Tarek gobernador, Tarek gobernador
La Maizina
americana gran producto nacional. Perdón, ésta no es la tonada que
queríamos recordar. Es esta otra: Tarek gobernador, Tarek
gobernador, la pegajosa melodía que hemos oído centenares de veces por
radio y televisión. La recordamos porque parece que será el leitmotiv de la
ópera 'El Turco en Puerto la Cruz', que está escribiendo el maestro Gioacchino
Tarossini para la inauguración del teatro Monumental de Barcelona, uno de los
proyectos prioritarios de la Gobernación de Anzoátegui.
Nada más que el
anteproyecto, asignado a dedo a uno de los arquitectos más representativos de
una cultura arquitectónica que poco tiene que ver con el país, dicen que costó
algo más de Bs. 550 millones.
El valor de la construcción -a realizarse
de manera irregular dentro del parque Nacional Simón Bolívar- y el equipamiento
estarán por el orden de los 60 millardos, cuya previsión presupuestaria, desde
luego, no existe.
Se espera que una de las salas sea destinada a la
declamación, con instalaciones para ciegos, sordos y mudos y con capacidad para
por lo menos 1.400 poetas sentados. A esta noticia hay que agregar la de la
página a todo color que salió en, con la vera efigie de Tarek acompañado por
Fidel Castro y Hugo Chávez. La edición se agotó inmediatamente, pero se está
preparando un afiche 60x90 con la misma imagen.
No se la
pierdan.
Pero ahora hablando en serio: Nos preguntamos: ¿son estos los
equipamientos culturales prioritarios que necesita el país? ¿No harían falta más
bien centros culturales populares de menores dimensiones, pero bien repartidos
en todo el estado? ¿Quién decidió y en qué instancia, que un teatro del
tamaño y del costo del Teresa Carreño es imprescindible en
Barcelona? Y aún así, ¿por qué el proyecto no se somete a concurso
nacional?
Por otra parte, la construcción del socialismo del siglo XXI
requiere menos glorificación personal y más compromiso con la realidad. Ya está
bien de cuñas, páginas a color y afiches con los nombres y las caras de tantos
personajes. Pero es que las obras de un programa revolucionario son resultados
de un trabajo de equipo y no de las decisiones de una sola persona. Todos
tenemos nuestro ego, pero todavía hay tiempo para que caigamos en el culto a la
personalidad. ¿No era ése uno de los defectos de los camaradas Stalin y Kim Il
Sung?, que Dios tenga en su gloria y que nunca los deje salir de donde están.
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Un taller para Caracas
La ciudad anda al garete
La
desaparición de los organismos de ordenación y planificación tradicionales, que
en la cuarta república tan sólo sirvieron para responder a las exigencias más
evidentes de vialidad y para correr detrás de las fuerzas vivas y sus
determinantes económicos, no ha dado origen, hasta ahora, a nuevos organismos de
planificación urbana coherentes con las aspiraciones políticas de la mayoría
democrática.
Por lo menos, hasta donde se sepa. Lo que es absolutamente
evidente, es que es indispensable emprender una acción institucional estable y
dotada de continuidad. Definir el carácter y función de la capital, sus
actividades y sus relaciones productivas, la distribución y densidad de su
población, la orientación de su crecimiento, la naturaleza de sus graves
problemas y el diseño de sus posibles remedios, son tareas urgentísimas que
deben ser planteadas y resueltas por un organismo centralizado.
Y decir
centralizado, por supuesto no quiere decir que no coordine las acciones
necesarias con todas las otras instituciones involucradas. Ahora bien: la gente
se pregunta si el llamado Taller Caracas, adscrito a la Alcaldía Mayor es la
respuesta. Circulan noticias y rumores, folletos y esquemas, propuestas y
diagnósticos. Sobre todo se hace referencia a la tónica de la magnitud
exagerada y unilateral de las propuestas.
Difícil saber qué de verdad y
de cierto hay en toda esa masa de cuentos que rozan el nivel de chismes
malintencionados.
Buena es la decisión de tomar el toro por los cachos y
comenzar a analizar y proponer. Valioso es que alguien, con guáramo, se
arriesgue a impulsar acciones.
Pero superpeligroso y dañino es hacerlo al
amparo de un cierto autoritarismo y de una evidente improvisación, el todo
envuelto en una capa de hermetism o que suena a hechos cumplidos. No cabe sino
reclamar mayor democracia, mayor participación, mayor transparencia e
información.
¿O se le tiene miedo al debate?
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LOS LECTORES ESCRIBEN
El Ing. Júpiter Figuera, profesor titular de la
UDO, coordinador del Equipo de Supervisión Nº 2 del Edo. Sucre del
Ministerio para la Vivienda y Hábitat (MVH), señala graves críticas. Dice que
quienes dirigen el Ministerio parecen desenvolverse sin planificación ni metas y
se limitan a resolver problemas puntuales. No atienden las denuncias que se les
plantean, como el caso de las asociaciones civiles de “Brisas del Golfo”, donde
aproximadamente 1.450 familias tienen sus casas en graves condiciones
estructurales, planteamiento que le ha hecho en muchas ocasiones a FONDUR y al
MVH y no le han respondido; ha denunciado en varios informes ante el Ministerio
y FONDUR, irregularidades que tienen visos de corrupción entre funcionarios y
empresas privadas de la construcción que tampoco han sido atendidas. La ausencia
de toma de decisiones dificulta la solución de los problemas y muchas veces los
prolongan y complican innecesariamente. Todo esto contradice las directrices que
desde el alto gobierno revolucionario apuntan a acabar con el flagelo de la
corrupción y la ineficiencia. Termina con una expresión del Presidente: “Si no
se desmonta el sistema, éste desmonta a la Revolución”.
Esperamos en
Aceras y Brocales que los entes mencionados emitan su opinión sobre lo
importante de estos señalamientos.
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“Un
revolucionario no puede refugiarse en excusas para no cumplir sus tareas...
funcionario que sea negligente tiene que ir pa´fuera” Hugo Chávez Frías13 julio 2005
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