, 15 millones de aportes
en materiales, y el pago por la mano de obra a las propias cooperativas
organizadas en la comunidad.
Los acabados son básicos pero más que un
signo de escasez son una invitación a completar individualmente la vivienda con
acabados, colores, y equipos, tal como lo han hecho centenares de miles de
habitantes de los barrios venezolanos.
El diseño de conjunto, bien
inteligente y hasta muy sensible por la atención a los detalles, se
destaca por la escala doméstica que respeta y valora el carácter tradicional de
la comunidad.
La felicidad (lo decimos seriamente, a pesar de la ironía
estúpida con que cierta oposición maneja el término cuando la palabra está
referida a los pobres) está llegando por fin a la comunidad.
Traten de
imaginarse lo que significa para una familia desahuciada socialmente, pasar de
la devastación diaria de sobrevivir -durante años- en un container, a la
libertad de una casa, bien diseñada y cómoda, para cuya realización,
construcción y atribución la comunidad ha participado muy activa y
conscientemente.
Nada; felicitaciones a la Alcaldía y al Taller Caracas.
Y a los lectores, dense un paseo por el sitio y vean directamente lo que puede
hacerse cuando hay voluntad e inteligencia.
Y a las agencias,
ministerios, instituciones del Estado, etc. que se ocupan de la vivienda, que
agarren ese trompo en la uña, y aprendan. Sobre todo aprendan.
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Las cifras del ministro
En días pasados el ministro de la
Vivienda y el Hábitat ha soltado algunos discursos duros contra la Cámara
Venezolana de la Construcción. El tema de estos discursos es que la Cámara asume
una “postura arbitraria y absolutamente política de oposición” al decir que en
el 2005 se hicieron sólo 13.000 viviendas, cuando la verdad es que el gobierno
culminó 41.500.
El ministro, en lugar de hablar tanto, podría dar una
brillante demostración de su eficiencia publicando un cuadro donde se indicará
la ubicación de las viviendas, su tipo y cantidad, la fecha del acta de
terminación y el monto invertido. Así demostraría rotundamente las falsedades
que difunden los escuálidos de la Cámara, y quedaría admirablemente ante la
opinión pública, la contraloría social y el propio presidente Chávez. Le
sugerimos que para el bien de la Patria haga pública esta información y elimine
los avisos a toda página y color que salen en la prensa, siempre con su
sonriente efigie. En estos avisos las cifras son escalofriantes.
Por
ejemplo, 48 viviendas en Barzalito (Trujillo), demolición de 20 ranchos en Santa
Eduvigis (Vargas), 34 viviendas en Miranda, 258 viviendas en Portuguesa y 192
apartamentos en La Quiracha (Táchira).Con estos promedios se necesitarían unos
400 avisos a plena página para llegar a las 40.000 viviendas.
Por cierto
que los apartamentos de La Quiracha (aviso del 11.2.2006) se comenzaron a
construir el 3.1.2000 o sea que su terminación tardó sólo 6 años. En el camino
el costo por apartamento aumentó de 11 millones a 93 millones, sólo el 845 % .
Otra recomendación para el ministro es la revisión de su política
comunicacional. |
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Respuesta a una respuesta
La aclaratoria de la Dirección
de Cultura de la Gobernación del Estado Anzoátegui, que pretende desmentir lo
que publicamos en UN 23.2.06, no hace sino reafirmar una pésima costumbre
heredada de la cuarta república.
A las críticas -dejemos a un lado las
del egocentrismo personalista, para las cuales no hay respuesta- se las tacha de
“falsedad” y de “malsana tergiversación”, y listo. Para nosotros, en el fondo no
tendría mucho interés discutir si la inversión necesaria para construir el
Teresa Carreño de Barcelona es de 60, 40 o 4 millardos.
Tampoco si los
6.5 millardos iniciales son para pagar el proyecto o para el levantamiento
topográfico.
Nadie discute tampoco que “la entidad se merece un centro
cultural” de la importancia del proyecto en cuestión.
Eso no es el
punto.
Vamos, en cambio, a lo esencial:
¿cómo se decidió que lo
prioritario - político y culturalmente hablando - es la realización de un gran
teatro, en este momento, con esa magnitud y en ese sitio, cuando, por ejemplo,
con la misma inversión podrían realizarse, en pocos meses, docenas y docenas de
pequeños espacios culturales comunitarios, llegando a todas las poblaciones y
ciudades tradicionalmente menos atendidas de la región?
En segundo lugar, si
el famoso teatro es tan necesario, ¿por qué no se aprovechó la ocasión para
llamar a un concurso nacional entre todos los arquitectos del país? ¿No hubiese
sido mucho más beneficioso para la cultura arquitectónica nacional?
Si había
que asignar a dedo el cuantioso contrato (553 millones nada más el
anteproyecto), ¿por qué no se consultó primero por lo menos con algunos de los
expertos que saben algo de arquitectura en Venezuela, en lugar de proceder por
criterios de simple amistad ?
No ponemos en duda la afirmación que el
gobernador de Anzoátegui, Tarek William Saab, es “el primer mandatario que le ha
dado a la cultura el valor que requiere para el desarrollo de un pueblo”. Pero
otra vez tenemos que insistir: una cosa es la lealtad al proceso revolucionario,
y otra es la forma, la inteligencia y el estilo político, con que esa lealtad
se aplica en los hechos concretos.
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