Ultimas Noticias | Jueves 22 de Junio de 2006 | |
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Desarrollo endógeno y casas uruguayasMediante la construcción de urbanismos, viviendas y servicios, además de atender necesidades, se contribuye decisivamente al desarrollo y al logro de metas sociales, económicas y físicas según el nivel de vida deseado. Venezuela posee experiencia y capacidad, comprobadas y exitosas, en diseño, tecnologías, producción y construcción de infraestructuras y viviendas. En abril pasado, los ministerios de Vivienda y de Industrias Básicas y la Gobernación de Bolívar organizaron la Feria de Alternativas Constructivas para Casas Dignas, con 24 empresas y cooperativas venezolanas (más tres internacionales), productoras de materiales y sistemas constructivos no convencionales o innovadores, de concreto, acero, madera, aluminio, anime, polipropileno, para viviendas uni o multifamiliares, con tecnologías artesanales hasta altamente industrializadas. ¿Cuántas empresas no participaron? ¿Quién ha inventariado la situación tecnológica, profesional y productiva del sector vivienda? Hay que reflexionar sobre la importación de casas de Uruguay, Irán y China, entre otros países. ¿Satisface la visión endógena del desarrollo traer casas, sin comprobar que somos incapaces de producirlas? ¿Se impulsa la industrialización y el empleo adquiriendo tecnologías foráneas? La integración suramericana y la estrategia de alianzas internacionales son incuestionables, pero en áreas y productos que nos complementen, no de casas que Venezuela tiene la capacidad de hacer. La importación de éstas es innecesaria, costosa y castra el desarrollo industrial y tecnológico. Se impone el sentido común o persistirá el espejismo de que el problema es construir casas y decirle sí a todo el que diga que las hace. Lo obvio es una política de estímulo industrial que desarrolle y potencie las capacidades propias y genere empleos. Suvi SuviEl programa Suvi (Sustitución de Viviendas por Ranchos) fue inventado por los adecos en 1946. En aquella época se repartían miles de planchas de zinc, sacos de cemento, bloques y herramientas para que los habitantes de los ranchos los mejoraran. Durante los 40 años del puntofijismo fue mantenido sin mucho protagonismo y con diversas variantes. En general los ranchos eran considerados déficit estructural y junto con el déficit por crecimiento y por hacinamiento formaban el déficit total que había que enfrentar. Rara vez los ranchos eran eliminados sino que más bien se optaba por su transformación en viviendas aceptables mediante mejoramientos progresivos. Esta visión un tanto ambigua fue recogida en 1999 entre los programas del Conavi, Mejoramiento de viviendas y Nuevas viviendas, también con poco entusiasmo. Pero en nuestros días surge una propuesta radical. Destruir los ranchos y sustituirlos por una vivienda nueva de un solo golpe. Nada de mejoramiento progresivo. Esta propuesta ha sido bautizado como Suvi y ha asumido proporciones descomunales. En los últimos días de Julio Montes apareció el nombre de Sustitución de ranchos por viviendas. Vuelvan Caras (Survi). 427 cooperativas sustituirían ranchos por casas. Sin embargo, aparece el Suvi que de pronto se vuelve la tabla de salvación. En 2005 (Memoria MVH, p.145) el Suvi destruyó 3.695 ranchos y los sustituyó por viviendas. Pero para 2006 la cifra sube vertiginosamente, la meta llega a 42.577 unidades. Para el primer trimestre de 2006, según aviso del MVH, se habían terminado 3.991 viviendas. Como las cifras del ministerio son todas inconexas y misteriosas, sólo se puede suponer que de la meta de 2006 quedaban pendientes todavía (42.577 menos 3.991) 38.586 viviendas. ¿Qué ha pasado en los últimos meses? Misterio profundo. ¿Cuánto se ha invertido en total y por vivienda? Misterio más profundo. El Suvi tiene la gran ventaja de que permite aumentar las metas y la ejecución a discreción, ya que es casi imposible de controlar. Pero tiene la gran desventaja de que no se ve. No se pueden inaugurar las viviendas, lo cual es grave. ¿Qué hará el MVH ante esta disyuntiva?
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