martes, 12 de febrero de 2013

AyB 019 - 26 Enero 2006
Últimas Noticias | Jueves 26 de Enero de 2006



VIVIENDA Y TECNOLOGÍA TENER TECHO PROPIO ES UN DERECHO DE TODOS

Para construir mejor, más rápido y más barato


La revolución anda bien, pero la vivienda no. Lo ha repetido por enésima vez el presidente Chávez. Un reconocimiento público y claro que le hace honor a la fundamentación democrática del liderazgo bolivariano.

Los problemas existen, no deben ser ocultados y deben ser debatidos colectiva y sinceramente como asuntos públicos que son. Porque todos estamos embarcados en el mismo barco, y a todos nos afectan los aciertos y los errores.

Desde hace tiempo, el programa público de construcción de viviendas no logra arrancar. Es oportuno que se insista en precisar las posibles razones. Recordemos algunos hechos esenciales.

La vivienda es un bien o un servicio absolutamente indispensable para poder vivir en sociedad.

Es igualmente indispensable que ella sea distribuida de manera justa e igualitaria para todos, independientemente de los diferentes niveles económicos o culturales o de las distintas funciones productivas.

Ratificamos: sin vivienda decente para todos no hay vida social satisfactoria y democrática.

Pero el eterno problema de la vivienda puede ser considerado desde diferentes puntos. Puede pensarse que el mercado lo puede resolver gracias a los estímulos de la ganancia y de las reglas de la oferta y la demanda.

La triste experiencia de las tres cuartas partes de las ciudades de América Latina, demuestra que esta opción - la solución neoliberal- no produce sino ranchos para los pobres, pequeños paraísos para los ricos, y ciudades ineficientes, profundamente desequilibradas y criminalmente injustas. La intervención del Estado, como en el caso de la educación o de la salud, plantea otra posibilidad.

Desde hace siglos ésta ha sido una vía a lo largo de la cual se han acumulado experiencias positivas y negativas. En Venezuela también se tienen realizaciones y ensayos que deben ser reexaminados, evaluados, criticados, y puestos al día si se demuestra su utilidad.

Dentro de la acción del Estado, cumple un papel muy especial la investigación, el desarrollo y la difusión de las tecnologías constructivas. Precisamente el Presidente acaba de hacer énfasis en la necesidad de montar la misión Ciencia. Y uno de los requisitos para su efectividad es su necesaria incidencia en la tecnología. Una investigación científica y una tecnología que tengan directa relación con los problemas de la gente. Citaba Chávez el caso de la producción agrícola mermada por la invasión de las ratas.

Problemas concretos, miles de ellos, que afectan dolorosamente la vida de la gente y que esperan soluciones concretas. ¿Cómo puede intervenir en ello la investigación científica? Pues aportando el valor de la inteligencia, de la educación ligada estrechamente a la práctica, del tesón y del esfuerzo en equipo, perseverantes en la búsqueda de soluciones originales o aplicadas con adaptaciones, según los casos.

Las Gobernaciones, las Universidades, las instituciones públicas de todo tipo, pueden y deben colocarse en esta nueva (para nosotros) perspectiva. Concebir, entonces, a la investigación científica como una vertiente casi obligatoria de todo trabajo humano.

En el caso de la vivienda, la tecnología de la construcción debe convertirse en un gran campo de experimentación para todos los organismos involucrados, incluyendo a la industria y a las empresas privadas.

Al comienzo ocurrirán superposiciones y repeticiones. Volveremos en muchos casos a descubrir el agua tibia. Hallaremos novedades que datan de hace cincuenta años. Pero también encontraremos caminos y soluciones que podremos aplicar a la producción masiva o al acompañamiento de la autoconstrucción, con todos los recursos adicionales que ofrece el notable aumento y disponibilidad del presupuesto nacional. ¿Por qué razón el Estado no puede disponer de una agencia únicamente centrada en la investigación de métodos alternativos para la construcción, sencillos, eficientes y relativamente económicos, que puedan ser diseminados eficientemente por el Estado mismo o la industria privada?


De la misma manera como existen entes públicos serios dedicados a la investigación y producción de vacunas - es un ejemplo- puede haber algo parecido para la investigación tecnológica para la vivienda. La misión Ciencia incluye obligatoriamente la vertiente de la aplicación tecnológica. No se trata de investigar los misterios del átomo.

El gusano de las papas o la reducción del uso del cemento en la construcción, en ese sentido son problemas prioritarios.

Para problemas como estos -y los hay por miles en el largo y complejo proceso productivo - la Misión Ciencia les ofrece a las instituciones públicas, a las Universidades públicas y en especial a la Central, y también a las cooperativas y a los equipos de base, un magnífico campo de experimentación y una gigantesca oportunidad de cambios . Porque un gran salto adelante implica también un gran salto en la mentalidad. Que es una necesidad primordial.

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Los problemas existen, no deben ser ocultados y deben ser debatidos colectivamente”

La brillante improvisación del alcalde López

El alcalde Leopoldo López de Chacao es capaz de improvisar como el que más. El plan de edificios de vivienda que invadirían Fuerte Tiuna y La Carlota es una demostración extraordinaria de su capacidad de improvisar bajo presión política. El plan se salta a la torera una gran cantidad de consideraciones racionales.

Sobre esta pieza maestra de la picaresca urbana volveremos el próximo jueves.

EMERGENCIAS VIALES

  • El país esperó en la bajadita a los responsables históricos, profesionales y funcionarios, de la planificación, construcción, y mantenimiento de su infraestructura vial. Prueba de ello son las emergencias en los accesos a la capital y de gran parte del sistema de autopistas y carreteras del país.
  • ¿Por qué se abandonan muchas de las viejas carreteras cuando las autopistas o nuevas vías se ponen en funcionamiento? Es inaudita la cantidad de ellas en pésimo estado o inutilizadas por derrumbes.

    Son esas antiguas, sinuosas, estrechas y pintorescas carreteras, la alternativa cuando hay imprevistos. Pero también son un potencial turístico poco entendido y menos aún aprovechado por los organismos públicos y privados.
  • El transporte público terrestre, en cualquiera de sus modalidades, cobra hoy, una vez más, su trascendental importancia ¿Qué pasaría en estos momentos, si existiera un planificado, coordinado, eficiente y cómodo sistema de autobuses entre Caracas y Vargas, Guarenas y Guatire, El Tuy, los Altos Mirandinos? ¿Cuál sería su impacto ante las emergencias presentes?
    ¿Cuántos vehículos particulares dejarían de usarse diariamente, en Caracas por ejemplo, si existiera un eficiente transporte público?
  • Hay capacidad en Venezuela, para planificar, financiar, funcionar y operar un sistema de autobuses urbano e interurbano, además de los trenes, metros y monorrieles actualmente en ejecución. Un sistema de transporte público de calidad, no será la revolución, pero si un paso decisivo para que todos vivamos mejor y para la salud integral del país.
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